Los dueños de la calle

Las calles de la ciudad ya tienen dueño. El propietario no posee título de propiedad ni rostro al que se le pueda perseguir; pero está ahí, oculto entre los pilares de la corrupción, la necesidad, la comodidad y hasta la banalidad.

Se trata del jugoso negocio de estacionamientos en la vía publica, y del que ningún conductor logra escapar. Tan así, que el precio es fijo y tiene solo dos modalidades: tiempo o dinero.

"Creemos que es necesaria la instalación de parquímetros para desincentivar el uso del automóvil, ya hay pláticas para que se avance en este proyecto, que será complementado con transportes alternos"
Andrés SañudoEspecialista en Movilidad
“Los Valet son el sinónimo del deterioro de la calidad de vida de las colonias. Básicamente es una consecuencia de la proliferación desequilibrada de los giros comerciales versus la vocación habitacional de las colonias”.
Salvador De María y CamposLíder vecinal de la Roma-Condesa
Establecimientos mercantiles sin cajones de estacionamiento en el mismo local, deberán prestar directamente o a través de un tercero el servicio de acomodadores de vehículos
"En la práctica vemos que los Valet Parking trabajan clandestinamente con solo pasarle una mordida a las autoridades delegacionales y sin ningún control”
Juan Carlos ZarragaDiputado local
Lugares saturados, o en su defecto, botes de plástico obstruyendo los escasos espacios son la constante que un automovilista tiene que sortear

Las calles de la ciudad ya tienen dueño. El propietario no posee título de propiedad ni rostro al que se le pueda perseguir; pero está ahí, oculto entre los pilares de la corrupción, la necesidad, la comodidad y hasta la banalidad.

Se trata del jugoso negocio de estacionamientos en la vía publica, y del que ningún conductor logra escapar. Tan así, que el precio es fijo y tiene solo dos modalidades: tiempo o dinero.

En los últimos diez años la capital del país ha crecido exponencialmente; junto con ella las viviendas, los negocios, el parque vehicular y la necesidad de lugares donde poderse estacionar.

Justo ahí es donde comienza el apoderamiento de las calles. Hombres con chalecos convierten la vía publica en una industria que crece al margen de la ley y en ocasiones, bajo su consentimiento.

Lugares saturados, o en su defecto, botes de plástico obstruyendo los escasos espacios son la constante que un automovilista tiene que sortear, sobre todo en los puntos de afluencia del Distrito Federal.

A los actores materiales de la toma de calles no es tan difícil detectar y  comúnmente reciben el mote de Valet´s Parking y franeleros.  

Pero… ¿Hasta dónde son culpables?

¿Quiénes se benefician de este tipo de negocios?

¿Quiénes lo provocan?

¿Qué factores influyen?

¿Realmente laboran fuera de la ley?

Y ¿Qué riesgos o molestias generan a la sociedad?

El problema es integral, y requiere de una atención especial

Analicemos:

De acuerdo con el diputado local y de extracción panista, Juan Carlos Zarraga, las delegaciones han hecho de los Valets Parking y franeleros un esquema de recaudación alterno, algo así como una “caja chica”.

En entrevista con Reporte Indigo explica que la Secretaría del Transporte y Vialidad (Setravi) es la instancia que debería tener un control de cuántas empresas hay y de que forma operan.

“Pero en la práctica vemos que los Valet´s Parking trabajan clandestinamente con solo pasarle una mordida a las autoridades delegacionales y sin ningún control por parte del Gobierno del Distrito Federal.

Considera que la participación de las delegaciones en éste jugoso negocio representan el motivo por el cuál el PRD, no ha querido regular a las empresas que se dedican a estacionar y cuidar carros en la calle.

La base

La Ley de Establecimientos Mercantiles en su artículo 10 fracción XIV dice que los titulares de los negocios de bajo impacto, impacto vecinal e impacto zonal tienen la obligación de contar con cajones de estacionamiento según los Programas Delegacionales o Parciales de Desarrollo Urbano.

Sin embargo, quedan exentos los que cuya superficie sea menor a 100 metros cuadrados, se encuentren en inmuebles catalogados por el INAH o INBA y cuando por virtud de certificado de uso de suelo por derechos adquiridos no estén obligados a contar con estos cajones.

Y en el artículo 52 de la misma ley se indica que: 

Los establecimientos mercantiles que se hallen obligados a contar con cajones de estacionamiento y no cuenten con éstos en el mismo local, deberán prestar directamente o a través de un tercero el servicio de acomodadores de vehículos, motocicletas y bicicletas, sin estacionarlos en la vía pública o banquetas.

