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¿Cuestión 
de hombres?

Alrededor del mundo, en unos lugares más que en otros, los hombres generalmente ganan más que las mujeres por el mismo trabajo desarrollado. 

Esa diferencia, llamada comúnmente como “techo de vidrio” por sociólogos, ha sido causa de descontento para los que buscan reducir la brecha de género. Entre manifestaciones y Organizaciones No Gubernamentales se ha buscado apoyar a la mujer en este sentido. 

También ha sido tema de investigación para cientos de académicos que han llegado a diversas explicaciones para el fenómeno. 

Alrededor del mundo, en unos lugares más que en otros, los hombres generalmente ganan más que las mujeres por el mismo trabajo desarrollado. 

Esa diferencia, llamada comúnmente como “techo de vidrio” por sociólogos, ha sido causa de descontento para los que buscan reducir la brecha de género. Entre manifestaciones y Organizaciones No Gubernamentales se ha buscado apoyar a la mujer en este sentido. 

También ha sido tema de investigación para cientos de académicos que han llegado a diversas explicaciones para el fenómeno. 

Las explicaciones varían desde apariencia física hasta discriminación. Por otro lado hay estudios que analizan otros factores que pueden explicar esta diferencia salarial sin recurrir a condenar a las empresas por hacer diferencia por género.    

Una de las investigaciones más recientes, realizada por los economistas Andreas Leibbrandt, de la Universidad de Monsah, en Australia, y John A. List, de la Universidad de Chicago, toma en cuenta el factor de negociación salarial. 

En la investigación toman como muestra a 2 mil 500 personas que buscan empleo, asegurándose que los contratos laborales varíen. Con esto aíslan el efecto del contrato para estudiar cuánto salario pueden conseguir. 

De esto encontraron algunas cosas interesantes. Por ejemplo, cuando no se especifica claramente si el salario es negociable, es mucho más probable que los hombres lo negocien, terminando con mayor remuneración. 

Sin embargo, cuando sí es negociable, este efecto se vuelve nulo e inclusive la tendencia es que las mujeres terminen por ganar más; el problema es que tiene que estar clara la parte de negociación en el contrato. 

Por este canal encuentran que los hombres prefieren un ambiente de trabajo donde las reglas de negociación salarial son ambiguas. 

Este experimento – que debe replicarse en más ocasiones para buscar poder generalizar sus conclusiones – sirve para dejar atrás el paradigma de que las empresas discriminan a las mujeres por la vía salarial. 

Si bien es claro que todavía hace falta mucho para empoderar a la mujer hasta que haya igualdad de oportunidad laboral entre géneros, un área de trabajo es la capacidad de negociación salarial ante contextos ambiguos. 

En desventaja
Reportaje sobre diferencias salariales por género

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