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La otra fuga (la del dinero)

Mientras que el país todavía no sale de la conmoción que significó la segunda fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán, otro escape que se viene gestando desde el año pasado causó estragos en la economía.

Se trata de la constante salida de capitales que han afectado el valor del peso, y a la mayoría de las monedas alrededor del mundo, frente al dólar.

Tan sólo esta semana el tipo de cambio del peso/dólar llegó ayer a un nuevo mínimo histórico cuando la moneda estadounidense llegó a cotizarse en 16.44 pesos en ventanilla.

17.8 pesos
por dólar esperan que alcance el tipo de cambio en septiembre algunos especuladores que han contratado coberturas en el mercado de futuros de Chicago
La volatilidad ha sido lo que gobierna los mercados internacionales desde el año pasado. Sin embargo, en el 2015 esta inestabilidad ha ido en aumento
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Mientras que el país todavía no sale de la conmoción que significó la segunda fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán, otro escape que se viene gestando desde el año pasado causó estragos en la economía.

Se trata de la constante salida de capitales que han afectado el valor del peso, y a la mayoría de las monedas alrededor del mundo, frente al dólar.

Tan sólo esta semana el tipo de cambio del peso/dólar llegó ayer a un nuevo mínimo histórico cuando la moneda estadounidense llegó a cotizarse en 16.44 pesos en ventanilla.

La moneda mexicana lleva lidiando mucho tiempo con presiones externas. El principal motivo de la caída del peso se debe a las expectativas que inversionistas tienen sobre el alza de tasas en Estados Unidos, lo que haría más atractivas las inversiones en ese país.

Además, a esto se le debe añadir la presión que ciertos conflictos en economías emergentes han ocasionado. La crisis vivida en Europa por las negociaciones de la deuda griega y el desplome de los mercados bursátiles en China en las últimas semanas han provocado una mayor aversión al riesgo.

Cuando los inversionistas tienen miedo de experimentar pérdidas, mueven su dinero a países que consideran más seguros como Estados Unidos.

El peso es una de las monedas emergentes más utilizadas en el mundo debido a su gran nivel de liquidez, por lo que su depreciación es una consecuencia lógica de las circunstancias y no necesariamente un mal augurio para la economía nacional.

A la sombra de la Fed

La Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) lleva más de un año anunciando un inminente alza de tasas de interés de referencia que se han mantenido inusualmente cercanas al 0 por ciento en los últimos años.

Debido a los estragos ocasionados por la Gran Recesión del 2008, la autoridad monetaria estadounidense hizo uso de todas sus herramientas, como la reducción de tasas, para reactivar la economía. Ahora que el país se perfila hacia una verdadera recuperación, la Fed se prepara para regresar las tasas a su nivel normal.

Aunque todavía se desconoce cuándo comenzará el ajuste, la mayoría de los analistas prevén que sea en la siguiente reunión de la Fed programada para mediados de septiembre.

El aumento de tasas provocará que ciertos instrumentos financieros, como los bonos del tesoro estadounidense, tengan mayores rendimientos. De tal modo, los inversionistas se están anticipando para el alza comprando dólares y dejando atrás otras monedas como el peso.

La mayor aflicción del peso proviene de las expectativas en torno a la Fed y es probable que no terminen hasta que comience el alza de tasas y se normalicen los mercados. Si bien las apuestas de los inversionistas se concentran en septiembre, podría ser que las autoridades de Estados Unidos esperen un poco más. Todo depende de su interpretación de los datos económicos y de si consideran que la situación económica de su país es la adecuada.

Miedo en los mercados

El año fue recibido con la llegada al poder de Grecia del partido Syriza, el cual lleva meses creando tensiones en toda la eurozona. 

Los inversionistas han reaccionado una y otra vez ante las negociaciones entre los griegos y sus deudores.

El conflicto terminó, por el momento, con un tercer rescate económico hace tan sólo unas semanas. Las últimas rondas de negociaciones parecían indicar una salida inminente de Grecia de la eurozona, lo que mantuvo a los mercados en vilo.

A esto se le debe agregar el desplome de los principales índices bursátiles chinos en las últimas semanas que obligaron al gobierno a tener que “dar de baja” a varias empresas para detener la fuga de capitales.

Este tipo de sucesos causan temor entre los inversionistas quienes salen en desbandada a buscar lugares seguros para su dinero. Esta aversión al riesgo golpea sobre todo a países emergentes como México al reducir sus niveles de inversión.

También existen otros factores que afectan particularmente al país. 

El tema de inseguridad no ha dejado de ser preocupación entre los economistas y la segunda fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán afecta todavía más la percepción de la gente.

