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Los medios: el nuevo rival del Ejército

Desde que en 2010 WikiLeaks comenzó a difundir material secreto que puso en evidencia las malas prácticas de gobiernos y corporaciones alrededor del mundo, el Gobierno de Estados Unidos –el principal afectado por las publicaciones– se ha esforzado en contener la difusión del material clasificado. 

El más reciente de estos intentos proviene de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, y tiene como objetivo un medio de comunicación en particular. 

Desde que en 2010 WikiLeaks comenzó a difundir material secreto que puso en evidencia las malas prácticas de gobiernos y corporaciones alrededor del mundo, el Gobierno de Estados Unidos –el principal afectado por las publicaciones– se ha esforzado en contener la difusión del material clasificado. 

El más reciente de estos intentos proviene de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, y tiene como objetivo un medio de comunicación en particular. 

De acuerdo a “múltiples fuentes militares” que hablaron con The Intercept, un aviso ha estado circulando en varias unidades dentro del Ejército, Fuerza Aérea y Marina advirtiéndole a sus empleados que tienen prohibido leer notas publicadas en The Intercept, bajo la premisa de que pueden contener información secreta.

La misiva enviada al personal militar amenaza con “problemas de seguridad a largo plazo” para cualquier empleado que sea sorprendido viendo material restringido.

La prohibición, según Ryan Gallagher de The Intercept, es un “esfuerzo para censurar reportajes noticiosos que contienen secretos gubernamentales filtrados”.

No es la primera vez

The Intercept, medio fundado por el periodista Glenn Greenwald, quien publicó las filtraciones de la NSA provistas por Edward Snowden, no es el primero en ser censurado. 

Prohibiciones similares han sido aplicadas  a otros medios que han publicado documentos clasificados, como The Guardian, WikiLeaks y The Washington Post.

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