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REVIEW Floodland

En Floodland el jugador es el líder de un grupo de supervivientes que luchan por restablecer la civilización humana aunque cada facción tiene su propia visión para alcanzar dicho objetivo.

Si hay algo peor para quienes padecen de talasofobia además de quedar varados en medio del mar, posiblemente sea vivir en un mundo casi completamente inundado. Aunque tal es el caso en Floodland, afortunadamente se trata de una experiencia vista desde lejos. Sin embargo, a pesar de controlar el destino de toda una colonia de supervivientes a distancia, se necesitará atención hasta al más mínimo detalle.

Con el agua hasta el cuello

Floodland es un videojuego de supervivencia y gestión desarrollado por Vile Monarch y distribuido por Ravenscourt. El juego consiste en establecer una colonia de supervivientes funcional y encontrar una solución para una inundación global. Como en otros juegos del género similares, el jugador deberá administrar cuidadosamente a los miembros de la comunidad para satisfacer las necesidades básicas. Sin embargo en este título también hay mucho énfasis en la convivencia armoniosa entre diferentes clanes de supervivientes.

Al inicio de cada partida el jugador deberá elegir entres cuatro diferentes clanes para liderar, cada uno con sus visiones del mundo y habilidades. Los Buenos Vecinos valoran la libertad y el mundo de antaño. No obstante, los miembros de Berkut-3 son su antítesis al anteponer la autoridad y una visión del mundo nueva. También están los Supervivientes de Oakhill (viejo mundo, autoridad) y el Cuerpo de Bomberos (nuevo mundo, libertad).

Realmente no importa mucho qué facción escoge el jugador en un inicio. En las fases tempranas de la partida casi no se perciben las diferencias de cada una y más adelante se unen a la colonia el resto de clanes. Hizo falta alguna mecánica o de plano seleccionar al azar un grupo al inicio. No obstante en la vista general, la interacción entre los diferentes clanes resulta una pieza clave del gameplay.

Una sociedad implica más que sobrevivir

Como buen juego de gestión, Floodland desafía al jugador a administrar de la mejor manera posible una población. Ello implica satisfacer las necesidades básicas de comida, bebida y refugio aunque también la recolección de materiales. Mientras más progresa la partida, se desbloquean métodos de producción más complejos. Una mecánica adicional interesante es la de especialización de los clanes. A través de un método, diferentes clanes pueden volverse más creativos, fuertes o precisos y en consecuencia más aptos para acciones determinadas. Por ejemplo, se pueden seleccionar a miembros de cualquier clan para la pesca básica. Sin embargo el siguiente nivel de pesca, que produce más eficientemente, requiere trabajadores fuertes. Por lo tanto será necesario determinar qué clan se especializa en la fortaleza.

La especialización de tareas cobra especial importancia de la mano con los diferentes clanes por su convivencia. Después de un tiempo y más de un clan coexista en el grupo, comenzarán a haber relaciones positivas o negativas. De ahí la diferencia de pensamientos entre las facciones. Además también está el panel de leyes. Qué sería de una sociedad sin sus fundamentos institucionales. Las leyes otorgan diferentes ventajas pero promulgarlas afecta la convivencia de los clanes. Por ejemplo las facciones más autoritarias ven con mejores ojos imponer un toque de queda en comparación con las facciones más libres.

Entre más descontento la criminalidad aumentará y la productividad decaerá. Nunca se puede tener contento a todo el mundo pero el truco está en moderar la convivencia. Dicho lo anterior, el sistema de relaciones se siente algo desproporcionado. El cambio de bienestar entre los clanes es demasiado repentino con una sola decisión. No estaría mal añadir una actualización para que el malestar y bienestar de los clanes sea más progresivo.

Un mundo (inundado) por descubrir

Las partidas de Floodland siempre comienzan en la misma isla segura, un microcosmos en sí mismo. No obstante mientras más crece la comunidad se tiene acceso a la exploración. Afuera de la isla inicial, el mundo generado de cada partida es completamente aleatorio y eso le añade al juego muchísima rejugabilidad. Explorar es una necesidad primordial para conseguir recursos cada vez más raros, locaciones importantes u otros grupos de supervivientes.

Además mediante la exploración se pueden encontrar nuevas islas aptas para la colonización. Esto es importante no sólo para tener una producción de todos los recursos sino también para, de nuevo, mantener la armonía. Algunos clanes simplemente son completamente incompatibles y no quedará más remedio que mantenerlos alejados. Además al descentralizar las poblaciones se evitan riesgos como epidemias o eventos emergentes.

Con el agua turbia

No todo es perfecto en Floodland. Lamentablemente los aspectos técnicos del juego dejan qué desear. Algunos podrían decir que el apartado visual responde más a una elección de estilo pero aún así se ve bastante anticuado. Peor aún, a pesar de no tener gráficos de primer nivel, el juego tiene bajones de frames cuando se ejecuta el guardado automático. Por el lado del audio tampoco hay mucho rescatable. Tanto el diseño de audio como la música cumplen pero nada más. No hay un trabajo extraordinario ni nada por el estilo. De hecho después de un tiempo en una sesión de juego hasta dan ganas de mejor silenciar la partida y poner una selección personal de música para amenizar.

Calificación: 8

En el género de los juegos de gestión, Floodland se perfila a un título de dificultad media. Un bien diseñado tutorial ayuda al jugador a clavarse de lleno en la jugabilidad. El sistema de facciones y sus interacciones está muy bien pulido para presentar un desafío formidable. No obstante las partidas comienzan a perder su atractivo progresivamente de la mano con un apartado visual pobre. Sin dudas una propuesta decente y entretenida pro no más, no alcanza a ser memorable.

Floodland es un videojuego desarrollado por Vile Monarch y distribuido por Ravenscourt para PC. Para esta reseña se jugó una versión del juego proporcionada por su distribuidor.

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