Los jóvenes egresados de las universidades del país suelen enfrentarse a diversas barreras para integrarse al mercado laboral

Egresados sorteando la crisis del mercado laboral

Las complejidades para los jóvenes que terminan sus estudios a nivel superior al ingresar en el mercado laboral son evidentes, pero la situación económica para ellos es aún más incierta de lo que era antes de la pandemia por COVID-19

Los jóvenes egresados de las universidades del país suelen enfrentarse a diversas barreras para integrarse al mercado laboral, pero desde 2020 esta carrera de obstáculos se pronunció ante la crisis laboral en México provocada por la pandemia de COVID-19.

De hecho, los universitarios que ya estaban en el mercado laboral fueron uno de los sectores más afectados por los despidos masivos que ocurrieron en 2020, incluso frente a personas con menor grado escolar, señala Katia Guzmán, coordinadora de datos de México, ¿Cómo Vamos? en entrevista para Reporte Índigo.

Aproximadamente 60 por ciento de los jóvenes que viven en el país tienen un empleo informal, cuando se hace un acercamiento a los que se encuentran graduados, el porcentaje disminuye a un 34 por ciento, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2021 del primer trimestre que retoma Guzmán.

34
por ciento de las personas egresadas de una carrera universitaria tienen empleos informales

Entre los desafíos que advierten los jóvenes al integrarse al mercado laboral, es que al no tener experiencia, los trabajos donde les brindan la posibilidad de unirse no son bien remunerados, puesto que en un principio ganas conocimiento y práctica en “el mundo real”.

“Lo que es realmente muy injusto y muy incierto es (la parte) económica, porque una cosa es que te contraten y otra que entres como becario o practicante donde al momento no te pagan, incluso te dicen que tiempo después tendrás oportunidad de ser contratada, entonces das todo con la esperanza de que en algunos meses generes frutos”, expresa Citlalli Toledo, egresada de la carrera de Comunicación y Periodismo.

Las personas con grado universitario son empleadas con remuneración económica en servicios sociales y profesiones, en especial como trabajadores subordinados, es decir, oficinistas en un 87 por ciento; los freelancers abarcan un 12 por ciento, ya que existe una incertidumbre notoria, pues no se tiene nada seguro, señala Guzmán.

“En cuarto semestre tuve la oportunidad de entrar como asistente de un consultorio por el contacto de una amiga, durante medio tiempo, en un inicio la paga sólo se destinaba a los traslados (de la casa al consultorio y de regreso). Con el tiempo he adquirido otro tipo de tareas y con ello la remuneración ha aumentado”, cuenta Kenya Franco, egresada de la carrera Cirujano Dentista.

Cabe destacar que el ingreso laboral promedio para quienes tienen grados superiores asciende a los nueve mil 500 pesos mensuales, en cambio, las entradas económicas hacia los jóvenes desciende hasta los seis mil 300 pesos.

“El gran reto que le veo a los jóvenes para que se puedan insertar en el mercado laboral es guardar esta especie de equilibro entre terminar lo académico pero es necesario que antes de terminar la carga curricular académica, tengan un poco de experiencia en trabajos de medio tiempo,” aclaró Guzmán.

Si bien las formas de unirse al ámbito laboral son diversas, en el caso de Aurora Gutiérrez, egresada de la carrera de Administración, entró como becaria a través de un contrato outsourcing. Además de recibir su respectivo pago mensual, obtiene servicio de comedor, ya que el modo de empleo es presencial.

“Es muy complicada la vida después de la universidad, el encontrar un buen trabajo y cumplir tus sueños y tus metas, pero creo que nosotros lo vimos aún más difícil por esta crisis sanitaria, aunque tengo la esperanza de que se abran nuevas oportunidades para todos”
Aurora Gutiérrez Egresada de la carrera de Administración

La adaptabilidad a los cambios y el aprendizaje constante es necesario luego de la vida universitaria, debido a que la búsqueda de empleos puede verse limitada por las vacantes, los requisitos, las entrevistas por enfrentar y el momento decisivo para saber si se es aceptado o no, esto puede resultar aún más abrumador, estresante y poco esperanzador en tiempos de pandemia.

Debido a las medidas de confinamiento que se tomaron en los inicios de la emergencia sanitaria, entre marzo y abril, cerca de 12 millones de trabajadores perdieron su empleo ante el cierre de negocios y empresas, según datos obtenidos en el informe “México y la crisis de la COVID-19 en el mundo del trabajo: respuestas y desafíos”, realizado por la Organización Internacional del Trabajo.

Aunque para junio del 2021 se mostró una recuperación en la tasa de ocupación, la cual indica un aumento de siete millones de personas respecto al año previo de ese mismo mes, según los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, Nueva Edición (ENOE).

Uno de los programas más robustos del Gobierno federal es Jóvenes Construyendo el Futuro, en el que el empleador puede registrar su empresa o negocio y al reunir a egresados o practicantes para que trabajen ahí el gobierno es quien les paga.

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