
Se acentúa la desigualdad gracias al poder de mercado y las herencias: Oxfam
Más del 50 por ciento de la fortuna de las personas más ricas del mundo se relaciona con la sucesión patrimonial y económica a la que son acreedores y la capacidad que tienen para influir en el mercado y la política
Gabriel NavaLa riqueza que concentran las personas con las fortunas más grandes del mundo se acrecentó tres veces más rápido durante 2024 en comparación con 2023, lo que a su vez ha generado que la pobreza a nivel mundial apenas haya experimentado una variación en casi tres décadas, de acuerdo con Oxfam.
Al respecto, en su más reciente estudio “El saqueo continúa: Pobreza y desigualdad extrema, la herencia del colonialismo”, la organización destacó que tal incremento en la capacidad de concentrar dinero puede atribuirse al hecho de que más del 50 por ciento de la fortuna de las personas más ricas del mundo se relaciona con la sucesión patrimonial y económica a la que son acreedores y la capacidad que tienen para influir en el mercado y la política.
“En 2023 por primera vez las personas que han alcanzado las fortunas más grandes del mundo pertenecen al grupo de aquellas que han heredado su riqueza. Tal mecanismo nos lleva a un sistema de oligarquía aristocrática en diversos países y esas aristocracias de cada país, de hecho, van formando lo que podemos llamar una aristocracia global; especialmente cuando pensamos que en una década podemos tener cinco billonarios en el mundo”, advirtió a Reporte Índigo, Grazielle Custódio, coordinadora de justicia económica para Oxfam en América Latina.
Incluso la organización destacó que el uno por ciento de los más ricos que habitan en el considerado norte global obtuvo 263 mil millones de dólares de los países del sur global a través del sistema financiero, lo que podría traducirse en una ganancia similar a más de 30 millones de dólares cada hora; cuestión que ayuda a ilustrar por qué la desigualdad también ha logrado expresarse en términos territoriales.
“Las personas que viven en la pobreza en todo el mundo continúan enfrentándose a múltiples crisis. Las cicatrices de la pandemia todavía nos acompañan en forma de deudas imposibles de pagar, de salarios más bajos y un considerable aumento de los precios de los alimentos, complicando enormemente la vida diaria de millones de personas”, se lee en el informe.
El peligro de acrecentar la desigualdad y de no enfrentar a las grandes fortunas
De seguir con las condiciones de concentración de la riqueza vigentes, la sociedad corre el riesgo de acrecentar las diversas brechas que impactan en diversos grupos demográficos, como la de ingreso, de género o de accesibilidad a servicios de salud, por ejemplo; lo que ha provocado que incluso la clase media continúe reduciéndose a nivel mundial, tal como lo ha expuesto la organización en informes anteriores.
“Lo que esperamos es un sistema económico cada vez más direccionado a los intereses de los países del norte global y especialmente de esa aristocracia internacional, ampliando cada vez más la desigualdad que hoy impera”, dijo Custódio.
Además, Oxfam ha puntualizado que para entender y solucionar los problemas sociales vigentes, es necesario abordarlos desde su componente histórico, ya que “la desigualdad que existe hoy en día en el mundo lleva la marca indeleble del brutal pasado colonial. Las huellas de la desigualdad y las patologías del saqueo iniciadas durante la etapa del colonialismo histórico, continúan marcando la sociedad en la que vivimos actualmente”.
¿Existe alguna alternativa para redistribuir la riqueza?
La especialista consultada por este medio consideró que es posible enfrentar el panorama descrito en el más reciente informe de la organización, pero, señaló, se requiere de voluntad política y apoyo social para impulsar acciones que abarquen desde el reconocimiento de las deudas históricas con grupos sociales y regiones, por un lado, y hasta mecanismos de reparación por parte de aquellos que se han beneficiado a lo largo de los años.
“Un primer mecanismo sería realmente mirar lo que ha pasado con el colonialismo histórico y revertir esa tendencia, adoptar políticas de reparación de los países del norte global, hacia los países del sur global. Además es fundamental generar indicadores que comprometan a los países que han impulsado las desigualdades y plantear impuestos que promuevan una verdadera redistribución de la riqueza”, concluyó la coordinadora de justicia económica para Oxfam en América Latina.