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Negocian el control

El grupo de autodefensas de la comunidad de Aquila abrió la posibilidad de diálogo con el Gobierno Federal, a fin de entregar la seguridad de los municipios del sur del estado que a la fecha se encuentran bajo su control. El iniciador de las negociaciones es el comandante Germán Ramírez Sánchez, el sucesor de Semeí Verdía Zepeda que permanece encarcelado.

El grupo de autodefensas de la comunidad de Aquila abrió la posibilidad de diálogo con el Gobierno Federal, a fin de entregar la seguridad de los municipios del sur del estado que a la fecha se encuentran bajo su control. El iniciador de las negociaciones es el comandante Germán Ramírez Sánchez, el sucesor de Semeí Verdía Zepeda que permanece encarcelado.

El inicio del diálogo entre el Gobierno federal y los autodefensas de Aquila fue confirmado por fuentes de la Secretaría de Gobernación, donde se informó del desplazamiento de por lo menos 700 elementos de la Policía Federal Preventiva para hacerse cargo de la seguridad de los municipios que los civiles armados podrían entregar en los próximos días.

Este es el más sólido indicio de desmovilización de las autodefensas de Aquila, a la que pertenecen al menos unos 2 mil hombres integrados en 13 grupos alzados en armas, todos leales a la voz de mando del comandante fundador de la insurgencia, José Manuel Mireles Valverde, quien continúa preso en una cárcel federal en el estado de Sonora.

Sin embargo, el proceso de paz al que se asoma la comandancia de las autodefensas de Aquila podría generar un conflicto interno dentro de los grupos de civiles armados, toda vez que no todos avalan el proceso de diálogo al que ha convocado el comandante Germán, y que ha tomado como válido el gobierno federal.

Desde la prisión, el líder fundador del movimiento Semeí Verdía Zepeda, rechazó la posibilidad de un armisticio con el Gobierno federal, al considerar que no es necesaria la presencia de la Policía Federal Preventiva en los municipios que están bajo el control de las autodefensas, resaltando que el orden que prevalece en esos lugares es el que los civiles armados han logrado establecer, sin la ayuda del gobierno. 

Cabe recordar que el comandante Semeí Verdía, el primer líder de las autodefensas de la zona sur del estado, pasó de ser aliado del Gobierno federal a reo peligroso, acusado de delitos graves como homicidio y portación de armas –las mismas que fueron entregadas por la federación- de uso exclusivo del ejército.

Como muestra de su desconfianza hacia las instituciones de gobierno, Semeí Verdía, desde la prisión de Mil Cumbres en la capital de Michoacán, filtró su intensión de exhibir en breve una serie de videos en donde se observan reunidos funcionarios de gobierno –estatal y federal- con los que en su momento tuvieron el control de las células del cártel de los Caballeros Templarios.

Por su parte, el Gobierno federal ha atendido el llamado del comandante Germán, con el que ya iniciaron el contacto a fin de establecer las condiciones para definir las mesas de diálogo, las que podrían ser el principio de la desmovilización de los grupos de civiles armados que se alzaron contra el crimen organizado en el estado de Michoacán.

Antes del anuncio de inicio de diálogo entre los autodefensas de Aquila y el Gobierno federal, al menos cuatro grupos de autodefensas de la zona de Los Reyes –en la parte noroccidental del estado- también ya habían manifestado su intención de alcanzar la paz. 

Los comunitarios de Los Reyes exigieron -para poder desmovilizarse- que las policías estatales, principalmente la llamada Fuerza Rural, se depuraran de la infiltración del crimen organizado. También demandaron una reestructuración en los mandos de control de esa dependencia, en donde las comandancias fueron entregadas a funcionarios que fueron traídos por el entonces comisionado Alfredo Castillo. 

Proponen mesa de diálogo

De acuerdo a la versión emitida por una fuente de la Secretaría de gobernación, fue el propio jefe de las autodefensas de Aquila, Germán Ramírez Sánchez, el que propuso una especie de armisticio a la federación. Por medio de un agente del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) ofreció establecer el diálogo para la paz.

