‘No hubo equidad’

Es extraño, pero Josefina Vázquez Mota no se percibe como perdedora, aunque exige que se investigue las irregularidades que hubo en el proceso electoral, como fue la violación de los topes de campaña. 

Sin embargo ve hacia adelante y en una prueba de  automotivación a prueba de balas, intenta convertir el fracaso en éxito creando un ejército ciudadano fuera del PAN para desahogar las transformaciones pendientes.

Y al mismo tiempo, quiere ser presidenta del PAN. Y refundarlo. Y abrirlo.

Liderazgo

"Los encuestadores actuaron con una gran impunidad. Promovieron un voto útil. Yo creo que las disculpas no bastan. Esas encuestas no se acercaron a la realidad”
"No me sentí traicionada por el presidente Calderón. En todo caso, me hubiera gustado ver a algunos panistas trabajar con más empeño”
La Ola Civil podría transformarse más adelante en un partido político, dicen josefinistas consultados aparte

Es extraño, pero Josefina Vázquez Mota no se percibe como perdedora, aunque exige que se investigue las irregularidades que hubo en el proceso electoral, como fue la violación de los topes de campaña. 

Sin embargo ve hacia adelante y en una prueba de  automotivación a prueba de balas, intenta convertir el fracaso en éxito creando un ejército ciudadano fuera del PAN para desahogar las transformaciones pendientes.

Y al mismo tiempo, quiere ser presidenta del PAN. Y refundarlo. Y abrirlo.

Liderazgo

En entrevista con Reporte Indigo, explica que no ha hablado con Enrique Peña Nieto, por lo que no ha sido invitada a formar parte de su gabinete. ¿Estaría dispuesta a integrarse? No responde ni sí, ni no.

A Andrés Manuel López Obrador lo califica como “antidemócrata”, y rechaza apoyarlo en el tema de la inequidad para revertir los resultados. “No coincido en nada con él”, asegura.

“Hoy tengo la fuerza y el liderazgo que me dan más de 12 millones de votos, de hombres y mujeres libres, para quienes voy a trabajar. No los abandonaré, y defenderé ese México por el cual vinieron a las urnas”, dice Josefina con convicción.

Explica que creará un movimiento nacional ciudadano en el que podrán militar panistas y no panistas por igual, y todo aquel que así lo desee.

Para ello, se valdrá del membrete que usó en su campaña: la Ola Civil, que tuvo al frente a Rogelio Gómez Hermosillo, quien se encargaba de acercarle a la sociedad civil integrando sus agendas a la plataforma panista.

A esa ola le inyectará los 12 millones de votos que la eligieron. Será el espacio para dar cabida a la ciudadanía… pero fuera del PAN. Es decir, no generará una corriente al interior de su partido.

Le pregunto si se trata de una “Morena Azul”. Parafraseo, claro, al Movimiento Regeneración Nacional que creó Andrés Manuel López Obrador para agrupar como fuerza social a quienes simpatizaban con él, más allá de las fronteras impuestas por los partidos políticos y sus caciques.

“No, no”. Se ríe. “Lo haremos democráticamente, bajo reglas diferentes, pero siempre estando del lado de los ciudadanos”.

Acepta que estarán en su Ola Civil todos los que votaron por ella, y aun quienes no lo hayan hecho pero deseen apoyar una agenda de beneficios ciudadanos a través de las reformas política y laboral. Pero la cosa no para ahí.

Una ola nacida de migajas 

Lanzar la Ola Civil no significa que Josefina perderá terreno en el PAN. Crear una organización externa no panista no significa ceder espacios dentro de las filas azules. La ex candidata no ve contradicción alguna entre un movimiento ciudadano y un partido con corazón ciudadano.

Al mismo tiempo, la economista acepta implícitamente que quiere presidir el PAN, pero no ahora. Porque asegura que respeta a Gustavo Madero y los estatutos.

La Ola Civil podría transformarse más adelante en un partido político, dicen josefinistas consultados aparte.

Así, se trata de una jugada de tres bandas.

