El futuro está en chino

China es la segunda mayor economía del mundo, el segundo mayor tenedor de bonos del Tesoro de Estados Unidos y desde el año pasado, el segundo mayor inversionista global en el exterior.

Si algo ha caracterizado al capitalismo del siglo XXI, es la creciente injerencia de China en la dinámica económica mundial. En el 2016, las empresas chinas invirtieron 225 mil millones de dólares en operaciones de fusión o adquisición en el exterior, más del doble que en el año inmediato anterior, de acuerdo a la firma Dealogic.

Rodrigo Carbajal Rodrigo Carbajal Publicado el
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Millones de dólares han invertido las compañías chinas en el exterior en la última década, de acuerdo a la firma Linklaters
Las cuatro instituciones financieras más grandes del mundo son bancos chinos, cuyo promedio de activos es de 2.97 billones de dólares

China es la segunda mayor economía del mundo, el segundo mayor tenedor de bonos del Tesoro de Estados Unidos y desde el año pasado, el segundo mayor inversionista global en el exterior.

Si algo ha caracterizado al capitalismo del siglo XXI, es la creciente injerencia de China en la dinámica económica mundial. En el 2016, las empresas chinas invirtieron 225 mil millones de dólares en operaciones de fusión o adquisición en el exterior, más del doble que en el año inmediato anterior, de acuerdo a la firma Dealogic.

Esto no es sólo una consecuencia natural del ascenso económico chino de las últimas tres décadas, sino que representa un objetivo explícito y prioritario de la política económica del gobierno del presidente Xi Jinping.

Linklaters, una firma legal especializada en fusiones y adquisiciones, estima que las empresas chinas invertirán 1.5 billones de dólares en el exterior en la siguiente década, 70 por ciento más que lo que se ha invertido en los últimos 10 años.

A pesar de la magnitud, equivalente a 1.5 veces el tamaño de la economía mexicana, la proyección es conservadora. Liu Jiahua, director gerente del Fondo de Inversión para la Cooperación Industrial China-América Latina, pronostica que la inversión de las empresas chinas en activos en el exterior se triplicará en los próximos tres años, pasando de 6.4 billones de dólares a 20 billones de dólares en el 2020.

Política expansionista

Esta visión representa un componente fundamental de la iniciativa denominada “Cooperación para la Producción Internacional”, en la que China pretende posicionar a sus empresas en las cadenas de valor claves para la economía del siglo XXI.

Uno de los objetivos de esta iniciativa es el de transferir parte de la pesada capacidad de producción de China hacia otros países, especialmente hacia África y América Latina. Como lo describe Liu Jiahua: “un área clave de este nuevo enfoque en la estrategia de inversión nacional se encuentra en América Latina”.

El gobierno de Xi Jinping ha realizado esfuerzos notables para extender su relación comercial con Argentina y Brasil, países que simbolizan un fuerte cambio estructural en la transición política de la región de gobiernos de izquierda a gobiernos de centro derecha.

Sin embargo, pese a que Liu Jiahua destaca a México como un destino atractivo de inversión, China contribuyó con menos del 1 por ciento de la inversión extranjera directa que el país recibió el año pasado.

Históricamente, México ha sido reservado a aceptar inversión extranjera proveniente de China. De hecho, esta reticencia se replica con mayor frecuencia en Estados Unidos y Europa, cuyas autoridades económicas se han opuesto a que compañías domésticas sean adquiridas por oferentes de China por razones de seguridad nacional. El año pasado, el Comité de Inversión Extranjera de Estados Unidos y su similar en otros países bloquearon acuerdos de fusión o adquisición de compañías chinas equivalentes a 75 mil millones de dólares. Una cifra significativa, considerando que la inversión china en compañías extranjeras en la última década fue de 880 mil millones de dólares.

Es verdad, especialistas coinciden en que el auge expansionista de China está sustentado en un aumento sustancial de deuda cuyo riesgo sistémico sólo puede ser tomado por los bancos chinos.

No obstante, operaciones como la adquisición de 43 mil millones de dólares de la firma agroquímica suiza Syngenta dejan ver que la presencia china en los sectores de logística, energía, semiconductores, tecnologías de información y bienes raíces es una realidad.

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