Por su parte, la caída del precio del barril de petróleo en los mercados también ha ocasionado un desinterés en la apertura energética de México, una de las más grandes apuestas económicas de la actual administración federal.

Depreciación generalizada

El peso no es la única moneda que ha perdido valor frente al dólar. El fortalecimiento de la divisa estadounidense en relación a otras monedas es una tendencia generalizada.

Cuatro de las siete divisas emergentes con peor desempeño en los últimos dos meses corresponden a países de América Latina, la región no desarrollada con el pronóstico de crecimiento más bajo del mundo. El Fondo Monetario Internacional espera que Latinoamérica crezca apenas 0.5 por ciento este año.

Tras sufrir una caída de 12 por ciento frente al dólar en los últimos dos meses, el peso colombiano descendió a su menor nivel en once años. 

El real brasileño ha perdido 6 por ciento de su valor desde finales de mayo. En lo que va del año, la divisa de Brasil se ha depreciado más de 18 por ciento. La relativa alta tasa de interés de referencia de 13.75 por ciento no sido una medida suficiente para retener la inversión en el país sudamericano.

Por otra parte, el diario Financial Times reporta que el bolívar venezolano se desplomó 50 por ciento en el mercado negro durante el último mes.

Analistas atribuyen la depreciación generalizada de América Latina a que la región ha sufrido la caída en el precio de la mayoría de las materias primas. Asimismo, la exportación de estas materias primas, principal fuente de divisas de la región, ha sido limitada por la desaceleración de la economía de China.

Sin embargo, la debilidad de las monedas globales frente al dólar se extiende a otras latitudes, particularmente a países que son exportadores netos de petróleo.

En lo que va de julio, la corona noruega y el dólar canadiense han perdido cerca del 5 por ciento y más del 3 por ciento de su valor respectivamente. En el mismo periodo, el rublo ruso se depreció 3 por ciento.

En lo que va de este mes, el precio del petróleo ha caído alrededor de 9 por ciento. El precio del barril de crudo de referencia se encuentra en 50 dólares, lejos del máximo de junio de 2014 cuando se encontraba encima de los 100 dólares.

Los productores de petróleo no son los únicos que han sufrido una caída en el valor de sus divisas. Durante el 2015, el euro ha perdido más del 10 por ciento de su valor.

Además de la incertidumbre provocada por la crisis de deuda griega, el programa de expansión monetaria del Banco Central Europeo (compra de activos mediante la impresión de dinero) ha presionado el valor del euro a la baja.

Víctima de la especulación

A principios de 2015, Bloomberg realizó una encuesta a economistas del sector privado en relación al pronóstico del peso mexicano. El consenso de las expectativas señalaba que la divisa nacional se apreciaría a lo largo del año. La realidad no podría ser más diferente.

En el último mes, el valor spot del peso cayó 4.33 por ciento frente al dólar. En lo que va del año, la caída avanza a 8.67 por ciento, mientras que en los últimos doce meses la depreciación registra casi un 24 por ciento.

El portal Bloomberg reporta que el comportamiento reciente del peso mexicano ha roto los modelos de predicción de la mayoría de los bancos y corredurías de primer nivel. JP Morgan y Citigroup esperaban que la barrera de los 16 pesos por dólar se alcanzaría hasta el fin del tercer trimestre.

La pérdida de valor del peso en los últimos tres meses duplica el promedio de depreciación de las divisas emergentes en el mismo periodo.

Esto se debe en gran medida a que la moneda mexicana es extremadamente líquida. El peso es la divisa emergente más operada del mundo, y la octava con mayor movimiento a nivel general. Por lo tanto, cuando un inversionista desea limitar su exposición a activos emergentes (como ha sucedido en el último mes), los activos denominados en pesos son los primeros que son desechados debido a la facilidad que tienen para encontrar un comprador en relación a activos de otros países. 

En un contexto donde la volatilidad financiera global alcanza niveles extraordinarios, el peso suele ser la víctima común cuando los administradores de portafolios asumen una postura de aversión al riesgo.

Analistas concluyen que la velocidad con la que ha caído el peso ha sorprendido a propios y extraños, modificando las expectativas de los inversionistas con posiciones en activos mexicanos.

La perspectiva de que la debilidad del peso se profundizará ha dado lugar a la especulación, exacerbando la depreciación de la divisa nacional.  Analistas como Sergio Luna, economista en jefe de Citigroup en México, auguran un éxodo masivo de inversionistas de bonos.

Para finales de año, la proyección más dramática de los economistas encuestados por Bloomberg ubica a la moneda mexicana en 16.5 pesos por dólar. Sin embargo, hay especuladores en el mercado de futuros de Chicago que apuestan a que la divisa pueda descender hasta los 17.8 pesos por dólar en septiembre.

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