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Barron’s y la ‘letra chiquita’

Las dudas que siguen rodeando a la implementación de la reforma energética mexicana no solo afectan las expectativas de crecimiento de México para este año, sino también el precio de las acciones de empresas que podrían beneficiarse, como Halliburton, Schlumberger y Weatherford.

En el tema de la reforma energética mexicana, todo está en los detalles. 

Las dudas que siguen rodeando a la implementación de la reforma energética mexicana no solo afectan las expectativas de crecimiento de México para este año, sino también el precio de las acciones de empresas que podrían beneficiarse, como Halliburton, Schlumberger y Weatherford.

En el tema de la reforma energética mexicana, todo está en los detalles. 

Aunque los expertos ven a la reforma como una oportunidad histórica para detonar la inversión y el crecimiento en el país, la incertidumbre acerca del cómo y cuándo se le permitirá al sector privado entrar a la explotación de hidrocarburos ha reducido las expectativas de que la reforma tenga un efecto positivo en éste o el próximo año, tanto para el país como para las empresas privadas.

Esto es lo que apunta un análisis de Deutsche Bank, que prevé que el sector privado no podrá concursar por contratos de explotación de hidrocarburos hasta la segunda mitad del 2015, y que las primeras inversiones no se darán sino hasta el 2016. 

La revista Barron’s reporta que, debido a esta incertidumbre, el banco ha reducido el precio previsto de las acciones de empresas energéticas estadounidenses con presencia en México, como lo son las grandes compañías de servicios antes mencionadas. 

Aunque el análisis apunta que las tres compañías obtendrán grandes beneficios a largo plazo, a medida que la reforma progrese, clarifica que las expectativas para la segunda mitad del 2014 y el 2015 son demasiado altas, y no corresponden con la realidad.

Después de la ronda cero

Algo que podría dar un indicio a los mercados y a la inversión privada acerca de cómo procederá la licitación de contratos de explotación de hidrocarburos es lo que suceda en la llamada “ronda cero”. 

Esta consiste en que Pemex, de forma exclusiva, presente a la Secretaría de Energía su solicitud de aquellos campos de petróleo y gas natural que quiere retener para su exploración y explotación. 

Esta exclusividad tiene el fin de proteger las inversiones de la paraestatal mexicana, así como su lugar en el sector energético del país antes de su apertura a la inversión privada. 

Aunque la ronda cero puede clarificar algunas dudas, lo que en verdad es necesario para despejarlas son las leyes secundarias que formarán el marco regulatorio de la reforma, que aun no son aprobadas.

Los expertos prevén que las leyes secundarias logren tres cosas: establecer el marco regulatorio que guiará las acciones de las empresas del sector, definir la repartición de  responsabilidades de los diferentes actores del sector energético, y clarificar el proceso bajo el cual se otorgarán los contratos, así como la estructura de los mismos.

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