En la práctica pocos lugares están exentos de estacionamiento, ahí la ley es omisa e implica un vacío jurídico que da pauta a la participación de empresarios externos.

Mientras que en el segundo artículo expuesto las autoridades no han clausurado o sancionado a los negocios que contratan a un tercero para estacionar vehículos en calles de las colonias Condesa, Roma, Narvarte…

Consecuencias 

El 2 de febrero de este año, el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Procuración de Justicia del DF, emitió una alerta preventiva sobre robo de vehículo en la Condesa. 

El anuncio puso en evidencia una red de delincuentes que haciéndose pasar por empleados de empresas de valet parking había dejado un saldo de tres víctimas.

El modus operandi consistía en que los ladrones se hacían pasar por acomodadores de coches afuera de un negocio, usando chalecos de color azul y entregando un boleto apócrifo a cambio del vehículo.

Robos, cobros excesivos y falta de garantías en la seguridad de los autos son los problemas más frecuentes que enfrenta la ciudadanía ante los vacíos legales. 

En tanto que los vecinos  protagonizan una pelea constante con los acomodadores de autos, quienes les impiden ocupar un lugar. De esto, hay miles de quejas en las delegaciones políticas. 

Pero el problema no es nuevo; desde el 8 de diciembre de 2010, el asambleísta del PRD, Leonel Luna anunció que solicitaría al Instituto de Verificación Administrativa (Invea) un censo sobre las empresas que se dedican a este negocio.

La intención era regular al sector empresarial y homologar el cobro de tarifas a los usuarios. 

La información que se dio a conocer señalaba que la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi) y la Setravi tenían detectadas 300 empresas de Valet Parking, “algunas de ellas, operan en la ilegalidad”.

– Justamente hace falta generar un ordenamiento para que en primera instancia se homologuen las tarifas y se verifique que estas empresas cuenten con los cajones de estacionamiento suficientes e impedir que dejen los autos en las entradas de viviendas o incluso obstruyendo la vía pública –afirmó en una conferencia de prensa.

Y el proyecto legislativo se quedó en la congeladora. Lo mismo una iniciativa de movilidad que presentó la bancada del PAN al principio de la V Legislatura; las prioridades de los diputados fueron otras.

El Invea tampoco muestra avances en el tema. Los bares, restaurantes, billares, cafeterías y demás negocios siguen utilizando al Valet Parking en las zonas conflictivas. 

A diario, los vecinos se disputan las aceras de sus viviendas con los “cuida coches”, piedras, botes de basura, garrafones, cubetas y hasta tubos de herrería dan cuenta de ello.

Pero en el negocio es un “gana-gana”. Los pequeños y grandes comercios por tener a su disposición quien cuide de los automóviles de sus comensales. 

Los empresarios dedicados a esta labor, que sin rentar un lugar obtienen ganancias. Así como los franeleros que se encargan de la seguridad de los autos a cambio de una comisión.

Las autoridades por no verificar y clausurar establecimientos a cambio de dadivas, sobre todo en tiempos electorales. Y los comensales que no tienen que buscar lugares para estacionarse, ni caminar un par de cuadras.

LOS VIGILANTES: MARGARITA Y EL MUERTO 

Por María Lourdes Pallais 

Todos los días, de las siete de la mañana a las siete de la noche, Margarita ‘la Flaquita´se convierte en dueña y señora de varias calles en una zona popular, plagada de galerías y restaurantes, en la Colonia Roma.

Nadie se estaciona ahí sin su permiso. Cuando los lugareños la ven llegar en su camión, se sienten aliviados. También protegidos. Confían en ella como nunca lo harían en los policías que suponen protegerlos del crimen.

Como Margarita hay muchísimos en la Ciudad de México.

Son los auto-designados supervisores de los estacionamientos y espacios públicos, encargados de colocar contenedores, lozas y latas pesadas en las calles para quitarlas cuando lleguen clientes. Al precio que “usted considere”, sólo las personas autorizadas por esas pandillas tienen la suerte de encontrar un codiciado espacio para estacionar sus coches.

Al mediodía, “La Flaquita” se acerca a los dueños de restaurantes cercanos -también sus clientes-, con quienes tiene un “contrato privado” que funciona así: ella “reserva” los espacios y los valets estacionan los elegantes coches. Los clientes le pagan al valet, y los dueños de los restaurantes, a Margarita.

