De escándalos y erratas de altos cleros

En vísperas de la próxima sucesión de Benedicto XVI, los escándalos no dan tregua al Vaticano.

Las denuncias en torno a redes de corrupción, tráfico de influencias, debilidades sexuales, afrentas por dinero y poder siguen abonando el terreno del descrédito de la Iglesia católica.

Temas particularmente sensibles, como la pederastia, continúan impactando de manera negativa esta institución religiosa que sigue perdiendo adeptos.

La Reppublica divulgó que existe en el Vaticano un sistema de “chantajes” que se sustentan en las debilidades sexuales del llamado “lobby gay”
El cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, testificó el 20 de febrero sobre las agresiones a menores de edad por parte de sacerdotes en Milwaukee

En vísperas de la próxima sucesión de Benedicto XVI, los escándalos no dan tregua al Vaticano.

Las denuncias en torno a redes de corrupción, tráfico de influencias, debilidades sexuales, afrentas por dinero y poder siguen abonando el terreno del descrédito de la Iglesia católica.

Temas particularmente sensibles, como la pederastia, continúan impactando de manera negativa esta institución religiosa que sigue perdiendo adeptos.

El más reciente capítulo sobre abusos sexuales tuvo lugar el pasado 20 de febrero. El cardenal Timothy Dolan testificó sobre las agresiones inflingidas a menores de edad que son atribuidas a un grupo de sacerdotes de la diócesis de Milwaukee.

Una diócesis que está en bancarrota. En 2011 Jerome Listeck, arzobispo de la iglesia de Milwaukee que forma parte del Estado de Wisconsin, pidió ayuda.

Planteó la necesidad de poder compensar a las víctimas sin perjudicar la operación de la polémica congregación que ya es la octava en declararse en números rojos tras las denuncias de abusos sexuales hechas desde 2002.

El interrogatorio al arzobispo de la ciudad de Nueva York duró más de tres horas. Estuvo a cargo de los abogados representantes de casi medio millar de personas que han denunciado los abusos sufridos a manos de esos clérigos católicos.

Dolan dio un amplio testimonio respecto a su decisión de publicar hace nueve años los nombres de los clérigos vinculados a los abusos. 

Hasta ahora no se conoce cuáles fueron sus revelaciones. Pero un curioso suceso noticioso aconteció en el marco de su comparecencia.

Un error particular

Un cable de Associated Press (AP) del pasado miércoles reveló que el cardenal había sido destituido por dar protección al grupo de clérigos pederastas.

La información corrió como pólvora. Fue reproducida por decenas de medios internacionales de habla hispana. 

El desmentido del clero católico no tardó en llegar: Dolan seguía siendo el arzobispo de Nueva York.

Algunos medios estadounidenses, como La Opinión de Los Angeles, California, precisaron al día siguiente que la información dada por este medio no fue confirmada por ninguna fuente oficial.

“Según la periodista de AP, Rachel Zoll, la confirmación la ofrecieron los licenciados Frank LoCoco, de la archidiócesis de Milwaukee y Jeff Anderson, un abogado de los demandantes en un caso por supuesta protección a sacerdotes que cometieron abusos sexuales en la archidiócesis de Milwaukee, la cual Dolan manejó de 2002 a 2009”, consignó el diario californiano.

La mala pata informativa recibió el subtítulo de “Perdidos en la traducción” por la agencia religiosa Gaudim Press.

Ésta atribuyó el error divulgado a una mala traducción hecha de una nota publicada originalmente en el diario The New York Times.

Se refirió que seguramente se usó el verbo en inglés “depose” aludiendo a una declaración del cardenal en medio de un proceso jurídico. 

“Una frase con este verbo fue traducida como si el cardenal hubiese sido ‘depuesto’ de su cargo, algo que no ocurrió en forma alguna. ‘El cardenal fue requerido para responder preguntas en un caso en la Corte”, explicó Joseph Zwiling, director de comunicaciones de la archidiócesis neoyorquina, a Gaudium Press.

Curiosa o no, la delicada errata no es cosa menor. Involucra a uno de los cardenales considerado como un posible candidato a suceder a Ratzinger.

