Tenían razón

El lunes 3 de marzo, un grupo de 200 autodefensas de Apatzingán, liderados por Alberto Gutiérrez, “El Comandante 5”, ingresó al Palacio Municipal de esa localidad para expulsar al edil priista Uriel Chávez.

Lo acusaron de ser parte del crimen organizado. La toma del edificio duró apenas 24 horas.

Ese día, las Fuerzas Federales ingresaron entre los civiles armados para rescatar al edil y salvaguardar su integridad. 

El rescate del presidente municipal fue a petición del entonces secretario de Gobierno Jesús Reyna.

El lunes 3 de marzo, un grupo de 200 autodefensas de Apatzingán, liderados por Alberto Gutiérrez, “El Comandante 5”, ingresó al Palacio Municipal de esa localidad para expulsar al edil priista Uriel Chávez.

Lo acusaron de ser parte del crimen organizado. La toma del edificio duró apenas 24 horas.

Ese día, las Fuerzas Federales ingresaron entre los civiles armados para rescatar al edil y salvaguardar su integridad. 

El rescate del presidente municipal fue a petición del entonces secretario de Gobierno Jesús Reyna.

Afuera, los autodefensas -molestos por el rescate del alcalde- retiraron las mantas que simpatizantes de Chávez habían colocado para agradecer públicamente el apoyo que el edil le había dado al deporte, a la obra pública y otros renglones del desarrollo municipal. 

El alcalde fue escoltado por la Policía Federal y trasladado a un lugar seguro a bordo de un camión blindado. Las acusaciones de los civiles armados no fueron escuchadas.

A menos de 72 horas de los hechos, el 5 de marzo, el alcalde expulsado regresó a su cargo. 

Acusó al párroco del lugar, Gregorio López, de gestar un movimiento de odio en su contra y aseguró que no dejaría la alcaldía, pese a la presión de los grupos de autodefensa.

Pese a las declaraciones de Chávez, nadie olvidó que el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, no había aceptado reunirse con él en la visita que realizó a Apatzingán el 18 de febrero de este mismo año.

El pasado 16 de abril, Uriel Chávez fue detenido y acusado de homicidio, extorsión, privación ilegal de la libertad y de financiar al crimen organizado en su localidad. 

Desde el 5 de abril, Jesús Reyna -quien lo defendió aquella tarde del lunes 3 de marzo cuando aún era secretario de Gobierno- está siendo investigado por la PGR por sus presuntos nexos con el narcotráfico.

Extorsión vía nómina

Las acusaciones en contra del alcalde de Apatzingán, Uriel Chávez, fueron directamente de tres regidores del Cabildo.

Se lograron integrar al menos 30 averiguaciones previas en su contra, las que fueron suficientes para que la Juez Primero de lo Penal en la entidad le dictara el auto de formal prisión el pasado fin de semana.

El alcalde enfrentará el proceso recluido en la cárcel de Mil Cumbres en Morelia.

La principal acusación que se ha integrado dentro del expediente penal es la de extorsión. La cual, presuntamente, cometió en agravio de varios de los integrantes de su Cabildo.

De acuerdo a la declaración del panista Martín Gómez, Chávez invitó a una reunión a los regidores para llevarlos a una zona desértica cerca del poblado de Las Bateas, en donde los hizo que se reunieran con el jefe de plaza de un grupo criminal en la zona. 

Ahí, el jefe de plaza, acompañado de un grupo de personas armadas, le dijo a los regidores que tenían que cooperar con 20 mil pesos mensuales.

Mal y de malas

Tras el auto de formal prisión, el alcalde de Apatzingán Uriel Chávez dejó acéfalo el cargo en la administración municipal, el mismo que ha asumido en forma temporal la síndico Julia Lila Ceja Canela, en espera de que el Congreso Local la ratifique o designe un nuevo munícipe.

En los primeros días de febrero de este año, circuló en redes sociales una fotografía de Ceja Canela junto con la senadora del PRD, Iris Vianey Mendoza y la hija de Enrique Plancarte, líder de Los Templarios, recientemente abatido.

¿Quién es Uriel Chávez?

El ahora exalcalde de Apatzingán es egresado de la carrera de derecho de la UMSNH, no ha ejercido profesionalmente, pero se convirtió en un activo importante para el PRI en las elecciones locales del 2011.

Su carisma hizo que recuperara la principal zona de votos que por 11 años había estado bajo el control del PRD.

 

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