Puntualmente a las siete de la tarde, La Flaquita recoge su changarro ambulante y le entrega la estafeta a “El Muerto”, encargado del turno nocturno.

“Es un intercambio totalmente illegal”, admite Javier Treviño-Rangel, un estudiante y cliente de Margarita, quien confía en ella y en “El Muerto” mucho más que en los policías de la zona.

“Nos gusta contar con Margarita. Cuando mis amigos vienen de visita, ella les proporciona un espacio seguro para estacionar de forma gratuita.

“Bueno, casi gratis. Le doy una buena propina”, confiesa Javier a Reporte Indigo con una sonrisa cómplice.

“No te olvides que ella y ‘El Muerto’ vigilan nuestras calles oscuras, sin postes de luz, en la noche, un servicio que la ciudad y sus policías debería darnos, y no lo hace”.

Es más, Margarita personalmente ha capturado cuatro de cinco ladrones en los últimos meses.

“Los identificó y llamó a la policía de inmediato”. 

Pero claro, tener a La Flaquita y al Muerto no es lo idóneo. “La verdad es que es frustrante pero no tenemos otra salida. Y cargamos con la fatiga de la corrupción…”

UNA REGULACIÓN IDEAL 

Un especialista y un vecino de la colonia Condesa, hablan sobre esta problemática y ofrecen soluciones

Salvador De María y Campos, vicepresidente del Movimiento Pro Dignificación de la Colonia Roma A.C. y Unión de Vecinos Hipódromo, Roma y Condesa reconoce que hay una ánima adversidad al Valet Parking, y que espera pronto acabe.

 “Los Valet son el sinónimo del deterioro de la calidad de vida de las colonias. Básicamente es una consecuencia de la proliferación desequilibrada de los giros comerciales versus la vocación habitacional de las colonias”.

Explica que en sí los servicios de estacionamiento privado molestan por el abusivo uso del de la vía pública: cuando estacionan los autos en entradas privadas o en doble fila.

“La ley establece que para que un establecimiento se le entregue una licencia debe contar con un contrato de servicio de estacionamiento, pero la mayoría de las veces no es así”.

–Queremos una aplicación irrestricta, genuina y real de la Ley de Establecimientos Mercantiles, que se exhiban los contratos, pero que se verifique la capacidad de la oferta y la demanda.

Luego continúa: “El Valet en sí es un establecimiento mercantil que no tiene regulación, como la tiene el restaurantero, la librería, la farmacia etcétera…”

Y por esa razón asegura que las autoridades no pueden seguir otorgando un cheque en blanco. Porque este servicio puede hacerlo cualquiera que porte un chaleco y que recibe las llaves de un auto a cambio de buscarle estacionamiento.

“Creemos que es necesaria la instalación de parquímetros para des incentivar el uso del automóvil, ya hay pláticas para que se avance en este proyecto, que será complementado con transportes alternos como Turibús, Ecobici, Metrobús”.

Andrés Sañudo, especialista en temas de movilidad y consultor del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP por sus siglas en inglés) advierte que ni con la instalación de parquímetros desaparecerán los Valet´s.

Para Reporte Indigo ofrece una explicación más preocupante que un simple negocio redondo: la comodidad y la banalidad de los comensales.

“Hasta cierto punto es valido. Lo que hay que regular es la forma en que estos servicios operan. Siempre buscarán pagar con dinero antes que con tiempo”. 

Señala que todo mundo espera menos tráfico, pero nadie quiere dejar su vehículo en casa y antes que buscar un lugar para aparcarse prefiere pagar por ese servicio y bajar frente al bar, restaurante o cafetería de su preferencia.

Incluso señala que para algunos es cuestión de presunción. “que todos vean el vehículos último modelo”

“A mi entender este problema se origina por una falta de regulación del espacio publico, donde la gente paga con dinero el tiempo que le llevaría encontrar un estacionamiento”.

Señala que la regulación comienza con los parquímetros, pero que hay que obligar a que se respete la disponibilidad de espacios.

Considera que la situación en el DF es prometedora, por lo que se tiene que trabajar en desincentivar el uso del automóvil, con alternativas de transporte unificada en un solo sistema de movilidad.

“Nunca va haber espacio que alcance, lo que hace falta es gestionarlos, el costo de cada cajón de estacionamiento es muy caro, tu puedes construir los estacionamientos que quieras pero mientras que la calle siga siendo gratuita la demanda estará ahí”.  

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