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CINE Batman y Superman: La Batalla de los Súper Hijos (2022)

Los superhéroes más grandes de la historia ya son padres, y esta película nos enseña que eso es lo mejor que les pudo haber pasado.

Durante muchos años, la división animada de DC Comics se mantuvo muy por encima de todos sus competidores, manteniendo fresca e interesante una marca que en otros medios, sea cine o impresos, había caído en la rutina. Desafortunadamente, no todo es para siempre y ya teníamos bastante tiempo con películas animadas que como en los cómics en los que se basaban, mostraban un hartazgo con los personajes e incluso, el mismo género… hasta que apareció Jonathan Kent.

EL NIÑO DE ACERO

Jonathan Samuel Kent es el hijo de Clark Kent y Lois Lane, y llegó al mundo de los cómics en el 2015 como una esperada novedad que rápidamente se ganó un lugar en el corazón de los fanáticos de DC por ser, justamente, todo lo contrario a lo que mucha gente “valoraba” de los super héroes en ese tiempo. Dejando atrás la rudeza, la oscuridad y la melancolía, el pequeño Superman llegó a darle una chispa de luz a las historias en las que participaba y los personajes con quien interactuaba, como alguna vez lo hizo su padre hace décadas.

Esta aparición coincidió justo cuando la popularidad de Damian Wayne estaba en todo su apogeo. El hijo de Batman de Thalia Al Ghul, conocido por muchos como ‘la bolita de odio’, es un guerrero chaparrito, amargado y mortal, que se había caracterizado por ser pésimo para tratar con otros personajes y ser un dolor de cabeza para su padre. El contraste entre los hijos de los superhéroes más famosos del planeta era casi tan evidente que rayaba en el cliché, por lo que una amistad entre ambos era algo mucho más que esperado.

El resultado de este encuentro, la clásica historia de la pareja dispareja, consolidó a ambos personajes en una serie de cómics que rápidamente los llevó a la televisión y ahora, les da su propio estelar en una película animada.

SOLOS CONTRA EL MUNDO

Batman y Superman: La Batalla de los Súper Hijos nos cuenta una muy abreviada historia de origen para Jonathan Kent y como descubre que no sólo tiene superpoderes, sino que es el hijo del hombre de acero. Cuando Superman lleva al pequeño a conocer a Batman, Damian Wayne se hace presente y así, da comienzo una relación que se volverá una entrañable amistad gracias a la intervención, ni más ni menos, que de una vaca.

La invasión de un parásito extraterrestre y una superflua lección de lo que significa ser un superhéroe son la excusa para contarnos la primera aventura de este nuevo dúo dinámico.

La producción es relativamente corta, con apenas poco más de una hora de duración, la cual es suficiente para presentarnos a todos los personajes, principales y secundarios, el conflicto y un final relativamente cursi. El trabajo de animación es bueno, aunque este nuevo estilo de CGI le quita mucha naturalidad al movimiento de los personajes, pero le da más fuerza a las secuencias de acción. La historia de Jeremy Adams logra contarse bastante bien y además, se llena de pequeños detalles que agradecerán los fanáticos de los cómo. La dirección de Matt Peters regresa al ritmo que hizo grandes otras cintas animadas suyas como Injustice y Justice League Dark: Apokolips War, y para finalizar, el doblaje -tanto en inglés como en español- está cuidadosamente bien logrado.

Sin llegar a ser una cinta impredecible, Batman y Superman: La Batalla de los Súper Hijos es un regreso en forma a lo que alguna vez fueron las animaciones de DC Comics, y esperemos que ésta sea la primera de una serie de películas protagonizadas por estos pequeños héroes.

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