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Golpe de opio

En la Sierra Madre mexicana plantar mariguana ya no es tan redituable como antes. Ahora, el opio –del cual proviene la heroína– ha tomado su lugar. 

El tráfico de heroína es un negocio con perspectivas inciertas para todos menos para los cárteles mexicanos, que han encontrado en él una nueva manera de hacer dinero frente a la caída del consumo de la cocaína y la legalización de la mariguana en Estados Unidos.

En la Sierra Madre mexicana plantar mariguana ya no es tan redituable como antes. Ahora, el opio –del cual proviene la heroína– ha tomado su lugar. 

El tráfico de heroína es un negocio con perspectivas inciertas para todos menos para los cárteles mexicanos, que han encontrado en él una nueva manera de hacer dinero frente a la caída del consumo de la cocaína y la legalización de la mariguana en Estados Unidos.

Antes eran productores de alquitrán negro de baja graduación y traficantes a menor escala, pero ahora los narcotraficantes mexicanos están refinando pasta de opio para convertirla en heroína blanca de alto grado para inundar el mayor mercado de drogas ilegales del mundo, echando mano de las mismas rutas de distribución que utilizaron para la mariguana y la cocaína.

Es lo único redituable

Es un negocio que a los agricultores no les gusta. En una poco usual entrevista con periodistas, varios campesinos dijeron a The Associated Press que es muy difícil sacar sus productos de esta región montañosa, pero aseguran que los pequeños ladrillos de goma de pasta de opio son lo único que les genera utilidades.

“Casi todos piensan que en la sierra hay pura gente mala y no es cierto, son nada más comentarios de gente que no conoce”, dijo Humberto Nava Reyna, líder del Consejo Supremo de Pueblos del Filo Mayor, un grupo que promueve proyectos de desarrollo en las montañas. “No pueden dejar el cultivo de la amapola, mientras haya demanda y el gobierno no ponga atención”. (Fuente: AP)

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