El daño mediático por algunas horas fue hecho. Sin embargo, Timothy Dolan sigue siendo papable, pese a que en la Red varias notas siguen aludiendo a su destitución por proteger a pederastas, justamente el delito que ha venido denunciando.

El ‘Vaticangay-gate’

El informe secreto que tres cardenales entregaron a Benedicto XVI sigue empañando el próximo cónclave de la elección papal.

Esta vez tocó que el diario La Repubblica divulgase más informaciones sobre los “Vaticanleaks”.

Se divulgó que al seno del Vaticano viene operando un sistema de “chantajes” que se sustentan en las debilidades sexuales del llamado “lobby gay” del Vaticano.

El rotativo romano informó que en el capítulo “No fornicarás, ni robarás, los mandamientos violados en el informe que sacudió al Papa”, se alude a la existencia de una “red transversal unida por la orientación sexual”.

Se revela que, durante ocho meses, los cardenales que formaron parte del comité de investigación de los Vaticanleaks interrogaron a numerosos cardenales, obispos y laicos.

Los agruparon según su congregación y nacionalidad. La conclusión a la que llegaron Julián Herranz, Salvatore de Giorgi y Josef Tomko es que existen diversos grupos de presión que echan mano de una “impropriam influentiam” por la homosexualidad de varios sacerdotes.

“Por primera vez –indica La Repubblica– la palabra homosexualidad fue pronunciada en el apartamento papal”.

También fue dado a conocer que hay otro grupo de religiosos que opera como una firma dedicada a construir o arruinar carreras dentro de la jerarquía vaticana.

Y que otro más se aprovecha de los recursos multimillonarios para empañar la cúpula de San Pedro y favorecer sus intereses por medio del Banco del Vaticano.

Un hecho que es descrito como la “guerra por el dinero en el Banco de Dios”.

De nueva cuenta, tras las nuevas informaciones, el portavoz del Vaticano salió a dar la cara. 

Federico Lombardi negó lo publicado en el periódico italiano y calificó de “fantasías, invenciones, opiniones” dichas informaciones. 

Precisó que no se abocará a seguir desmintiendo los reportajes que siguen apareciendo ante la opinión pública. Y además hizo una advertencia: que los cardenales involucrados en los “Vaticanleaks” no darán entrevista alguna al respecto. 

En días pasados, otro medio italiano dio a conocer “las denuncias recíprocas, los ataques, los episodios que permanecieron cubiertos por años y nunca develados son una chocante y dramática revelación para el Pontífice”.

“Panorama” hizo público el terrible panorama de la curia romana y las intrigas y divisiones de los cardenales miembros del Estado Vaticano.

Esos habrían sido los motivos por los que Ratzinger reconoció no tener más fuerzas para estar a la altura de realizar la urgente limpieza y renovación de la Iglesia católica.

En un reciente informe especial, Ignazio Ingrado, articulista de esta revista, confirma que, hoy por hoy, lo revelado en el polémico documento cardenalicio será determinante en la elección del sucesor Benedicto XVI. Una sucesión que tiene sobre sí inmensas nubes negras.

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Desde el 18 de febrero, Benedicto XVI aceptó su renuncia pero hasta ayer no se hizo público que el Papa la había aceptado. 

“El Santo Padre ha decidido que mi dimisión tenga efecto hoy, 25 de febrero de 2013, y que nombrará a un administrador apostólico que gobierne la archidiócesis en mi lugar hasta que sea nombrado mi sucesor como arzobispo”, indicó O’Brien en un comunicado suscrito por la iglesia escocesa.

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A principios de 2012, la filtración de documentos desde las entrañas del Vaticano creó un escándalo de repercusiones mundiales.

La polémica salió a la luz por primera vez en enero, durante un programa de televisión italiana llamado “Gli intoccabili” (“Los Intocables”).

Posteriormente, Benedicto XVI formó, en marzo de ese año, una comisión de cardenales enfocados en investigar la primera filtración.

El grupo de “cazadores de cuervos” estaba encabezado por Julián Herranz Casado, prelado español afín al Opus Dei.