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El pecado de la Fed

Durante su reunión de septiembre la Reserva Federal (Fed), el banco central estadounidense, decidió mantener intacta su tasa de interés de referencia en el nivel de entre 0 y 0.25 por ciento en el que se encuentra desde diciembre del 2008 a pesar de fuertes expectativas de un alza. 

En su conferencia de prensa posterior al anuncio, Janet L. Yellen, presidenta de la Fed, citó la volatilidad financiera internacional que se presentó en las semanas previas y “su impacto sobre los mercados” como amenazas al crecimiento económico y a la inflación. 

"Un intento por parte de la Fed por moderar la volatilidad en el mercado de bonos puede reducir el bienestar económico"
Jeremy C. SteinExgobernador de la Reserva Federal
"(La Fed) no puede dejar que los mercados la empujen porque éstos tienden a sobrerreaccionar y a entrar en pánico primero y pensar después"
William LeeDirector de investigación económica para Citigroup
"(La Fed) a menudo actúa como si la política monetaria tuviera un tercer mandato (de responder a la inestabilidad financiera)"
Eric S. RosengrenPresidente del Banco de la Reserva Federal de Boston
A los ojos de sus críticos, las decisiones de la Fed representan una violación fundamental de sus mandatos al dejar que sean los mercados y no los indicadores económicos quienes dicten sus acciones

Durante su reunión de septiembre la Reserva Federal (Fed), el banco central estadounidense, decidió mantener intacta su tasa de interés de referencia en el nivel de entre 0 y 0.25 por ciento en el que se encuentra desde diciembre del 2008 a pesar de fuertes expectativas de un alza. 

En su conferencia de prensa posterior al anuncio, Janet L. Yellen, presidenta de la Fed, citó la volatilidad financiera internacional que se presentó en las semanas previas y “su impacto sobre los mercados” como amenazas al crecimiento económico y a la inflación. 

En consecuencia, Yellen enfatizó la necesidad para las autoridades monetarias estadounidenses de mantenerse pacientes con la primera alza de tasas de interés desde 2006, por lo menos hasta que los indicadores económicos se muestren más robustos.

Pero a los ojos de sus críticos, esta paciencia es contraproducente y evidencia una violación fundamental de los mandatos de la Fed al dejar que sean los mercados y no los indicadores económicos clave quienes dicten el curso de la política monetaria.

Por ley la Fed debe perseguir dos mandatos: el máximo empleo y la estabilidad de precios, que la institución define como una tasa de desempleo de 4.9 por ciento y una tasa de inflación de 2 por ciento. Preservar la estabilidad financiera, entonces, estaría actuando como un tercer mandato implícito.

William Lee, director de investigación económica en Norteamérica para Citigroup, señala en entrevista con Bloomberg que el comportamiento reciente de la Fed “viola una de las reglas cardinales que todo joven economista que trabaja en la Fed aprende, la cual es no dejar que los mercados te empujen porque los mercados tienden a sobrerreaccionar y a entrar en pánico primero y pensar después”.

Estímulo financiero

La crítica de Lee, quien solía trabajar como economista en la Fed antes de unirse a la Fed, se basa en un modelo que calcula el nivel que debería tener la tasa de interés de referencia con base en el progreso que se ha hecho hacia los objetivos de empleo e inflación del banco central. 

El modelo después mide la diferencia entre el nivel que la tasa de interés debería registrar y el que de hecho fue implementado, y compara esta diferencia con la volatilidad en los mercados de bonos en busca de una correlación.

Lee concluye que un incremento en la volatilidad financiera tiende a resultar en una tasa de interés por debajo de lo que el desempeño de los indicadores económicos sugiere, y que este comportamiento se ha exacerbado en el periodo posterior a la crisis del 2008.

La conclusión de Lee se una a los resultados de una investigación conducida por Eric S. Rosengren, presidente del Banco de la Reserva Federal de Boston, y por Joe Peek y Geoffrey Tootell, otros dos economistas del banco regional de la Fed.

La investigación de Rosengren muestra que “menciones frecuentes de inestabilidad financiera (en las reuniones de la Fed), particularmente durante periodos de caída, resultan en una reducción estadísticamente significativa” de la tasa de interés de referencia.

Estos resultados “sugieren fuertemente que (la Fed) a menudo actúa como si la política monetaria tuviera un tercer mandato (de responder a la inestabilidad financiera)”, en palabras de los autores.

Alza decembrina

A pesar de estas críticas, Yellen y sus colegas han seguido enfatizando en la última semana la prioridad que dan a los indicadores económicos, así como la continua posibilidad de un alza de tasas durante su reunión programada para el 15 y 16 de diciembre.

El miércoles pasado Yellen dijo que percibe “a la economía estadounidense con un buen desempeño”, agregando que si los datos económicos siguen apuntando hacia el crecimiento y precios más firmes, un alza en diciembre sería “una posibilidad real”.

Más tarde ese mismo día, William C. Dudley, presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, dijo concordar con la perspectiva de Yellen, y Stanley Fischer, vicepresidente de la Fed, indicó que prevén que la inflación se alinee con sus objetivos.

Estos comentarios recientes por parte de las tres figuras más influyentes de la Fed, así como la mención de la posibilidad de un alza “en la próxima reunión” dentro del último comunicado del banco central, han incrementado la expectativa en los mercados de futuros de un cambio en las tasas de interés.

Combinados con un reporte de empleo correspondiente a octubre que rebasó por mucho las expectativas (con una creación de 271 mil empleos contra un pronóstico de 183 mil, la menor tasa de desempleo desde el 2008 y el mayor incremento salarial desde el 2009), la probabilidad asignada por los mercados de futuros a un alza decembrina de tasas saltó hasta 70 por ciento.

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