Javier Valdez, sin cabos sueltos

En las primeras líneas de investigación sobre el asesinato del periodista Javier Valdez, la Fiscalía General del Estado de Sinaloa maneja dos hipótesis: que el reportero fue asesinado a causa de su trabajo o que fue víctima fortuita de la delincuencia común, al haberse negado a que le robaran su vehículo.

Pero en el trasfondo se asoman otras líneas que innegablemente llevan a la posibilidad de que Javier Valdez haya sido víctima directa de la sangrienta disputa que se vive en Sinaloa entre los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán y las Fuerzas Especiales de Dámaso (FED).

En una de sus columnas semanales, Javier Valdez dejó al descubierto el cambio de bando de algunos de los principales colaboradores de Joaquín Guzmán
“Este no es un homicidio más de un periodista, se trata de un atentando con un mensaje mayor contra la libertad de expresión, pues éste es el primer periodista y escritor que es asesinado en México”
Fuente anónima

En las primeras líneas de investigación sobre el asesinato del periodista Javier Valdez, la Fiscalía General del Estado de Sinaloa maneja dos hipótesis: que el reportero fue asesinado a causa de su trabajo o que fue víctima fortuita de la delincuencia común, al haberse negado a que le robaran su vehículo.

Pero en el trasfondo se asoman otras líneas que innegablemente llevan a la posibilidad de que Javier Valdez haya sido víctima directa de la sangrienta disputa que se vive en Sinaloa entre los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán y las Fuerzas Especiales de Dámaso (FED).

Una versión a la que tuvo acceso Reporte Indigo, indica que Javier Valdez fue ejecutado a causa de su trabajo, luego de haber sido el primer periodista que develó -a través del semanario RioDoce- el trasfondo de la fuga de la cárcel de Aguaruto, en el municipio de Culiacán.

Los trabajos de investigación del comunicador, que conocía a la perfección la conformación de las estructuras criminales de los cárteles de las drogas en Sinaloa, dimensionaron la importancia de la fuga al señalar que el primer objetivo de la liberación era Rafael Guadalupe Félix Núñez, “El Changuito Ántrax”, y no Juan José Esparragoza Monzón, “El Negro”, como lo indicaban las autoridades.

De acuerdo a la versión, la información hecha pública por Valdez dejó al descubierto el cambio de bando de algunos de los principales colaboradores de Joaquín Guzmán Loera, entre ellos el de su operador financiero, Alfonso Limón Sánchez, “El Limón”, y su ex jefe de escoltas, José Francisco Javier Zazueta González, “El Chimal”, los que se pasaron al bando de los Dámaso.

“El Chimal” fue abatido en un enfrentamiento con elementos de la Marina apenas un mes después de la fuga; la ubicación del ex jefe de seguridad de “El Chapo” fue producto de una denuncia anónima a las Fuerzas Federales, la que se atribuye fue ordenada por los hijos del Guzmán Loera, que se consideraron traicionados por su ex colaborador.

Desde ese momento -sigue la versión obtenida desde el interior del Cártel de Sinaloa- el periodista fue puesto bajo la mira de grupo de Los Dámaso.

Pero lo que pudo haber terminado de incomodar a la organización criminal, fue la cobertura que RioDoce dio al tema de la ubicación y posterior detención de Dámaso López Núñez, “El Lic”.

La versión sobre la ejecución de Javier Valdez como resultado de una venganza de un grupo del crimen organizado fue avalada por la Fiscalía General del Estado de Sinaloa.

Su titular, Juan José Ríos Estavillo, reconoció que la agresión al comunicador fue directa, al recibir 12 impactos de bala de arma de uso exclusivo de las Fuerzas Federales.

Tras las primeras indagatorias, luego de reconocer la posibilidad de la participación de la delincuencia organizada y el uso de armas de grueso calibre, la Fiscalía de Sinaloa decidió dar vista de las investigaciones a la Procuraduría General de la República, lo que se traduce en el primer paso para que el caso sea atraído por la policía investigadora de la Federación.

