La batalla de los móviles

La “destrucción creativa” es el concepto que Joseph Schumpeter legó a la ciencia económica.  En términos llanos, explica que el avance tecnológico se deriva de la fuerte competencia del libre mercado: las nuevas industrias competitivas sustituyen a las viejas industrias obsoletas en un ciclo sin fin.

 

1,000 a 2,000
es el costo estimado del control de daños que tendrá que realizar Samsung para remediar una de las peores crisis en su historiamillones de dólares
Samsung decidió adelantar el lanzamiento del Galaxy Note 7 para capitalizar la debilidad esperada del nuevo iPhone 7. La decisión vino desde la dirección general
Después de que se reportaron al menos 35 casos de explosión, Samsung le dijo a sus clientes que deberían de apagar y dejar de usar el Galaxy Note 7
La mejor publicidad es la que hacen los clientes satisfechos” 
Philip KotlerAcadémico estadounidense

La “destrucción creativa” es el concepto que Joseph Schumpeter legó a la ciencia económica.  En términos llanos, explica que el avance tecnológico se deriva de la fuerte competencia del libre mercado: las nuevas industrias competitivas sustituyen a las viejas industrias obsoletas en un ciclo sin fin.

 

Uno de los ejemplos patentes de la “destrucción creativa” es la carrera tecnológica entre Samsung y Apple, dos firmas de avanzada que pelean palmo a palmo por el liderazgo del mercado a partir de un enfoque de innovación.

 

El estrés competitivo obliga a invertir cuantiosos recursos en investigación y desarrollo. Los resultados están a la vista: consumidores, tanto de países avanzados como emergentes, pueden acceder a teléfonos inteligentes de última generación cuya tecnología es abismalmente superior a los aparatos móviles de hace una década.

 

Sin embargo, la intensidad de la competencia también puede orillar a una firma a cometer errores. Hoy, Samsung enfrenta una de las peores crisis en su historia debido a que su producto estrella, el Galaxy Note 7, ha tenido que ser retirado del mercado por riesgo de explosión.

 

Debacle de Samsung

 

La Comisión de Seguridad de Productos al Consumidor de Estados Unidos comunicó que una falla de control de calidad en la batería de estos teléfonos móviles ocasiona un sobrecalentamiento que hace que el dispositivo comience a incendiarse.

 

Después de que se reportaron al menos 35 casos de explosión, Samsung le dijo a sus clientes que deberían de apagar y dejar de usar el Galaxy Note 7. Posteriormente, la compañía anunció que reemplazaría los 2.5 millones de dispositivos que habían sido enviados a clientes en 10 países diferentes.

 

Los mercados reaccionaron bruscamente a la estrategia de control de daños de Samsung. Aunque el anuncio del reemplazo se realizó el 2 de septiembre, la acumulación de advertencias de reguladores globales y la ambigüedad con la que la compañía manejó la información se reflejaron en una caída retardada en el precio de la acción de la firma.

 

 En dos jornadas bursátiles, la del viernes 9 de septiembre y el lunes 12 de septiembre, el valor de capitalización de mercado se redujo en 22 mil millones de dólares.

 

Analistas coinciden en que, más allá de los efectos financieros de corto plazo, esta crisis ha ocasionado un daño a la imagen y reputación de la compañía que será difícil de cuantificar.

 

Esto no quiere decir que el costo para reemplazar los Galaxy Note 7 y corregir los errores de control de calidad sean mínimos. Diversos analistas consideran que el rango de este costo va desde los mil millones de dólares hasta los 2 mil millones de dólares.

 

La semana pasada, Samsung vendió su participación en cuatro firmas tecnológicas.  Estas operaciones le permitieron obtener 891 millones de dólares en efectivo.

 

Un contraste de expectativas

 

Apple es la firma con el mayor valor de capitalización de mercado del mundo. Samsung es el líder global en ventas de teléfonos inteligentes. La competencia entre ambas compañías incluso ha llegado a tribunales, donde se ha disputado un largo caso de violación de patentes.

 

De acuerdo a la firma de investigación IDC, la maduración del mercado de teléfonos inteligentes, que pasó de crecer a tasas de 27.8 por ciento en 2014 a una tasa esperada de 3.1 para 2016, no ha mermado el crecimiento de la inversión en investigación y desarrollo de Apple y Samsung.

 

No obstante, este año, tras el primer descenso en el crecimiento trimestral de la venta de iPhones, a la que se atribuyen dos tercios de los ingresos de Apple; más de un analista advirtió respecto a un punto de quiebre para el modelo de negocios de la compañía de Cupertino, California.

 

Datos de Bloomberg muestran que, en relación a Google y Samsung,  Apple se ha rezagado en el gasto de investigación y desarrollo en los últimos siete años. En el primer trimestre de este año, Apple invirtió 2.5 mil millones de dólares en este rubro, detrás de los 3.1 mil millones invertidos por Samsung y los 3.3 millones invertidos por Google.

 

En abril, Carl Icahn, un afamado inversionista activista, vendió su participación de casi 1 por ciento en Apple, cuyo costo al momento de compra fue de 3.6 mil millones de dólares.

 

La narrativa para la compañía pública más valiosa del mundo cambió súbitamente. Este pesimismo se extendió  a su pilar de ingresos, el iPhone. Los analistas del sector previeron que el lanzamiento del nuevo móvil de Apple sería decepcionante en términos de avances tecnológicos.

 

Samsung vio esto como una oportunidad para desplazar al iPhone como el celular de avanzada en el mercado. Un reportaje de la agencia Bloomberg detalla que la compañía coreana decidió adelantar el lanzamiento del Galaxy Note 7 para capitalizar la debilidad del nuevo iPhone. La decisión vino desde la dirección general de Samsung.

 

 Para ello, se presionó a proveedores, se amplió el horario de trabajo y se aceleró el proceso de prueba del dispositivo. El 3 de agosto, 10 días antes del lanzamiento estrella del año anterior, el Galaxy Note 7 salió al mercado.

 

El nuevo teléfono lucía características prometedoras: una nueva pantalla de alta resolución que llega hasta los bordes, reconocimiento de iris y una batería de mayor duración y menor tiempo de carga.

 

Pero, el gusto duró poco. La crisis literalmente le estalló a Samsung un mes después de la introducción de un dispositivo que se supone que superaría con creces al iPhone.

 

Por otra parte, aunque el nuevo teléfono de Apple no fue considerado un lanzamiento disruptivo, los clientes y el mercado respondieron positivamente. Al cierre del viernes pasado, el valor de las acciones de la firma presentaron su mayor avance semanal en cinco años, un alza de 11 por ciento.

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