La clave: el diálogo

"El primer paso es reconocer el problema, si no lo reconocemos vamos a seguir dando palos de ciego", asegura el rector de la Universidad Autónoma de Morelos (UAEM). 

Alejandro Vera Jiménez destaca que, ante la crisis de inseguridad que se vive en la entidad morelense, es vital contar con las autoridades de los tres niveles de gobierno para cristalizar acuerdos sustanciales. 

“El primer paso es reconocer el problema, si no lo reconocemos vamos a seguir dando palos de ciego”, asegura el rector de la Universidad Autónoma de Morelos (UAEM). 

Alejandro Vera Jiménez destaca que, ante la crisis de inseguridad que se vive en la entidad morelense, es vital contar con las autoridades de los tres niveles de gobierno para cristalizar acuerdos sustanciales. 

El académico reconoce la voluntad del gobernador del Estado, Graco Ramírez, quien acaba de ampliar la convocatoria para hablar sobre la seguridad del estado, sin embargo, reitera que “Los Diálogos Políticos por la Seguridad Ciudadana” del 15 de mayo seguirán adelante.

Aunque reconoce que no todas las respuestas han sido alentadoras.

“Han mandado a distintos interlocutores para truncar el diálogo propuesto”, revela en entrevista a Reporte Indigo. 

Dichos emisarios, asegura, les han pedido que mejor se sumen a la reunión del Consejo de Seguridad Ciudadana, convocada para el día 16 . 

Pero el catedrático afirma que aun así seguirán adelante con su objetivo de visibilizar la tragedia que viven los habitantes de Morelos. 

‘No es un problema de gobierno’

El pasado día 9 de mayo, la Coordinadora Morelense de Movimientos Ciudadanos acudió en caravana desde Morelos hasta el DF. Se entrevistaron con representantes del Gobierno Federal. Les entregaron una carta en la que demandan la intervención de la federación y, además, la salida del Ejecutivo estatal.

El rector dice que la UAEM no suscribe esas peticiones pues no es un problema de gobierno sino de Estado.

“Con la salida del gobernador esto no se va a solucionar (…) no estamos de acuerdo con la militarización del estado”, remarca.

Aunque el propio Vera Jiménez ha afirmado que en Morelos hay un Estado Fallido, no comparte la idea de que lleguen el Ejército, la Marina y la PFP. 

Apuesta más bien a que se implementen políticas de proximidad, de política pública en materia de seguridad ya que el mejor aliado de estas acciones es el ciudadano.

En el balance que hace como máxima autoridad de la UAEM, dice que Morelos no ha pasado las grandes transformaciones ni políticas ni económicas ni sociales que hagan pensar que ya están superando los problemas.

“Hay intención, hay voluntad, hay acciones, pero este asunto tiene raíces mucho más profundas y creo es ahí adonde tenemos que llegar”, indica. 

Lo importante, a su parecer, es definir una agenda que permita a todas las instituciones del estado enfrentar el problema con la seriedad que amerita.

Por ello reitera su invitación para que todos los actores dialoguen. 

Aún se está a tiempo, considera, de atender el problema, antes de que se empiecen a generar otros niveles de tensión y el conflicto se agudice en otros términos.

“Lo que sería lamentable y desastroso para el estado”.

Entre amenazas

Las amenazas contra profesores de la Universidad Autónoma de Morelos (UAEM) se agudizaron en la pasada administración estatal, cuando tenía lugar el proceso de sucesión de la Rectoría de esa casa de estudios. 

“Me parece que había intereses externos a la universidad que estuvieron implicados, que estuvieron moviendo las cosas para que la elección para rector se diera en otro sentido”, narra Alejandro Vera Jiménez en entrevista telefónica con Reporte Indigo.

La Junta de Gobierno decidió hacer caso del pulso de la comunidad universitaria y cambió la terna original. Buscó la elección transcurriera en otros términos.

Fue ahí que el profesor Vera Jiménez fue incorporado como aspirante y, posteriormente, electo como rector por una amplia mayoría del Consejo Universitario.

El proceso se condujo con apego a los estatutos universitarios pero hubo “golpeteos externos”. 

Fue ahí que acontecieron las primeras amenazas al Consejo Universitario. Se buscaba que se revertieran las cosas y se planteara una elección en los términos originales, es decir, con los candidatos de la primer terna, explica.

Pero aun con presiones no se dio marcha atrás. Las amenazas se materializaron. 

“Hubo levantones a miembros o familiares de los integrantes del Consejo Universitario, particularmente de nuestro secretario del sindicato académico”. 

Le lanzaron amenazas directas de que si no revertía esa situación él y todos los consejeros iban a pagar las consecuencias. Los hechos fueron denunciados con oportunidad. Los ataques se agudizaron.

“Quedó patente que todos los miembros del Consejo Universitario iban a sufrir las consecuencias por la decisión que se había tomado”, cuenta el académico.

Tal fue la presión que tuvieron que retirar las demandas presentadas ante las instituciones locales. Mas las intimidaciones prosiguieron. 

Comenzaron a darles “puñados de bala”. Como ocurrió al guardia de la entrada de la Universidad, quien fue baleado. 

El propio rector no vio ese feroz toro desde la barrera. Primero le hicieron llegar una cartulina con un mensaje que decía que si no renunciaba, todos iban a sufrir las consecuencias. 

Luego vino algo peor: “intentaron levantar a mi esposa”. 

Ingresaron  a su domicilio donde no robaron nada. Al denunciar los hechos “lamentablemente, la amagaron, la torturaron y la amenazaron”, recuerda.

Los ataques siguieron. 

En fechas recientes a uno de los guardias que velaba por la seguridad física de las hijas del rector también “lo levantaron”. 

Al intentar hacer la denuncia localmente les dijeron que era improcedente, que no podían denunciar. 

El reporte del siniestro se limitó solo al robo del vehículo.

Acudieron ante la Procuraduría General de la República (PGR) donde en septiembre pasado hicieron las denuncias correspondientes. Las investigaciones están en curso y, de hecho, el rector especifica que ahora están bajo resguardo de agentes federales.

Vera Jiménez recuerda un hecho que no puede pasarse por alto. 

El homicidio del profesor Sergio Montes que ocurrió una semana antes de los asesinatos del profesor Alejandro Chao y su esposa.

Se metieron a su domicilio y tampoco se robaron nada. Al salir Montes a auxiliar a su hijo –el primero en percatarse que los delincuentes habían allanado su hogar– lo mataron. 

“Quedó tendido ahí en su domicilio y ya no se pudo hacer nada por auxiliarlo”, dice el rector.

Buscan la solución

Alejandro Vera Jiménez vincula los recientes asesinatos de profesores universitarios al clima de inseguridad que se vive en Morelos.

 “Cada vez está tocando a ciudadanos, trabajadores de clase media que no tienen muchos recursos”, reflexiona.

Es por ello que la comunidad universitaria encabezó una destacada movilización ciudadana. 

La gente salió a las calles de Morelos demandando clarificar los recientes homicidios del profesor Alejandro Chao y su esposa. Más aún: a poner fin al clima de inseguridad que reina en el estado.

Vera Jiménez explica que su emplazamiento al diálogo toca dos cuestiones fundamentales: delimitar la problemática, las dimensiones que están agudizando esta crisis y revisar las políticas públicas que hay que impulsar para que los ciudadanos empiecen a ver resultados más efectivos. 

“De cara a la ciudadanía tenemos que revisar todas las instituciones del Estado, de los diferentes niveles de gobierno (…) para encontrar una solución”, concluye.

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