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El ‘cártel’ de 
la televisión

A través de un comunicado, la Unión Europea anunció la multa a seis empresas internacionales por un total de mil 920 millones de dólares por coludirse en dos cárteles, uno en el mercado de televisiones y otro en el de computadoras, para fijar precios sobre un componente de pantallas llamado CRT.

Según la Comisión de Competencia de la Unión Europea, los tubos CRT representan entre el 50 y 70 por ciento del costo de una pantalla, por lo que se trata de un mercado vital para las televisiones y computadoras.

A través de un comunicado, la Unión Europea anunció la multa a seis empresas internacionales por un total de mil 920 millones de dólares por coludirse en dos cárteles, uno en el mercado de televisiones y otro en el de computadoras, para fijar precios sobre un componente de pantallas llamado CRT.

Según la Comisión de Competencia de la Unión Europea, los tubos CRT representan entre el 50 y 70 por ciento del costo de una pantalla, por lo que se trata de un mercado vital para las televisiones y computadoras.

Las empresas multadas son Panasonic, Toshiba, MTPD y LG Electronics. Por cooperar en la investigación, Samsung y Philips recibieron descuentos de 40 y 30 por ciento, respectivamente

El daño de un mercado coludido en un recurso esencial como éste se traduce directamente al consumidor.

El vicepresidente encargado de la política de competencia, el español Joaquín Almunia, agregó que se trata de “cárteles de libro de texto” pues “tienen características de las peores prácticas monopólicas prohibidas por la ley”.

Los dos cárteles descubiertos por las pesquisas de la Comisión están entre “los más organizados jamás investigados”, según el comunicado oficial.

Desde 1996 hasta el 2006, siete empresas compartían información sobre clientes, fijaban precios en conjunto y coordinaron su producción.

Las juntas entre los ejecutivos eran conocidas como “juntas verdes” porque normalmente precedían a un juego amistoso de golf. A las de menor nivel gerencial se les bautizó “juntas de vidrio” y se llevaban a cabo incluso hasta semanalmente en diversos lugares de Asia y Europa.

En estas juntas se solía empezar revisando datos de demanda, producción, ventas y capacidad en conjunto. Los ejecutivos después tomaban decisiones de precio incluyendo a clientes individuales, como productores de televisores.

La comisión abunda en que se hablaba directamente de la estrategia: “los productores necesitan evitar la competencia en precios a través de su capacidad de producción”, decía un documento interno de una empresa participante en un cartel.

Bajo una ley del 2006, la empresa que revela la existencia de un cártel es elegible para recibir inmunidad completa.

Esta vez la traidora fue la empresa Chunghwa, que participó en ambos cárteles y reveló su existencia a la Comisión.

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