Generación Z: el drama de los niños tabletas

La tragedia ocurrida en el Colegio Americano del Noreste en Monterrey puso bajo reflectores a la Generación Z, como se le llama a los niños y jóvenes que aprendieron a usar una tableta o un smartphone incluso antes que caminar o hablar.

Nacidos entre 1994 y 2009, los integrantes de la Generación Z son los hermanos menores de los millennials y son los hijos de padres que pertenecieron a la Generación X, esa que creció bajo las influencias de Nirvana.

1,000
millones de teléfonos inteligentes se vendieron mundialmente en 2015
Lo que se debe trabajar con ellos son los valores para que sus aptitudes, destrezas y conocimiento digitales los pongan al servicio de la humanidad y hagan de Internet, una factoría de bien
"Los jóvenes Z son creativos e innovadores y tienen una gran adaptabilidad a entornos cambiantes, esto debe ser entendido por las organizaciones y empresas para ayudarles a sacar su máximo potencial y entender que su capital humano debe evolucionar de los modelos tradicionales a los modelos digitales”
Almudena Morenomiembro del equipo de negocios de Telefónica Open Future en Madrid
La diferencia en que sean seres digitales, globales, hiperconectados y neurológicamente diferentes dará trascendencia y presencia en las organizaciones
Estos jóvenes son emprendedores, pero al encontrarse en un ambiente de trabajo más formal buscan espacios en donde se sientan cómodos y seguros, sin estar dispuestos a ceder ante la discriminación
Al tener un mundo lleno de información, aprenden de tutoriales, son creativos y están en una renovación continua
Los jóvenes ‘Z’ están lanzando el mensaje de que debemos remodelarnos en los paradigmas contemporáneos y apostarle más a las habilidades
"Como padres tenemos el reto en nuestras manos… debemos entender que no todos los jóvenes están obligados a pasar por una universidad, hay que ayudarlos a destacar”
Cecilia Godínezantropóloga
Hoy los pequeños ya no desean ser como sus padres y toman modelos que pueden no ser reales pero que llenan grandes vacíos de cariño e inseguridad

La tragedia ocurrida en el Colegio Americano del Noreste en Monterrey puso bajo reflectores a la Generación Z, como se le llama a los niños y jóvenes que aprendieron a usar una tableta o un smartphone incluso antes que caminar o hablar.

Nacidos entre 1994 y 2009, los integrantes de la Generación Z son los hermanos menores de los millennials y son los hijos de padres que pertenecieron a la Generación X, esa que creció bajo las influencias de Nirvana.

Hoy la excesiva dependencia a la tecnología y el internet de este grupo de jóvenes es la principal preocupación de sus padres.

Los chicos y chicas de la Generación Z han crecido con un smartphone o tablet desde que eran prácticamente recién nacidos. Las redes sociales, los videojuegos y YouTube, son sus principales vehículos de entretenimiento pero también de socialización. Están conectados siempre online con sus amigos. Se pasan horas viendo videos en YouTube o en Snapchat.

La única televisión que ven es la de streaming y su vida gira en torno a los dispositivos móviles. A diferencia de los millennials, sus hermanos mayores, los niños y jóvenes de la Generación Z muestran más interés en algún tema, se involucran más en actividades, pero su vida gira en torno a las tecnologías.

“No debemos satanizar a la tecnología, pero sí debemos ayudar a los niños a encontrar la mediación con su entorno”, advierte el investigador Celerino Casillas Gutiérrez, doctor en Pedagogía de la Universidad Autónoma de México (UNAM).

Pragmáticos y más críticos

El pasado 18 de enero, en la ciudad de Monterrey, un chico de 15 años disparó contra tres de compañeros y su maestra. Luego del ataque, el chico se disparó en la barbilla y se suicidó.

“¿Estamos haciendo lo correcto con nuestros niños y jóvenes?”, fue la principal pregunta que se realizaron los padres mexicanos tras la tragedia regiomontana.

“Para cambiar los modelos hay que flexibilizar las ideas y apostarle al criterio y a la libertad”, explica Cecilia Godínez, investigadora, docente y antropóloga social.

Los motivos por los que el joven abrió fuego en contra de sus compañeros aún son no se conocen, pero este hecho fue el que puso en la mira a la nueva prole tecnológica llamada Generación Z.