De esa forma, aunque oficialmente no se ha descartado ninguna línea de investigación en el asesinato del periodista, podría quedar de lado la posibilidad de que Javier Valdez haya sido víctima de la delincuencia común, aun cuando fue despojado de su vehículo y de algunos artículos personales.

En la carpeta de investigación que abrió la Fiscalía Especializada de Atención a Delitos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) de la PGR, se establece que el periodista asesinado fue despojado de una computadora Laptop y su teléfono celular, los que portaba al momento del atentado.

Calientan la plaza

Sin alejarse de la posibilidad de que detrás del asesinato de Javier Valdez se encuentra el crimen organizado, existe también la versión policial de que el atentado pudo haber sido obra de los integrantes del Cártel de Joaquín Guzmán Loera con la única intención de “calentar la plaza”, a fin de dificultar el posicionamiento de las Fuerzas Especiales de Dámaso en la región.

De acuerdo a fuentes extraoficiales de la PGR, esa teoría se sustenta en el hecho de que, a la fecha, el grupo conocido como “Los Chapitos”, que encabezan Jesús Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán Salazar, se encuentra replegado en la región de Badiraguato ante el avance de los grupos delincuenciales al servicio de Los Dámaso.

Para la PGR, el control delincuencial del estado de Sinaloa lo ha ido ganando de a poco el grupo que comanda el hijo de Dámaso López Núñez, el autonombrado “Mini Lic”, Dámaso López Serrano, quien se ha hecho del control de las Fuerzas Especiales de Dámaso desde que “El Lic” fue detenido por las Fuerzas Federales.

En ese sentido, se presume por parte de algunos investigadores ministeriales de la PGR, que el asesinato de Javier Valdez pudo haber sido ordenado desde la cúpula de la fracción del Cártel de Sinaloa que es controlada por Aureliano Guzmán Loera, “El Guano”, quien fue desplazado de la plaza de Mazatlán por parte de las Fuerzas Especiales de Dámaso.

Uno de los investigadores reveló que no se observa descabellada la hipótesis, pues este homicidio obliga a la Federación a reforzar la seguridad en todo el estado, lo que vendría a limitar el avance de los grupos delincuenciales del Cártel de Los Dámaso, que ya se han posicionado en casi toda la costa del Pacífico mexicano, desde Jalisco hasta Sonora, incluida la península de Baja California.

Bajo lupa

Fuentes de la Fiscalía Especializada de Atención a Delitos contra la Libertad de Expresión dijeron que todos los textos publicados por Javier Valdez se están sometiendo a revisión exhaustiva.

>> Narcoperiodismo

Evidencia cómo los cárteles se han apoderado poco a poco de las redacciones de los medios de comunicación.

>> Huérfanos del Narco

Plantea la forma en que el crimen organizado se ha ido apropiando de los niños y jóvenes para utilizarlos en actividades delictivas.

>> Con una Granada en la Boca

El periodista expone cómo la sociedad se encuentra en medio de una guerra entre cárteles y Fuerzas Federales.

>> Levantones

En este libro se expone la realidad de las desapariciones que son perpetradas por fuerzas federales y células criminales.

>> Miss Narco

Devela la vida que llevan estas mujeres seducidas por el poder de los amos del narcotráfico, la que se mueve entre la violencia y la muerte.

Sus libros, línea de investigación

Fuentes consultadas al interior de la FEADLE indicaron que en estos momentos, cuando la prioridad de la dependencia es esclarecer el homicidio de este periodista, se están sometiendo a revisión exhaustiva todos los textos publicados por Javier Valdez, incluidos sus libros, a fin de encontrar pistas para determinar de dónde pudo haber venido la agresión.

“Este no es un homicidio más de un periodista, se trata de un atentando con un mensaje mayor contra la libertad de expresión, pues éste es el primer periodista y escritor que es asesinado en México”, consideró la fuente.

Esto, agregó, indicaría que ahora las agresiones podrían ir contra los comunicadores que incursionan en el llamado periodismo en libros, en donde hasta hoy no se habían registrado agresiones de muerte.

Por esa razón, la FEADLE investiga pistas en los libros del periodista asesinado a fin de no dejar cabos sueltos.

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