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“Debemos combatir la corrupción. Si no somos capaces de gestionar bien este problema, podría causar incluso el derrumbe del partido y la caída del Estado”.

Así fue como abrió el presidente Hu Jintao el Congreso del Partido Comunista Chino (PCCh) en su edición número 18.

La segunda economía más grande del mundo se despierta hoy con un gobierno renovado, a la espera de saber si la transición que se concretará en 2013 traerá un cambio social y político o prevalecerá el statu quo.

Los nuevos dirigentes chinos tienen dos caminos: reformarse o mantener la misma línea de los últimos años

“Debemos combatir la corrupción. Si no somos capaces de gestionar bien este problema, podría causar incluso el derrumbe del partido y la caída del Estado”.

Así fue como abrió el presidente Hu Jintao el Congreso del Partido Comunista Chino (PCCh) en su edición número 18.

La segunda economía más grande del mundo se despierta hoy con un gobierno renovado, a la espera de saber si la transición que se concretará en 2013 traerá un cambio social y político o prevalecerá el statu quo.

Y es que las palabras con las que el todavía mandatario inició la cumbre dan una señal positiva ante las críticas que  rodean al aparato gubernamental del gigante asiático.

La reunión contó con la presencia del expresidente chino Jiang Zemin, quien tuvo peso en las decisiones más importantes, según dijo el diario El País.

China celebró su quinta transición desde que Mao Zedong encabezó la revolución.

Fue un evento vigilado por 1.4 millones de guardias, de acuerdo al sitio Boxun.com.

Hu estaba consciente de que el cónclave comunista había sido ensombrecido por los escándalos de corrupción del PCCh, uno de ellos es el caso del primer ministro Wen Jiabao y el del caído dirigente Bo Xilai.

A Wen se le acusó hace un par de semanas de orquestar una extensa red de enriquecimiento a través de empresas estatales dirigidas por su familia.

Bo, por su parte, tuvo que renunciar a su casi segura inclusión en el poderoso Comité Permanente del Politburó, cuando se supo que su esposa, Gu Kailai, había asesinado al empresario británico Neil Heywood.

La nueva generación de gobernantes tiene dos caminos: reformar la política actual –como propuso el saliente mandatario – o mantenerse en el camino que ha generado descontento en una clase media que hoy suma  más de 150 millones de chinos.

Los elegidos

En el Congreso participaron 2 mil 270 delegados que eligieron a los 205 miembros del Comité Central del partido.

Estos, a su vez, seleccionaron a los 24 miembros que componen al Politburó.

Y aunque este órgano anunciará hoy de manera oficial los nombres de los siete miembros permanentes, el sitio Boxun.com confirmó quienes serán los integrantes.

Los nuevos actores de la esfera política más alta de China son Xi Jinping, Li Kequiang, Zhang Dejiang, entre otros.

Hu Jintao pasará la estafeta de presidente a Xi , decisión que se tomó cinco años atrás.

Con Hu fuera de la escena política después de anunciarse que no fue reelegido miembro del Comité Central del PCCh, se espera que el próximo mandatario tenga mayor autonomía para la toma de sus decisiones.

Xi Jinping comenzará su administración a finales del primer trimestre de 2013 junto con Li Kequiang, quien sustituirá a Wen Jiabao en el puesto de primer ministro.

El nuevo gabinete tendrá que aplicar reformas urgentes para evitar que la economía sufra una desaceleración, además de mejorar las relaciones con Japón y el Tíbet, que hoy se encuentran en estado crítico.

De igual forma, existe el miedo de que reviente una burbuja inmobiliaria, como sucedió en Estados Unidos en 2008 y en España en 2009.

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