Dunkin’ Donuts  y Sizzling Platter terminaron su relación

Dunkin’ Donuts, el rey de las donas, le dice adiós a México

La falta de acuerdos provocó que la cadena estadounidense de café y donas cerrara todas sus tiendas en la Ciudad de México

Dunkin’ Donuts y Sizzling Platter terminaron su relación. Un desacuerdo comercial entre ambas compañías originó que cuatro sucursales rosquilleras en la Ciudad de México desaparecieran de un día para otro.

El cierre de las cafeterías ubicadas en las zonas de Tecamachalco, Polanco, Parque Hundido y Coyoacán, causaron confusión entre los consumidores, quienes de manera habitual acudían por café y donas al estilo americano.

Hasta el momento, solo existe una razón por la cual se tomó la decisión de cerrar estos espacios y es que Sizzling Platter solo podía desarrollar Dunkin`Donuts en los estados del centro de México, regla que se especula no cumplió al adelantar que abrirían una nueva tienda en Nogales, Sonora

Los encargados de la firma aseguraron que a pesar de lo sucedido, aun cuentan con dos restaurantes, uno en Mérida, Yucatán, y otro en Hermosillo, Sonora, los cuales son de su propiedad y están operados por otras franquicias independientes.

100
sucursales de Dunkin Donuts se pretendían crear para 2024

El acuerdo fue mutuo. Sizzling Platter, una compañía encargada de operar restaurantes en Estados Unidos y México, así como de desarrollar marcas como Little Caesars, Wingstop, Red Robin y Sizzler, inició su relación con Dunkin`Donuts en 2015, con la intención de alcanzar para 2024, los 100 puntos de venta.

El sueño se quedó aún más corto, cuando Dunkin afirmó que abriría su sexta sucursal en la colonia Condesa y finalizaría el 2019 con 10 unidades.

A nadie le pareció extraño que desde principios de mayo, cuando iniciaban una campaña por el día del padre en las redes sociales dejarán de publicar.

Francisco Javier Orozco, director asociado del departamento de Contabilidad y Finanzas del Tecnológico de Monterrey, asegura que este rompimiento pudo darse por varias causas, la primera, se relaciona al control de las cuestiones operativas, las cuales a veces terminan por explotar a la franquicia y la imposibilitan para cubrir todos sus gastos.

La segunda, tiene que ver con la presión que ejerce la marca al franquicitario sobre poner en determinado tiempo, cierto número de sucursales.

“En cuanto al tema de salirse del área de construcción, a este tipo de contratos se les llama Áreas de Distribución Regional, los cuales dicen que no se puede tener un competidor de la misma franquicia en varios kilómetros a la redonda, porque de hacerlo se podría generar un conflicto grave”, explica Orozco.

Cierre de Dunkin’ Donuts, cuestión de imagen

El cierre de las sucursales de Dunkin’ Donuts traerá consigo una de las más significativas pérdidas. De acuerdo con los especialistas, la rosquillera estadounidense dejo el paso libre a su competencia directa: Krispy Kreme.

En el mundo del café, Starbucks, controlado por Alsea, domina el mercado con una participación de 46.7 por ciento, seguido por Café Punta del Cielo con 11.5 por ciento y The Italian Coffe Shop con 10.8 por ciento.

El resto de 30.8 por ciento se reparte entre Krispy Kreme y Dunkin. No obstante con los cierres, Dunkin`Donuts demandó a nueve franquicias en Pensilvania y Delaware por contratar a personas migrantes y por no usar el sistema E-Verify, el cual es una base de datos en línea que garantiza que los trabajadores tengan la identificación adecuada para trabajar de manera legal en el país.

Francisco Javier Orozco, comenta que lo está pasando con esta compañía, tanto en México como en Estados Unidos, podría afectar el prestigio de la marca y su relación con futuros operadores, ya que la forma en la que ha reaccionado hasta el momento, repercutirá en la confianza y nadie se animaría a comprar una sucursal.

“Una marca es como una persona que debe cuidar como se está relacionando. Si se hace algo mal, se pueden ver dañadas las ventas y sobre todo, la reputación, en general, la imagen de toda la marca”.

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