Los celadores chilenos realizaron ayer un paro de advertencia por un plazo de 24 horas en contra de una medida que adoptó la Contraloría de ese país y que puso un tope a sus jubilaciones, con el fin de presionar para seguir con su antiguo sistema que, al igual que a las Fuerzas Armadas, les otorga pensiones superiores al promedio de los civiles.
Los funcionarios reaccionaron a una disposición aprobada en junio que prohibió su jubilación con pensiones superiores a mil 500 millones de pesos chilenos, es decir, dos mil 240 dólares.