¡Pásele marchanta!

El draft mexicano es más que un mercado de piernas. Es injusticia e imposición que desde hace dos décadas y con 2 mil 462 movimientos en su historia, los presidentes de equipos manejan a su antojo.

Luce como un régimen de transferencias de futbolistas, donde lo que menos importa es la propia opinión del profesional.

Cuando un jugador ya no “cabe” en una plantilla, sencillamente se va sin que se le pida su opinión, esto porque el dueño de la carta, o sea el club, siempre será quien decide el paradero del elemento.

La intención con que inició el “tianguis” del balompié nacional desde julio de 1990 fue bajar la inflación, misma que suele elevarse al máximo con el costo de un jugador en la idea de obtener una mejor ganancia al transferirlo.

Otra razón fue la de eliminar a los promotores que afectan los intereses de los directivos y controlar los costos de los jugadores.  Lo malo, es que todo sigue siendo igual en pleno 2012, pues mientras los equipos ricos se arman con todo, los más precarios adquieren lo que ya nadie quiere en sus filas.

Ejemplos de este abuso de poder fue Chivas de 1993, que gastaron 17 millones de pesos por comprar ocho jugadores y al final del torneo ni en repechaje pasaron. O Tigres al año siguiente, que desembolsaron 11 millones de pesos ellos solos para terminar en la penúltima posición general de la campaña.

Aunque la FIFA pidió en 2001 desaparecer el draft, en Cancún cada verano se reúnen directivos de las distintas instituciones de la Primera División y la Liga de Ascenso con el propósito de utilizar como moneda de cambio a sus futbolistas para rearmar la base de su plantel.

Por años, diversos futbolistas han buscado la creación de un sindicato o unión que vele por los intereses de los reales actores del espectáculo, sin embargo luego de tanto tiempo el sistema sigue funcionando de la misma forma.

Y después, cuando termina el “estira y afloja” al calor del sol tropical, surgen cifras oficiales de las transferencias realizadas en dos días de trabajo, las cuales se habla de que son irreales pues además de buscarse la evasión de impuestos, existen los dobles contratos que terminan por maquillar las compras o las ventas.

Primeros movimientos del Draft 2012

Héctor Mancilla se convirtió en un refuerzo más del Atlas de Guadalajara, que ya antes habían fichado a Vicente Matías Vuoso, Luis Alberto Bolaños, Sergio Amaury Ponce y Luis Alfonso Sandoval, además de que Christian Sánchez regresó al equipo zorro.

Alonso René Zamora, reforzará a Tigres como parte de la operación citada, mientras que otro de los movimientos comentados fue el de Efraín Juárez como tercer refuerzo del América de Miguel Herrera.