En el desierto de Naco, Sonora, el pequeño Gamaliel escucha atento a su padre, quien con severidad le dice, “aquí sólo tienes dos opciones, o te haces pollero como yo, o narco como tu tío”, dicta determinado el hombre con paliacate rojo y corte a rape.
Años después, convertido en adulto, Gamaliel pone junto con Morris (su mejor amigo de la infancia) del otro lado de la frontera, una agencia de viajes algo peculiar, que con el lema “Pasas porque pasas”, recaban una clientela que con dinero en mano están dispuestos a la aventura de su vida.
Hidalgo Neira