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¿Qué es un calpulli mexica, el nuevo descubrimiento en el Centro Histórico?

Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hallaron cerca de la Plaza Pino Suárez, los restos de una subestructura prehispánica que debió ser parte del espacio sagrado del calpulli de Cuezcontitlan, “Lugar de las trojes”.

Un calpulli, que podría traducirse al español como “casa grande”, era una unidad social compleja, propia de la sociedad mexica, en la ciudad de Tenochtitlán, los calpulli a su vez formaban barios, los cuales estaban divididos en calles o tlaxilacallis.

Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hallaron cerca de la Plaza Pino Suárez, los restos de una subestructura prehispánica que debió ser parte del espacio sagrado del calpulli de Cuezcontitlan, “Lugar de las trojes”.

Un calpulli, que podría traducirse al español como “casa grande”, era una unidad social compleja, propia de la sociedad mexica, en la ciudad de Tenochtitlán, los calpulli a su vez formaban barios, los cuales estaban divididos en calles o tlaxilacallis.

Este lunes, la arqueóloga del INAH, Donají Montero Guzmán, dio a conocer el descubrimiento y explicó que hace más de un mes se procedió al rescate de estos vestigios arquitectónicos que quedaron expuestos durante los trabajos de rehabilitación de la zona.

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Se trata de los restos de un basamento sobre el que desplantaban habitaciones destinadas, posiblemente, a cuestiones administrativas o religiosas del barrio de Cuezcontitlan, lo cual es afortunado, considerando que en las inmediaciones de las avenidas José María Izazaga y San Antonio Abad, se habían realizado obras para la construcción de la segunda línea del Metro para la capital, a finales de los años 60.

En esa época fueron descubiertos los restos de edificios que conformaron el centro ceremonial de Cuezcontitlan, entre ellos su adoratorio dedicado al dios mexica del viento, Ehécatl.

Recordó que las líneas de estudio en materia arqueológica, impulsadas por la Secretaría de Cultura y el INAH, han derivado en el avance de diversas investigaciones, entre ellas el Templo de Ehécatl en el Templo Mayor de Tenochtitlan; los restos de un recinto de nobles mexicas que habitaron el barrio de Colhuacatonco, en la calle República del Perú.

Además de detectar un posible túnel en la Plaza y Pirámide de la Luna, en Teotihuacan; y el descubrimiento del zócalo original de la Ciudad de México, durante las labores de rehabilitación de la Plaza de la Constitución.

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A escasos 35 metros al noreste del Templo de Ehécatl —que se localiza dentro de la estación Pino Suárez del Metro y es visto por más de 50 millones de usuarios al año—, la arqueóloga explora los testimonios que debieron corresponder al tercer cuerpo de un basamento sobre el que desplantaban habitaciones destinadas, posiblemente, a cuestiones administrativas o religiosas por parte de la élite de ese barrio.

El calpulli o barrio de Cuezcontitlan era estratégico, pues permitía una rápida y eficaz distribución de productos agrícolas en las parcialidades de Teopan (también llamado Zoquipan o Xochimilca) y Moyotlan.

Por ahora, dijo, es complicado conocer las dimensiones y la planta general de la subestructura mexica, no obstante, se sabe que contó al menos con dos cuerpos y que tuvo una cenefa similar a la que circunda el Templo de Ehécatl, como lo constatan cuatro clavos arquitectónicos hallados en las excavaciones y las imágenes de archivo que resguarda la Dirección de Estudios Arqueológicos del INAH, respecto a los trabajos de construcción de la Línea 1 del Metro.

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