Una, no dispersar 12 millones de votos, sino concentrarlos, pastorearlos, cuidarlos; dos, crear una estructura social nacida de las elecciones, pero paralela al PAN, que servirá de ariete para influir en ese instituto desde afuera; y tres, presionar y advertir subliminalmente que podría transformarse en un partido político y dejar al PAN aún más anoréxico.

Calderón sí la acompañó

Josefina se rehúsa pasar la factura de los platos rotos electorales al presidente de México y a la mayoría de los secretarios de Estado.

Se la pasa, con prudencia y a fuego lento, al secretario de Hacienda y a los gobernadores.

—¿Por qué piensas que el presidente Calderón nunca te apoyó?

—No pienso eso. No coincido con quienes afirman que el presidente Calderón nunca me apoyó. Se comportó como un jefe de Estado. Tenemos una ley electoral muy restrictiva. Siempre tuve una relación de comunicación, cercana, de respeto y afecto con él.

Y juzga la presencia de Margarita Zavala en la campaña como una señal de respaldo y acompañamiento. 

“Tal vez la pregunta es si pudo ser más o menos, pero no puedo coincidir con quienes afirman que el presidente no me acompañó”.

Y luego trata de explicar por qué Calderón no la habría traicionado.

—En algún momento, honestamente, ¿te sentiste traicionada por el presidente Calderón, o por cualquier otro panista?

—No me sentí traicionada por el presidente Calderón. En todo caso me hubiera gustado ver a algunos panistas trabajar con más empeño… la gran mayoría lo hizo. Hubo otros panistas que no vi en toda la campaña

—¿Como cuáles, Josefina?

—Cada quien tiene que responderse a sí mismo. Y en el caso del ex presidente Fox, él tomó su propia decisión y tendrá que responderse a sí mismo frente a las convicciones.

Le señalo que el día del golpe de timón debió haber tomado el control de su campaña, pero todo indica que eso no pasó.

Se pone algo seria. Afirma que sí sintió que tuvo el control de su campaña. Y que, en términos generales, se siente satisfecha. Porque hizo un gran esfuerzo. Y porque tuvo un equipo leal que la acompañó.

—El apoyo de los secretarios en su calidad de panistas parece nulo… Ni para la foto estuvieron algunos. ¿Calderón les prohibió ayudarte?

—No creo que el presidente les haya prohibido. Cada uno tomó su decisión. Quiero reconocerle a algunos secretarios que, con respeto a la ley, los fines de semana, me acompañaron.

Y enlista a quienes cree que la secundaron: Abelardo Escobar, José Ángel Córdova, Heriberto Félix, Gloria Guevara, Patricia Espinoza, Rafael Elvira…

“Y hubo otros que no estuvieron presentes”, remata.

—¿Por qué sonreía Calderón? ¿Habría estado operando en contra el secretario de Hacienda? —le pregunto.

—Realmente pienso que habría que preguntárselo a él. No tuve interlocución prácticamente a lo largo de la campaña… Nunca recibí un mensaje de él.

—La añeja hipótesis de la alternancia pactada entre Calderón y Peña Nieto cobra vigor ahora.

—No, no podría creer que el presidente haya pactado de antemano con Peña Nieto, porque conozco la trayectoria del presidente. No está siquiera en mis escenarios el considerar una negociación previa y abrirle la puerta a que retornara el pasado autoritario, de abuso del poder o rendición frente al crimen.

—Vimos el rostro sonriente, de felicidad, del presidente Calderón cuando sale a anunciar el triunfo de Peña Nieto. Nos parece algo muy extraño.

—Yo no vi esa escena, porque vine a dar mi mensaje al PAN. Fue una decisión que yo tomé, yo escribí mi discurso. Me pareció importante hacerlo antes de que salieran las televisoras, el IFE, el presidente. Yo hubiera hablado hasta las 12 de la noche. No vi la imagen del presidente, no la he visto hasta este momento.

Explica Josefina que sí ha hablado con Calderón después del domingo. Comió con él en Los Pinos, pero afirma que no ha tocado ese punto.

—¿Consideras que hubo sabotaje desde dentro de tu campaña?