Estos chicos tienen grandes capacidades, talentos extraordinarios para sus edades. Sin embargo, el desmedido uso de tecnología sumado a la falta de atención de los padres les está generando inseguridad en el mundo real, aislamiento, falta de respeto a la autoridad, mal información, desintegración familiar, acoso escolar y violencia.

“La tecnología no debe ser usada como distractor o sustituto de atención, sino con fines de aprendizaje”, comenta Casillas Gutiérrez.

Actualmente los niños no gozan de suficientes entornos sanos donde puedan desarrollarse, por ello, las tabletas y equipos inteligentes son la vía de escape para adentrarse en su mundo con películas, caricaturas y juegos, esto, a la par en la que comienzan a desarrollar un extremado apego hacia ellos.

“Las características que tiene esta generación y que los distingue de los millennials, es que ellos son ‘nativos digitales, es decir, los niños ‘Z’ nacieron con la tecnología a su alcance en todos los contextos que los rodea”, dice Godínez.

Almudena Moreno Hernández, líder de realizadores millennials y miembro del equipo de negocios de Telefónica Open Future en Madrid, los define como individuos más realistas, emprendedores, pragmáticos, autónomos, resolutivos y mucho más críticos, sin embargo, es el exceso de información o “infoxicación” lo que Moreno considera que podría formar parte de una gran amenaza.

A los jóvenes de la Generación Z no se les ha definido completamente su espacio en la línea de tiempo, pero diversos especialistas suelen ubicar en este grupo a los jóvenes nacidos entre 1994 y 2010.

De acuerdo con la empresa de investigación y consultoría Transparency Market Researchen, en 2015 la cifra de tabletas vendidas en el mundo fue de 248.6 millones, mientras que teléfonos inteligentes alcanzaron las mil millones de unidades vendidas, triplicando con ello, las ventas generadas de estos dispositivos electrónicos en 2011.

Ya no quieren ser como papá

El desconocimiento de los padres sobre las nuevas tecnologías han creado un gran distanciamiento con los hijos, el cual, los lleva a no conocer sus gustos, las personas con las que tratan y los contenidos a los que se encuentran expuestos.

Hoy los niños y adolescentes pueden tener un amigo en la escuela o platicar mediante los videojuegos o internet con cualquier persona del mundo utilizando su lenguaje, son capaces de crear aplicaciones y descifrar lenguajes informáticos.

Actualmente la mayor parte de las familias tiene conciencia de los riesgos y la adicción que implica otorgar un dispositivo con internet a un niño menor de seis años, sin embargo, ante la comodidad, la falta de tiempo y el poco entendimiento a las tecnologías deciden ceder sin involucrarse en los contenidos que quedan a su alcance.

Sin puntos en común, los pequeños ya no desean ser como sus padres y toman modelos que pueden no ser reales pero que llenan grandes vacíos de cariño e inseguridad.

Diversos especialistas han tenido un punto de encuentro en el que no hay que tener pá- nico ante la tecnología, pues su repercusión en los niños es directamente proporcional al uso y tiempo que decidimos exponerlos y permitirles el uso de la misma.

Hay preocupación por parte de los padres, pero son ellos en gran medida quienes predican con el mal ejemplo.

“Hay que empezar a retarlos a no limitar el contacto con el otro”, advierte la antropóloga Cecilia Godínez.

Nativos digitales: ¡Hay que retarlos!

Los niños de la Generación Z parecen saberlo todo y a la vez estar confundidos ante su realidad. Tienen ideas propias, les gusta aprender, buscan el cambio, son autónomos y partidarios de la inclusión y la igualdad, sin embargo, están perdiendo valores y en cierta forma están dejando de participar en decisiones importantes para la sociedad.

Sólo piensan en su bienestar.

Al tener un mundo lleno de información, aprenden de tutoriales, son creativos y se encuentran en una renovación continua para alimentar sus conocimientos. Les importa el futuro del mundo, pero no suelen tomar importancia a acciones individuales que marquen el destino colectivo, cómo ‘votar’.

“Son generaciones que deben saber cómo manejar sus habilidades para que puedan cambiar los modelos”, explica Cecilia Godínez.

De acuerdo con la antropóloga, los jóvenes ‘Z’ están lanzando el mensaje de que debemos remodelarnos en los paradigmas contemporáneos y apostarle más a las habilidades.

