Le cambian de canal

En el asunto de Telmex y Dish, como en su momento en el de Televisa con Iusacell, hay gato encerrado.

Los órganos reguladores lo supieron en su momento y se hicieron de la vista gorda, advierten los expertos.

En 2009, sin requerir información a Telmex, la Comisión Federal de Competencia (Cofeco) aprobó la concentración de Grupo MVS y EchoStar para conformar Dish México.

Tres años después, la misma Cofeco autorizó a Televisa comprar el 50 por ciento de Iusacell, pese a las denuncias de Telcel.

La empresa de Slim fondea a Dish o la compra de los receptores a EchoStar a través de un vehículo denominado Teninver

En el asunto de Telmex y Dish, como en su momento en el de Televisa con Iusacell, hay gato encerrado.

Los órganos reguladores lo supieron en su momento y se hicieron de la vista gorda, advierten los expertos.

En 2009, sin requerir información a Telmex, la Comisión Federal de Competencia (Cofeco) aprobó la concentración de Grupo MVS y EchoStar para conformar Dish México.

Tres años después, la misma Cofeco autorizó a Televisa comprar el 50 por ciento de Iusacell, pese a las denuncias de Telcel.

Los funcionarios y comisionados de los órganos reguladores que operaban en aquel entonces, hoy se dicen sorprendidos por el asunto de Dish-Telmex.

Desde 2008, llegó al escritorio del entonces presidente de la Cofetel -hoy Cofece- Eduardo Pérez Mota, un documento donde se advertía sobre la sospechosa relación de facturación y cobranza entre ambas empresas.

De eso, también se enteraron los posteriores presidentes de Cofetel, Héctor Osuna y Mony de Swaan.

Incluso, la propia Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

Nada hicieron las autoridades regulatorias pese a que conocieron los riesgos con antelación y de primera mano.

¿Hubo omisión o complicidad?

Hace poco más de cinco años, MVS y Telmex anunciaron un acuerdo a través del cual la empresa de telefonía daría servicios de facturación y cobranza para MVS en el sistema Dish.

Héctor Osuna y Mony de Swaan, presidentes de la extinta Cofetel, omitieron clarificar este asunto, aun cuando muchos comisionados lo habían advertido.

Fue el propio Gonzalo Martínez Pous, comisionado de Cofetel, quien envió un oficio a Guillermo Martínez Moreno, jefe de Unidad de Verificación y Supervisión.

En el documento, se resumían las denuncias presentadas por la Canitec y Megacable sobre la alianza Telmex-MVS-Dish.

Los cableros denunciaron, desde entonces, las violaciones por parte de Telmex y Dish México a sus títulos de concesión, así como a diversas leyes, y disposiciones en materia de telecomunicaciones.

Tan fue así, que la propia Cofetel comunicó a Teléfonos de México que “la celebración de cualquier acto o contrato relacionado con el objeto de su concesión” deberá ser previamente autorizado por la SCT y la Cofetel.

El propio Martínez Pous hizo dos acotaciones jurídicas a dicho oficio.

Que la Cofetel tiene atribuciones para supervisar que los concesionarios cumplan con las disposiciones legales.

Y que se verificara si Telmex estaba cumpliendo con su título de concesión, que le impide dar directa o indirectamente servicio de televisión.

Pero esas especificaciones no fueron esclarecidas ni tomadas en cuenta, ni en la Cofetel ni en Cofeco.

Como lo recuerdan algunos excomisionados que prefirieron el anonimato, las especificaciones jurídicas siempre se enfrentaron a la oposición de los presidentes de los organismos reguladores.

Héctor Osuna, Mony de Swaan y Eduardo Pérez Mota tenían la facultad de hacer avanzar o frenar esos asuntos. Pero no lo hicieron.

El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) tendrá ahora que investigar si los servidores públicos no esclarecieron dichas alianzas por omisión o por complicidad.