—No, no lo veo así. Creo que cada uno jugó un papel diferente. Es como en todas las campañas, uno descubre talentos extraordinarios y otras características que no conocía. Las campañas sacan lo mejor y lo peor de cada quien. Yo viví una campaña sin una sola acusación de deshonestidad. Hoy termino como una política honesta, y nadie puede tener esa bandera que yo tengo. Hubo quien se aplicó menos y quienes más, pero no podría decir que hubo un boicot, ni mucho menos que hubo una traición.

—Los gobernadores panistas que habían prometido conseguir muchos votos, no parece que hayan cumplido. Ninguno.

—Por eso digo que cada quien tendrá que responderse frente a sí mismo qué tanto hizo o dejó de hacer. Creo que todos sabemos lo que pudiendo hacer, dejamos de hacer.

¿Quién tuvo la culpa entonces?

—Josefina, tú tienes un discurso de inteligencia emocional muy correcto políticamente para todos. Pero, entonces, ¿en dónde estuvo la falla?

—Yo creo que el PAN está entrando en un proceso de revisión profunda. Nosotros salimos muy tarde de una contienda interna, un 5 de febrero, cuando ya López Obrador llevaba 12 años en campaña, y Peña Nieto seis años, con un gran apoyo mediático.

“Cuando yo salí, había quien ya había grabado 50 spots para su campaña. Yo salí a reconciliar a los que habían perdido (…), a buscar a los grupos del PAN. Teníamos problemas en Chihuahua, impugnaciones en Veracruz. Esto dañó a la campaña y no se pudo lograr esa unidad local”, agrega.

Jalisco se rajó y Morelos también.

—Hubo candidatos muy buenos, pero otros no cumplieron las expectativas. Perdimos Jalisco y Morelos, y fue un golpe muy fuerte para la campaña. Jalisco nos tuvo que haber dado cuando menos un millón 400 mil votos, y dio menos de la mitad. Morelos nos dio el 16 por ciento de apoyo.

Dice que el PAN ganó en entidades no panistas, como Tamaulipas y Nuevo León. En Veracruz, casi. 

“El único panista que nos dio un triunfo fue Guanajuato, pero ni Sonora ni Baja California. Creo que aquí hay que hacer una revisión a fondo de qué están pensando los ciudadanos”, señala Josefina.

‘No coincido en nada con AMLO’

Josefina advierte que exigirá a la autoridad que revise los topes de campaña porque no hubo equidad. 

“Estamos viendo que hay una gran inequidad en todo, en una ley electoral. Estamos viendo que están surgiendo tarjetas de supermercados y tarjetas de dinero. 

“Yo exijo a la autoridad electoral que revise los topes de campaña porque es evidente que no hubo equidad, ni se cumplió con la ley.

“Incluso hay anaqueles vacíos de centros o de supermercados, lo que realmente me parece muy lamentable, totalmente antidemocrático, si es que se comprueba que así sucedió –como parce ser que evidentemente sucedió– y que hubo un dinero (…) hay que preguntar primero de dónde viene y cómo fue posible que se repartiera, no puede quedar impune esto”.

No puede quedar impune este delito electoral, dice la ex candidata. “Si bien reconocí que las tendencias no me favorecían, soy una demócrata, también exijo que se cumpla la ley”.

—Coincides en este punto con López Obrador. ¿Alcanza la inequidad para revertir los resultados?

—Yo no coincido en nada con López Obrador. Es un antidemócrata. Si cuestiona su elección, que cuestione la de Morelos y la de Mancera y la de Tabasco. Porque si a él le hicieron fraude, pues le hicieron fraude a todos ellos. Yo coincido solo con los ciudadanos.

—Si te invitara Peña Nieto a su gabinete, ¿irías?

—No me ha invitado, no hemos hablado todavía. Estoy concentrada en reconocer este voto que se me otorgó. Y en cómo poder seguir adelante con un movimiento muy poderoso, ciudadano.

—¿Te gustaría ser la presidenta del PAN de forma inmediata?

—Creo que es una alternativa, pero todavía no se ha tomado esa decisión en el partido. Respeto el liderazgo de Gustavo Madero. Creo que habrá un proceso, y ya tomaremos una decisión. Creo que el PAN se tiene que refundar.