“Entrenador” retuvo a una perrita y luego la vendió en Hermosillo

Una mujer en Hermosillo, Sonora, denunció que el entrenador con el que iba y al que le pagaba para amaestrar a su perrita Kyra, una bulldog inglés, se quedó con el can bajo la excusa de que necesitaba más horas y luego vendió a Kyra en una tienda de mascotas.

Una mujer en Hermosillo, Sonora, denunció que el entrenador con el que iba y al que le pagaba para amaestrar a su perrita Kyra, una bulldog inglés, se quedó con el can bajo la excusa de que necesitaba más horas y luego vendió a Kyra en una tienda de mascotas.

De acuerdo con Joana Castro, ella llevó a Kyra con Abdul N. por recomendación de conocidos y él le informó que las 20 sesiones para entrenarla tomarían 45 días. Ella le dio 3 mil pesos como adelanto. Al principio ella iba diario, pero él ofreció trabajar con Kyra por las noches a lo cual Joana accedió por la facilidad de traslados que para ella esto representaba.

Ella la tenía los fines de semana y él de lunes a viernes, sin embargo ella no notaba cambios en Kyra y de hecho Joana dijo que “ella se portaba peor” que el primer día que llegó con ella y luego de varios pagos que le hizo a Abdul. Finalmente ella le llevó al supuesto entrenador la perrita el 9 de junio, que fue el último día que la vio

Ahí las cosas se pusieron extrañas, pues él le recomendó dejársela porque la perra se había enfermado del estómago y cuando ella le decía que iría a recogerla, el hombre le decía que no, porque Kyra seguía mala.

“Y yo pues le creí y dije ‘bueno, él es entrenador y sabe de perros y por el bien de ella que ni salga’”, dijo Joana en entrevista.

El hombre cambió de número tres veces durante este lapso y cambiaba los pretextos para que Joana no recogiera a su perra, le decía que estaba fuera de la ciudad o que le marcara después, pero nunca contestaba.

“Cuando quería ir por ella siempre ponía pretextos, asi siguió durante más de un mes, yo sin poder verla ni por medio de fotos, me dijo que la habia llevado al veterinario (nunca me pidio autorizacion, ni me avisó) solo me dijo que llevaba un cuentón por las consultas”, contó Joana.

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Finalmente ella amenazó con ir a la policía y él le dijo que no pensaba regresarle a Kyra hasta que ella le pagara lo que él invirtió en el veterinario, aunque a ella no le constaba que estuviera enferma.

Lo último que supo por conocidos fue que él la puso en venta. La mujer que adquirió a Kyra en una tienda de mascotas vio después la denuncia viral que Joana hizo en su cuenta de Facebook y la contactó para decirle que ella la tenía.

Asimismo, cuestionó que una tienda de mascotas haya puesto en venta a un animal del cual desconocían su procedencia.

“No entiendo cómo pudieron comprarla y ponerla a la venta si yo tengo en mi poder todos sus papeles originales. Ella tiene chip y tatuaje y deben de coincidir con su documentacion”, explicó.

Tatuaje y microchip

El tatuaje en los perros se utiliza como medio de identificación, que se aplica en la parte interna de la pierna derecha y un microchip que es un dispositivo (no rastreador) que se implanta en la región inter-escapular (en la espalda a la altura de los hombros), de acuerdo con la Federación Canófila Mexicana.

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El microchip es un sistema electrónico de identificación de animales. Éste está formado por dos partes: una es el microchip y la otra es la cápsula por la que está cubierto. Esta cápsula es de un vidrio suave y biocompatible por lo que no provoca alergias y es tan pequeña, similar a un grano de arroz.

Sirve a efectos de la ley para corroborar sin ningún tipo de problema que somos el titular de nuestra mascota, ya que es imposible falsear los datos del microchip.

En caso de pérdida del animal, tanto veterinarios como protectoras y autoridades (SEPRONA), mediante un lector, pueden acceder a nuestros datos, pero también puede servir para evitar el abandono.

 

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