Equilibrio profesional y personal. Estos jóvenes son emprendedores, pero al encontrarse en un ambiente de trabajo más formal buscan espacios en donde se sientan cómodos y seguros, sin estar dispuestos a ceder ante la discriminación. Les gusta experimentar, conocer y viajar.

“Actualmente tenemos jóvenes de 23 años con maestría, trilingües, hábiles tecnológicamente hablando y con muchas ganas de crear, por ello, como padres tenemos el reto en nuestras manos… Debemos entender que no todos los jóvenes están obligados a pasar por una universidad, si les gusta bailar o pintar hay que ayudarlos a destacar”, agrega Godínez.

Retarlos a no limitar el contacto con el otro para ayudarlos explotar sus habilidades en 300 por ciento.

Su sitio en el mundo

De acuerdo con Iñaki Ortega, doctor en economía y profesor de la universidad del Deusto Business School en Madrid, los chicos de la Generación Z comienzan salir de sus centros de estudios para incorporarse al ámbito laboral, además de ser la primera generación que ha asumido que el mundo se ha hecho pequeño, que la diversidad es circunstancial a cualquier sociedad moderna, y que el desarrollo democrático, unido al tecnológico, es imparable y genera nuevos derechos humanos.

Por otra parte, Almudena Moreno, líder de realizadores millennials y miembro del equipo de negocios de Telefónica Open Future en Madrid, destaca que los nuevos nativos digitales no trabajan en empresas, sino participan en proyectos. No creen en la forma vertical de organizarlas, sino en una forma mallada y transversal; y no siguen a jefes, sino a líderes.

“Clayton Christensen en su libro “El dilema del innovador”, explicó que las empresas dise- ñadas para triunfar en el siglo XX estaban abocadas a fracasar en el siglo XXI”, cita el también articulista Iñaki Ortega, quien explica que el emprendimiento y las startups como lo asegura el profesor de Harvard, serán las únicas armas que salvarán de una muerte segura a las empresas.

Con todas habilidades tecnológicas de los nativos digitales, la pregunta será ¿a qué le deben apostar los empleadores hoy en día?

“Los jóvenes Z son creativos e innovadores y tienen una gran adaptabilidad a entornos cambiantes, esto debe ser entendido por las organizaciones y empresas para ayudarles a sacar su máximo potencial y entender que su capital humano debe evolucionar de los modelos tradicionales a los modelos digitales”, explica Almudena Moreno, también colaboradora del libro “Millennials: inventa tu empleo”.

Hablando de las habilidades que se deben buscar en los nuevos trabajadores de la Generación Z, contar con personas sagaces, atrevidas, observadoras y analíticas a la vulnerabilidad de su propio entorno, hará aumentar el crecimiento de una empresa, además, “su capacidad para organizar y transmitir la información es extremadamente flexible. Algo que les hace estar muy preparados para ser no solo ciudadanos en la era digital, sino también para ocupar las nuevas profesiones e integrarse en entornos de trabajo multiculturales y globales”, expresa Iñaki Ortega.

La diferencia en que sean seres digitales, globales, hiperconectados y neurológicamente diferentes dará trascendencia y presencia en las organizaciones.

A diferencia de los millennials que se encuentran en una lucha constante por consolidar un equilibrio entre lo personal y lo laboral, la generación Z intentará borrar esa diferenciación para hacerlo su proyecto de vida.

“Para los jóvenes ‘Z’ no habrá una diferencia, pues es algo más que la forma de ganarse la vida, es su proyecto de personal, debido a que la revolución digital ha desdibujado las fronteras entre lo físico y lo virtual, lo material e inmaterial, lo profesional y lo personal”, dice Moreno Hernández.

La autonomía resulta un punto a su favor, pero qué pasa con el aislamiento y el individualismo.

De acuerdo con Almudena Moreno lo que se debe trabajar con ellos son los valores para que sus aptitudes, destrezas y conocimiento digitales los pongan al servicio de la humanidad y hagan de Internet, una factoría de bien.

Pronto ‘el conocimiento humano crece sin parar y cada vez es más evidente que los contenidos escolares ya no pueden limitarse a los de la cultura local’, expresa Iñaki Ortega.