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Acabará el estímulo

El mundo financiero ha estado esperando ansiosamente esta semana. ¿La razón?, la reunión de política monetaria de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed), durante la cual se prevé que se anuncie una reducción de 10 mil millones de dólares en su programa de compra de activos. 

La decisión de reducir el programa de compra de activos de la Fed, que actualmente inyecta 85 mil millones de dólares en la economía estadounidense cada mes, no sería una sorpresa para los analistas e inversionistas.

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Puntos porcentuales ha aumentado el rendimiento de los bonos a 10 años en EU desde mayo, cuando inició la discusión sobre la reducción
Una reducción prematura en el estímulo monetario podría frenar la frágil recuperación económica de EU y tener consecuencias en las economías emergentes, como México
"Una política monetaria altamente acomodaticia por el futuro previsible es lo que la economía estadounidense necesita”
Ben BernankePresidente de la Reserva Federal de Estados Unidos
http://www.youtube.com/watch?v=IJY7O7rcFV0

El mundo financiero ha estado esperando ansiosamente esta semana. ¿La razón?, la reunión de política monetaria de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed), durante la cual se prevé que se anuncie una reducción de 10 mil millones de dólares en su programa de compra de activos. 

La decisión de reducir el programa de compra de activos de la Fed, que actualmente inyecta 85 mil millones de dólares en la economía estadounidense cada mes, no sería una sorpresa para los analistas e inversionistas.

De hecho, si se toman en cuenta comentarios anteriores por parte de las autoridades de la Fed, la reducción se ha tardado demasiado en llegar. 

En junio, Ben Bernanke, presidente de la Fed, explicó que preveía que el banco central dejaría de comprar activos por completo cuando la tasa de desempleo en Estados Unidos llegara a 7 por ciento. 

Considerando que la tasa ya se encuentra en 7.3 por ciento, la Fed tendría que reducir su ritmo de compras pronto, y a un ritmo acelerado, si quiere cumplir con sus planes. 

The Economist reporta que si la Fed ignora lo propuesto en junio esto podría restarle credibilidad a sus otros planes, como su promesa de no subir las tasas de interés a corto plazo. Estas actualmente se encuentran cerca del cero por ciento, y se promete que permanecerán así hasta que la tasa de desempleo caiga a 6.5 por ciento.

Pero aunque no sería sorpresiva, la decisión de reducir el estímulo monetario no viene sin sus cuestionamientos. 

Desde que en mayo se empezó a discutir la posibilidad de un futuro recorte en el programa de compra de activos, las condiciones financieras estadounidenses se han vuelto menos laxas. Además, los más recientes indicadores económicos en Estados Unidos muestran que la recuperación continúa, pero a un ritmo más lento que el previsto.

El rendimiento de los bonos a 10 años del Tesoro estadounidense ha aumentado casi uno por ciento desde mayo, uno de sus mayores saltos en décadas. 

En respuesta, los rendimientos también han aumentado en Europa, y se ha observado una importante fuga de capital en los mercados emergentes, cuyas mayores monedas han visto su valor desplomarse frente al dólar.

Además, indicadores como la confianza del consumidor, el ritmo de crecimiento y la creación de empleos no han progresado tan positivamente como se esperaba durante el último trimestre. 

La inflación subyacente, que se coloca en 1.7 por ciento, aún permanece por debajo del objetivo de 2 por ciento de la Fed.

Decisión sin claridad

Una reducción prematura y abrupta en el estímulo monetario podría frenar la frágil recuperación económica de Estados Unidos y tener severas consecuencias en los mercados financieros alrededor del mundo, sobre todo en grandes economías emergentes como Brasil, India y México. 

Sin embargo, cambiar el curso previamente señalizado podría restarle credibilidad al banco central y empeorar las condiciones financieras en los mercados estadounidenses. 

¿Qué curso debe tomar entonces la política monetaria de la Fed? ¿Y cómo debe comunicar esta decisión a los mercados?

