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Efecto dominó emergente

La tormenta perfecta que viven los países emergentes podría ser el catalizador de una nueva debacle en el sistema financiero global.

Las dificultades económicas de países como México, Rusia y Brasil amenazan la liquidez mundial y la estabilidad de los portafolios de los grandes administradores de activos como Blackrock y PIMCO.

La caída de más de 45 por ciento en el precio del petróleo y la percepción en el mercado de que la Reserva Federal de Estados Unidos aumentará las tasas de interés a mediados del siguiente año revalúan a la baja los activos de economías emergentes.

La tormenta perfecta que viven los países emergentes podría ser el catalizador de una nueva debacle en el sistema financiero global.

Las dificultades económicas de países como México, Rusia y Brasil amenazan la liquidez mundial y la estabilidad de los portafolios de los grandes administradores de activos como Blackrock y PIMCO.

La caída de más de 45 por ciento en el precio del petróleo y la percepción en el mercado de que la Reserva Federal de Estados Unidos aumentará las tasas de interés a mediados del siguiente año revalúan a la baja los activos de economías emergentes.

El fondo de bonos de mercados emergentes de PIMCO, que maneja instrumentos de deuda valuados en 3.3 mil millones de dólares,  perdió 9 por ciento de su valor en el último mes.

Analistas coinciden en que la venta masiva de activos de economías como México, Rusia y Brasil podría representar un riesgo sistémico.

En el 2007, la debacle del mercado inmobiliario estadounidense obligó al banco BNP Paribas a congelar la operación de tres de sus fondos. 

Esto originó un efecto dominó que culminó en la crisis financiera cuyos efectos aún se resienten en la economía global.

Pemex y Petrobras, los más vendidos

Ahora, los mercados emergentes podrían ser el nuevo epicentro del contagio de pánico financiero. 

La baja de precio de los activos obliga a vender instrumentos líquidos (fáciles de intercambiar) para contrarrestar las pérdidas de bonos o acciones para los que resulta difícil encontrar algún comprador. 

Este proceso exacerba un espiral negativo que se esparce mediante los canales de conexión del sistema financiero global.

 Durante los últimos años, los grandes fondos globales han elevado su demanda por activos de economías emergentes, otorgándoles un peso relevante en la estabilidad financiera mundial.  

Esto se debe a que las calificadoras les han asignado grado de inversión. Por ejemplo, la deuda mexicana y el bono de Petrobras cuentan con este nivel de calificación.

 La firma de investigación Lipper argumenta que los bonos de Pemex, Gazprom y Petrobras (las firmas petroleras de México, Rusia y Brasil) son los más vendidos a inversionistas de deuda emergente, alcanzando un valor total de 140 mil millones de dólares.

 El fondo Total Return de PIMCO, considerado el más grande del mundo al manejar más 200 mil millones de dólares, ha apostado fuertemente al crecimiento de países como México, Rusia y Brasil, alcanzando una exposición en activos emergentes de casi 15 por ciento del portafolio. 

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