Cambio de visión en la Reserva Federal

La Fed mantendrá las tasas de interés bajas en los siguientes años con el propósito de incentivar a la inflación, hecho que provocará que el Banco de México siga por la misma ruta, aunque los efectos para ambos serán diferentes por el tipo de mandato que los rige
Nayeli Meza Orozco Nayeli Meza Orozco Publicado el
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La Reserva Federal se encamina hacia un cambio de visión. Durante algún tiempo la Fed modificará sus decisiones con el objetivo de permitir que la inflación llegue a la meta deseada, aunque eso implique que las tasas de interés no se moverán hasta, al menos, el 2023.

Con esto, el presidente del banco central, Jerome Powell, dio el paso oficial hacia un régimen que estará condicionado a que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se ubique en un nivel de 2 por ciento durante un periodo indeterminado, desde el actual 1.3 por ciento reportado a finales de agosto por el Departamento de Trabajo de Estados Unidos.

Durante su último anuncio, la Junta de la Reserva Federal acordó mantener los tipos de interés en un rango entre 0 y 0.25 por ciento, es decir que por cuarta ocasión consecutiva se abarató el dinero para beneficiar los créditos que son utilizados por los estadounidenses, como el automotriz y el hipotecario.

Aunque el movimiento no tiene precedentes y va enfocado a estimular la reactivación de la economía más poderosa del mundo afectada por la pandemia, algunos especialistas en el mercado sugieren que será muy complicado que el banco central estadounidense logre su objetivo.

Uno de los mayores desafíos es que la inflación no repuntó ni siquiera cuando el desempleo se ubicó en 3.5 por ciento antes de la crisis sanitaria, un nivel no visto en medio siglo. Hacia adelante el escenario luce complicado, ya que la tasa de desocupación a finales de agosto se situó en 8.4 por ciento. El banco central estadounidense informó que la pandemia en curso “pesará mucho” en las perspectivas a corto plazo y presenta “riesgos considerables” para el mediano plazo.

Víctor Valdivia, presidente de la firma Diligencia e inteligencia Empresarial (DIE), considera que que la Fed envió un poderoso mensaje al mercado cuya intención es adelantarse a un escenario después del COVID-19.

La Reserva Federal está jugando con todas sus cartas para evitar que la crisis sea mayor y que la economía estadounidense se mueva lo más pronto posible. La decisión fue acertada porque están mirando más allá de esta pandemia, sobre todo por los múltiples desafíos que ven para Estados Unidos
Víctor ValdiviaPresidente de Diligencia e inteligencia Empresarial

La medida generó diversas reacciones entre los banqueros de la Reserva Federal. El presidente de la Fed de St. Louis, James Bullard, es uno de los más optimistas.

El viernes pasado aseguró que Estados Unidos reportará un crecimiento “fuera de serie” durante el tercer trimestre provocando que se logre la meta de inflación.

“Este es el trimestre de mayor crecimiento de todos los tiempos en Estados Unidos (…) de hecho, creo que estamos en un momento en el que es posible que veamos algo de inflación en el futuro” aseguró Bullard durante una conversación moderada en el Centro de Innovación de Boeing.

Efectos diversos de las decisiones de la Reserva Federal

Esta semana será clave para el Banco de México (Banxico), pues su Junta de Gobierno decidirá si recorta la tasa de interés por onceava ocasión. Aunque en diversas ocasiones los integrantes han asegurado que la política monetaria del banco central no sigue los pasos de la Reserva Federal, en diversas ocasiones hubo coincidencias.

En la última encuesta de Citibanamex, la mayoría de los analistas consultados coinciden en que Banxico ubicará el próximo 24 de septiembre los tipos en su nivel más bajo en cuatro años a 4.25 por ciento.

De confirmarse, el equipo encabezado por Alejandro Díaz de León extendería la racha que comenzó en agosto del año pasado cuando comenzaron los recortes. En ese tiempo la tasa era de 8.25 por ciento.

Sin embargo, uno de los mayores retos a los que se enfrenta el banco central es que, aun cuando tiene una de las tasas de interés más altas en el mercado, su espacio para reducirla es muy limitado.

En un escenario sin pandemia, el ajuste a la política monetaria incentivaría el crédito entre los consumidores, pero el economista Víctor Valdivia explica que en este momento el riesgo que hay es que el nivel de morosidad aumente, aunque insiste en que el banco central debe buscar la manera de ayudar.

“Banxico hará movimientos de manera semejante por la relación tan estrecha que hay con Estados Unidos, ya que los inversionistas buscarán distintos fondos para mover su capital y en México las tasas son altas. Sin duda la institución puede darse el lujo de recortar la tasa de interés y ayudar de manera indirecta a la generación de empleo y atracción de inversión”.

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