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La maldita primavera egipcia

En febrero de 2011, una serie de intensas protestas populares culminaron con la renuncia de Hosni Mubarak a la presidencia de Egipto. 

El fin de una dictadura militar de treinta años fue visto como uno de los primeros triunfos del movimiento democrático regional conocido como La Primavera Árabe.

Cuatro años después, elementos de las fuerzas militares egipcias confundieron con terroristas a un grupo de turistas – incluidos varios mexicanos - y abrieron fuego contra ellos.

10
millones de turistas extranjeros visitaron Egipto en 2014
"He llamado al Embajador Mexicano Álvarez Fuentes para asegurarle que los heridos están recibiendo atención médica apropiada y que el gobierno se disculpa por los extranjeros fallecidos"
Ibrahim Mahlab Primer Ministro de Egipto
Se reportan al menos 12 muertos y 10 heridos tras el ataque del domingo en Egipto. La SRE confirmó que 2 mexicanos murieron y 6 más se encuentran heridos pero estables

En febrero de 2011, una serie de intensas protestas populares culminaron con la renuncia de Hosni Mubarak a la presidencia de Egipto. 

El fin de una dictadura militar de treinta años fue visto como uno de los primeros triunfos del movimiento democrático regional conocido como La Primavera Árabe.

Cuatro años después, elementos de las fuerzas militares egipcias confundieron con terroristas a un grupo de turistas – incluidos varios mexicanos – y abrieron fuego contra ellos.

Tras los recientes sucesos en Siria, el ataque del domingo pasado parece una evidencia más de que el extremismo islámico está ganando terreno y amenaza gravemente la estabilidad de la región.  

La alarma ya está totalmente encendida. 

El contexto

El actual gobierno del presidente Abdelfath Al-Sisi no es consecuencia directa de las protestas de 2010 y 2011. Desde la renuncia de Mubarak sólo uno de cuatro presidentes egipcios ha sido elegido democráticamente. 

Al-Sisi, militar y actual mandatario derrocó al incipiente gobierno de Mohamed Morsi con un golpe de estado en 2013. 

Hoy a Egipto lo gobierna una nueva dictadura militar, que para muchos es peor que la de Mubarak. 

Las cortes han autorizado cientos de sentencias de muerte. Activistas de derechos humanos y periodistas han sido encarcelados. Las protestas han sido acalladas con violencia.

A pesar de todo esto occidente sigue apoyando con armamento al régimen de Al-Sisi con el objetivo de exterminar al terrorismo islámico.

El expresidente Mohamed Morsi contaba con el apoyo de la Hermandad Musulmana, uno de los grupos que formaban parte de las protestas de 2011. Desde el golpe de Estado, las fuerzas insurgentes musulmanas se han radicalizado y Egipto ha tenido que pelear contra ellas para contener su crecimiento.

Los insurgentes están además afiliados al Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) y han matado a cientos de soldados y oficiales de policía egipcios.

Recientes reportes de ISIS confirman que ahora controlan gran parte del desierto occidental egipcio. 

La tensión entre ambos bandos se encuentra desde hace meses en un claro estado de ebullición. 

Las fuerzas militares pensaron que el domingo estaban asesinando a terroristas islámicos y no a turistas inocentes. 

Ante la tragedia de los turistas mexicanos, los días de la Primavera Árabe parecen distantes y sus expectativas de instaurar democracias estables,  ingenuas. 

Fue el ejército

El gobierno de México condenó los actos y le ha exigido públicamente al gobierno egipcio una investigación para aclarar los hechos.

Sin embargo, después de escuchar los testimonios de las víctimas y las primeras declaraciones del gobierno de Egipto parece que no hay mucho más que decir.

Los turistas mexicanos que sobrevivieron al ataque han confirmado que fueron víctimas de un bombardeo y que el fuego provenía de helicópteros militares. 

Hace menos de un lustro, miles de egipcios todavía gritaban en las calles: “¡Alza tu cabeza. Eres egipcio!”. Hoy, sus actuales gobernantes se presentan cabizbajos ante los medios tras confirmar que la muerte de varios turistas inocentes fue, en efecto, un error de su ejército. 

Oasis mortal

El Ministerio de Turismo afirmó que Al-Wahat, a 370 kilómetros de El Cairo, es un área actualmente restringida. 

Los visitantes no tenían los permisos adecuados para estar ahí y su presencia fue considerada ilegal por los militares.

Awat Fathi, guía de turistas egipcio de 37 años, jamás pensó que su excursión al popular oasis de Bahariya iba a terminar en un escándalo internacional.

El Cairo ha sido tradicionalmente uno de los destinos turísticos más frecuentados en el mundo. 

Hasta hace poco, trotamundos globales afirmaban que la inestabilidad política en Egipto no impedía visitar las milenarias Pirámides de Guiza y otros centros turísticos del país árabe.

La reputación turística de Egipto está en peligro y se prevé que la afluencia turística decrezca drásticamente en los próximos años. 

Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis destruyeron la nariz de la famosa Esfinge de Guiza, pero las edificaciones milenarias del Imperio Egipcio sobrevivieron a esa Guerra. 

El mes pasado, no muy lejos de las tumbas de Keops, Kefrén y Micerino, otro importante destino turístico del Medio Oriente no tuvo la misma fortuna. 

Las ruinas de Palmira en Siria –  declaradas por la UNESCO como patrimonio de la humanidad- fueron recientemente devastadas por el Estado Islámico.

¿Podrán más mexicanos explorar las pirámides de Egipto en el futuro o éstas sufrirán la misma suerte ante las embestidas del terrorismo islámico? 

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