El gobierno de México necesita conseguir un nuevo dueño para el avión presidencial

El avión presidencial que nadie quiere

Se acaban las esperanzas de encontrar pronto a un comprador para la aeronave que el gobierno puso a la venta y las propuestas planteadas no son las más adecuadas por su tipo de operación

Se busca comprador. El gobierno de México necesita conseguir un nuevo dueño para el avión presidencial que lleva más de un año fuera del aire y los costos de mantenimiento ya superaron los 1.6 millones de dólares.

En un intento por deshacerse del elefante blanco, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) puso sobre la mesa diversas propuestas desde hacer un llamado a potenciales compradores de todo el mundo hasta ofrecérselo al mismo Donald Trump, sin embargo, ni siquiera su homólogo estadounidense mostró interés.

Si en los próximos meses la administración no logra vender el lujoso avión, cuyo valor de mercado asciende a 130 millones de dólares, se enfrentará a una complicada situación, debido a que es probable que se sigan pagando tarifas de mantenimiento y almacenamiento, aun cuando regresó a territorio azteca hace unos días.

Y no solo eso, Edgardo Rocha, especialista del sector aeronáutico, comenta que lo más preocupante es que no se ha dado a conocer un plan alterno en caso de que no se logre concretar la venta o en el último de los casos una renta.

Es un problema grave porque no estamos hablando de cualquier avión, se trata de una aeronave que requiere de un trato especial por sus especificaciones y modificarlo para que ofrezca servicio comercial para 300 pasajeros tampoco es una opción por los altos costos que esto representaría
Edgardo RochaEspecialista del sector aeronáutico

La pieza central de la política de austeridad del inquilino de Palacio Nacional fue adquirida durante el sexenio del presidente Felipe Calderón por un monto aproximado de 242 millones de dólares y tiene una capacidad para 80 pasajeros que pueden acomodarse en cuatro secciones diferentes proporcionando una capacidad VIP única en el mundo, de acuerdo con el folleto promocional que el gobierno elaboró para su venta.

Además puede volar por hasta 20 horas, gracias a que el 80 por ciento de la aeronave está hecha de materiales compuestos que la hacen más ligera en contraste con otros aviones.

El presidente López Obrador aseguró desde su campaña que no ocuparía el Boeing 787 Dreamliner como medio de transporte porque es un símbolo de corrupción y riqueza en un país donde la pobreza supera al 50 por ciento de la población.

Aunque el gobierno se mantiene firme con su oferta existe un detalle que no se puede omitir: el avión presidencial aún no se ha liquidado.

Hasta el 1 de diciembre de 2018 el monto total de la aeronave cubierto era apenas de un 19.18 por ciento, esto quiere decir que quedaba un adeudo superior a los 6 mil millones de pesos, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

El contrato de adquisición de la aeronave establece que será financiada a un plazo de 15 años, monto se eleva por los intereses que se han sumado.

El avión también se le ofreció al presidente Donald Trump, pero ni siquiera él mostró interés en adquirirlo

Rutas a tomar para el avión presidencial

Cuando el avión presidencial José María Morelos se puso en el mercado hubo varios interesados, aunque solo uno fue mencionado por el presidente durante una de sus conferencias matutinas. No obstante, al final no se logró llegar a un acuerdo porque su oferta estaba por debajo del avalúo de la ONU.

Tras el fracaso obtenido en la búsqueda de compradores durante el año pasado, el mandatario dio a conocer una serie de propuestas con el objetivo de agilizar la operación.

“Queremos resolver esto ya. Cuanto más tiempo tengamos esta flota, más nos costará”, declaró el jefe de Estado hace unos días.

Las ideas que se propusieron son una venta compartida, es decir que la aeronave sea vendida en partes a 12 empresas mexicanas por 11 millones de dólares a cada una para que la puedan utilizar para viajes ejecutivos y gocen de los beneficios exclusivos de volar en este avión.

Otra es ofrecerle al gobierno de Estados Unidos realizar un intercambio por equipo médico y ambulancias para hospitales públicos. También está la propuesta de que se rente por hora.

El planteamiento que más llamó la atención fue sortear el avión mediante la emisión de seis millones de boletos que serían vendidos por la Lotería Nacional a 500 pesos cada uno. Quien resulte ganador y no tenga recursos para operarlo, el mandatario se comprometió a apoyarlo gratis un año.

Edgardo Rocha considera que esta medida es la más desesperada y la más inviable, ya que se tienen que tomar en cuenta muchos factores como el lugar de almacenamiento, el tipo de operación y el mantenimiento.

“Al presidente Andrés Manuel López Obrador le urge vender el avión como parte de sus promesas de campaña y por todas las críticas que se han generado en contra de la oferta. El error es que el mandatario creyó que deshacerse de la aeronave iba a ser muy fácil, pero es un avión que nadie quiere y el tiempo, así como las ideas se le están agotando cada vez más”.

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