Ofreció la desmovilización de todos los civiles armados, los integrados en la autodefensa reconocida como de Semeí Verdía Zepeda a cambio de un programa intenso de seguridad y vigilancia para las comunidades en donde fue erradicada la presencia de las células criminales al servicio de cártel de los Caballeros Templarios.

El principal reclamo del comandante Germán es que el Gobierno federal asuma su función y garantice la seguridad de los vecinos de los municipios de la zona de la costa, los que por más de una década vivieron sometidos a las decisiones de los jefes de plaza de los cárteles de las drogas, primero los Zetas, luego La Familia Michoacana y posteriormente Los Templarios.

El comandante Germán explicó a la Secretaría de Gobernación que la disposición de diálogo surgía del cansancio de los hombres alzados en armas, los que estaban viendo que el cártel de los Templarios había sido reducido, y que la presencia del crimen organizado en la zona de Costa Sierra Nahua de Michoacán era nula. “Ahora corresponde a la federación mantener la paz que les queremos entregar”, mandó decir.

El convencimiento del comandante Germán para llamar al Gobierno federal a buscar mecanismos para permitir que miles de autodefensas regresen a la vida de civiles, con sus familias, a sus actividades normales, surge de un consenso que se ha venido haciendo entre los alzados en armas, donde cada vez son más los hombres que quieren dejar atrás la guerra, dijo una fuente de la Segob.

Se desmovilizan, pero no entregan las armas

Como parte de los acuerdos medulares que el comandante German ofreció al gobierno federal para entregar la seguridad de la zona sur del estado, se encuentra la desmovilización sin desarme. Pretende que no haya grupos de autodefensas, pero ninguno de los que participan en la alzada entregara sus armas que serán resguardadas por ellos mismos, por si hubiera incumplimiento de la federación en su tarea de garantizar la paz y alejado al crimen organizado.

El anuncio de la pacificación de las autodefensas de la zona sur del estado fue cuestionado por algunos integrantes de los cuerpos de autodefensas de otros puntos del estado, como en Tancítaro, en donde se asegura que la decisión del comandante Germán “no es una decisión normal”. Aseguran que los comandantes de las autodefensas del sur están siendo obligados a armisticio.

Para nadie es un secreto que los autodefensas estamos siendo cazados o encarcelados. A todos nos quieren presos o muertos –dijo el comandante Felipe de las autodefensas de Aguililla-. Eso es lo que hace duda que la decisión del comandante Germán sea una decisión propia. No se descarta la posibilidad de que esté siendo obligado a esa posición, bajo la amenaza de ser procesado al igual que lo está siendo el anterior comandante de esa región Semeí Verdía.

El escepticismo de algunos autodefensas ante esta propuesta de paz que nace del primer comandante de las autodefensas de Aquila no es gratuito. Esta no es la primera ocasión en que los civiles armados y alzados contra el crimen organizado buscan un pacto con la federación. En su momento lo intentaron mediante la figura del comisionado Alfredo Castillo, pero el acuerdo de paz nunca prosperó.

Alza la voz desde la prisión

Para el que fuera el comandante de los grupos de autodefensa de la zona de Aquila y hoy un reo más de la cárcel de mediana seguridad de Mil Cumbres en Morelia, Semeí Verdía Zepeda, la propuesta de pacificación lanzada por el comandante Germán, su sucesor en el cargo, no está del todo clara.

Dijo que no hay las condiciones para que las autodefensas de la zona de Aquila entren en un proceso de desmovilización. El riesgo es latente para todos los que se encuentran en las barricadas, toda vez que existe el convencimiento de que las células del crimen organizado se han podido reorganizar.

Desde la prisión, vía telefónica y a veces con la intermediación de sus abogados, el comandante Semeí Verdía ha insistido en que la presencia de la Policía Federal Preventiva no es garantía del regreso de la paz a la zona de conflicto. Recordó que la misma PFP estaba presente en esos municipios cuando el reinado de los Templarios estuvo en todo su esplendor.

Semeí Verdía es opositor a un proceso de paz con la federación, tras quedar el antecedente de incumplimiento de Alfredo Castillo, pero también es consciente de que la guerra en la zona sur del estado no es contra el gobierno federal, sino contra los grupos del crimen organizado que se mantiene actuantes.

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