The Economist sugiere que la economía estadouniden ha mejorado lo suficiente como para justificar una reducción en el programa de compra de activos, pero no para que el programa desaparezca totalmente, ni para una alza en las tasas de interés a corto plazo. 

El problema es que eso es exactamente lo que los inversionistas esperan en base a las sugerencias de recorte por parte de la Fed.

La diferencia en interpretación entre el banco central y los mercados se debe a que la Fed percibe que un recorte no representa un apretamiento en la política monetaria, ya que se seguirá inyectando dinero a la economía, aunque a un ritmo reducido. 

Los mercados, en cambio, han interpretado que un recorte en el estímulo representaría un cambio en las prioridades de la Fed, y que el final del estímulo no puede estar muy lejos.

En parte, esta diferencia de interpretación se debe a que la Fed dio a los mercados una meta muy ambiciosa sin un plan claro para llegar a ella, y sin describir cómo cambiaría esta contra signos de debilidad en la recuperación económica. 

Para evitar esta situación, la Fed tendría que detallar sus prioridades y planes con mucha más claridad, enfatizando que el crecimiento es su prioridad y que el estímulo monetario se modificará, reduciéndose o aumentando, en base a lograr este objetivo. 

Además, el banco central debería indicar que su política no depende únicamente del comportamiento de un solo indicador económico (en este caso el desempleo), y que si la debilidad económica persiste mantendrá las condiciones laxas por más tiempo.

Continuidad necesaria

Otro factor que ha erosionado la confianza que los mercados tienen en las promesas de continuidad en las políticas de la Fed es el que todavía no se sabe quién reemplazará a Ben Bernanke al frente del banco central cuando su periodo expire en enero 2014, por lo que no queda claro cuál será la continuidad de las políticas empleadas bajo su supervisión.

Este domingo Lawrence Summers, exsecretario del Tesoro y uno de los favoritos en la contienda por el puesto, anunció que se retiraba de la consideración. 

Esto le deja el camino libre a su contrincante, Janet Yellen, actual vicepresidenta de la Fed. El tercer candidato mencionado en consideración por la Casa Blanca es Donald Kohn, exvicepresidente de la Fed y ahora investigador en la Institución Brookings.

Si los mercados perciben que Yellen será la sucesora, es posible que esto los tranquilice, ya que Yellen ha expresado una postura muy similar a la de Bernanke y un interés por mantener la continuidad en las condiciones monetarias relajadas. 

Esto incrementaría la credibilidad de las promesas de la Fed, que en junio dijo que 15 de sus 19 oficiales consideran apropiado mantener las tasas de interés cerca del cero por ciento hasta el 2015 o más tarde.

Las tres rondas del estímulo

El programa de estímulo monetario de la Fed ha pasado por tres rondas de relajación cuantitativa (QE, por sus iniciales en inglés). Aquí las principales características de estos estímulos:

>  QE1 (25 de noviembre 2008 al 31 de marzo 2010): La Fed inicia sus compras de activos para reducir las tasas de interés y mejorar las condiciones de los mercados financieros. En total, en casi dos años la Fed adquirió 1.25 billones de dólares en valores respaldados por hipotecas, 300 mil millones de dólares en bonos del Tesoro, y 175 mil millones de dólares en deudas que estaban en posesión de agencias hipotecarias federales.

>  QE2 (3 de noviembre 2010 al 30 de junio 2011): La Fed inicia una segunda ronda de compras para reactivar la economía estadounidense, y adquiere 600 mil millones de dólares en bonos del Tesoro. Adicionalmente, reinvierte alrededor de 300 mil millones de dólares generados por sus inversiones previas, comprando más bonos del Tesoro.

>  QE3 (13 de septiembre 2012 al presente): El actual programa de compras de la Fed, que mezcla compras mensuales de 40 mil millones de dólares en valores respaldados por hipotecas y 45 mil millones de dólares en bonos del Tesoro. La Fed ha dicho que este programa es de naturaleza abierta y que se alterará de acuerdo a las condiciones económicas.

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