La otra historia de los Niños Héroes: la caída del Castillo de Chapultepec

De acuerdo con la historia oficial, el 13 de septiembre de 1847 un grupo de jóvenes dio su vida para defender el Castillo de Chapultepec, y con el tiempo fueron llamados Niños Héroes; sin embargo, existen otras versiones que hacen preguntarse si este acontecimiento es mito o realidad.

De acuerdo con la historia oficial, el 13 de septiembre de 1847 un grupo de jóvenes dio su vida para defender el Castillo de Chapultepec, y con el tiempo fueron llamados Niños Héroes; sin embargo, existen otras versiones que hacen preguntarse si este acontecimiento es mito o realidad.

Las interpretaciones de esta parte de la historia van desde Juan Escutia, un valiente hombre que se lanzó con la bandera mexicana, hasta la supuesta falsa edad de los cadetes que defendieron el recinto de los invasores estadounidenses.

Sobre este acontecimiento, el gobierno de mexicano asegura que “el 13 de septiembre de 1847, los Niños Héroes nos dieron una lección de orgullo, coraje y dignidad, al resguardar el Castillo de Chapultepec frente al asalto de tropas invasoras”.

En 1846, Estados Unidos declaró la guerra a México, como parte de su ambición expansionista:

Entre las causas detonantes se encuentran la creación de la República de Texas –territorio mexicano independizado–, la entrada del ejército estadounidense a la zona comprendida entre los ríos Nueces y Bravo (en nuestro país) y la demanda de indemnización al gobierno nacional por los daños que se causaron durante la guerra de independencia de Texas.

Según la historia oficial, al pie del Castillo de Chapultepec fue derrotado el Batallón Activo de San Blas, fue entonces cuando los jóvenes cadetes del Colegio Militar decidieron continuar la defensa, aunque al final fueron derrotados.

La caída del Castillo tuvo dos consecuencias inmediatas: la estadounidenses llegaron al corazón de la Ciudad de México y colocaron la bandera de las barras y las estrellas en Palacio Nacional, además de la nueva renuncia de Santa Anna a la presidencia de la nación.

Aquí es donde aparecen los Niños Héroes, seis cadetes mexicanos de entre 12 y 18 años que dieron su vida por la defensa de la soberanía: Juan de la Barrera, Agustín Melgar, Francisco Márquez, Fernando Montes de Oca, Vicente Suárez y Juan Escutia.

LA OTRA HISTORIA

25 años después de los acontecimientos, el exmadatario Benito Juárez recordaría a los cadetes, en medio de una campaña electoral para impedir que Porfirio Díaz llegara al poder.

En un intento por desprestigiar el propósito del gobierno juarista, la oposición se lanzó contra la versión del presidente oaxaqueño.

Para desprestigiar esta historia –según Los Niños Héroes: de la realidad al mito (1989)– los detractores aseveraron que los defensores del Castillo de Chapultepec no eran niños ni mucho menos alumnos.

La versión de la oposición acusaba a los cadetes de ser más bien un grupo de borrachos que no pertenecían al Ejército.

Por su parte, el historiador Alejandro Rosas comentó a Milenio que es un hecho que los cadetes decidieron quedarse en el Castillo, sin embargo lo hicieron sin estar obligados a hacerlo por ser cadetes.

En este sentido considera que el llamarlos héroes es merecido, pero hay parte de la historia que se creó alrededor de ellos: el objetivo era sembrar en los mexicanos un desmedido e irracional amor por la patria.

“En aras de la construcción del Altar de la Patria —a donde el sistema político mexicano del siglo XX llevó a sus héroes para legitimarse en el poder—, muchas historias se exageraron, otras se distorsionaron y no pocas fueron inventadas”, señaló el historiador.

Sobre la historia de Juan Escutia, dijo que realmente no se sacrificó por la bandera mexicana:”cayó abatido a tiros junto con Francisco Márquez y Fernando Montes de Oca cuando intentaban huir hacia el Jardín Botánico”.

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