Hasta sus últimas consecuencias

El IFT falló a favor de la alianza entre MVS y Telmex sobre la retransmisión de señales de televisión abierta y se comprometió a realizar una investigación sobre la relación que tiene la empresa de Carlos Slim con Dish.

Mientras, las televisoras se afilan las uñas.

Grupo Salinas denunció penalmente al presidente del Consejo de Administración de Dish, Ernesto Vargas Guajardo, por proveer información falsa a las autoridades sobre su relación con Telmex y falsear información a la Cofeco.

Ahora, Dish tendrá que dejar de transmitir la señal del canal 9 y no podrá subir el canal 40 ni Foro TV.

Pero con la opción de compra del control de Dish por parte de Telmex, una vez declarado como preponderante, las reglas cambiarán.

Se aplicará la obligatoriedad del must carry a Dish, pero ya no la gratuidad.

Las cosas no serán tan sencillas, los mercados ya anticipan que Televisa y TV Azteca reforzarán sus posturas con distintos amparos en contra de la decisión del IFT.

Incluso, se presume que llegarán hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para que resuelva la procedencia o no de la retransmisión de señales de televisión abierta a la restringida.

El IFT muestra su poder

Por lo pronto, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) asoma la cabeza y demuestra sus alcances.

La primera reacción del IFT es, para muchos, las sanciones que impuso a Cablevisión y Megacable por prácticas monopólicas absolutas previstas en la Ley Federal de Competencia Económica.

A la primera -que es de Televisa- le impuso una multa de 8 millones 733 mil 746 pesos y a la segunda, una de 33 millones 576 mil 102 pesos.

A ambas empresas se les acusa de “dividir, distribuir, asignar o imponer porciones o segmentos de un mercado actual o potencial de bienes y servicios, mediante clientela, proveedores, tiempos o espacios determinados o determinables”.

El IFT les ordenó el cese de dichas prácticas e instruyó a su Unidad de Competencia Económica informarles de la multa impuesta.

Además, desacreditó la práctica monopólica por fijar, elevar, concertar o manipular el precio de venta o compra de bienes ofrecidos o intercambio de información.

Dish le come el mandado a Televisa

Dish, una sociedad en donde MVS de Joaquín Vargas tiene el 60 por ciento de las acciones y EchoStar de Charles Ergen el resto, le come mandado a Televisa.

La cablera de José Luis Woodhouse tiene ya 2.8 millones de usuarios en el país.

Alcance al que –para algunos- no hubiera podido llegar en dos años sin el apoyo de Telmex.

Sobre todo porque la empresa de Slim fondea a Dish o la compra de los receptores a EchoStar a través de un vehículo denominado Teninver.

Al cierre de diciembre se calculaba que Dish de México tenía un flujo de efectivo de 500 millones de pesos.

Teninver, en teoría, le renta los equipos a Dish, incluso se hace la provisión contable, pero en la práctica no se pagan.

Por la tercerización de la cobranza Dish paga a Telecomm, OXXO, o Comercial Mexicana entre 4 y 5 pesos por cliente que gestiona, contra 13 pesos que paga Telmex.

De lo que Telmex factura automáticamente a través del recibo de su servicio telefónico, 25 por ciento se lo queda y el 75 por ciento restante se lo reembolsa a Dish.

En una decisión unilateral, Telmex quiso eliminar de la base de datos de MVS y EchoStar a los suscriptores que no tuvieran línea telefónica, pero se echó para atrás porque hubiera implicado perder miles de clientes.

Aunque la empresa de Carlos Slim insista en negarlo, la mayor parte de los consejos de Dish de México se realizan en las oficinas de Telmex.

El propio Woodhouse y el director de Administración y Finanzas, Carlos Cárdenas, reportan a Slim vía Cristóbal Trujan.

El propio sindicato de Telefonistas confirma que se capacita a trabajadores de Telmex en la instalación de equipos y sistemas de Dish.

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