‘El conocimiento acelera el cambio’

Benedicto XVI será Papa hasta el 28 de febrero. Pero el ruido que ha rodeado la renuncia de Joseph Aloisius Ratzinger le acompañará más allá de su reinado en la iglesia católica.

En la última recta de 2011, la larva del escándalo salió a la luz pública. Diversos documentos oficiales del Vaticano comenzaron a filtrarse en medios italianos.

El semanario “Panorama” fue el primero en atribuir delicadas revelaciones a “El Cuervo”: la fuente informativa que más tarde se reveló como Paolo Gabriel, el entonces mayordomo del Papa.

En su polémico libro, “Su Santidad: las cartas secretas de Benedicto XVI”, Nuzzi divulgó un centenar de informes reservados

Benedicto XVI será Papa hasta el 28 de febrero. Pero el ruido que ha rodeado la renuncia de Joseph Aloisius Ratzinger le acompañará más allá de su reinado en la iglesia católica.

En la última recta de 2011, la larva del escándalo salió a la luz pública. Diversos documentos oficiales del Vaticano comenzaron a filtrarse en medios italianos.

El semanario “Panorama” fue el primero en atribuir delicadas revelaciones a “El Cuervo”: la fuente informativa que más tarde se reveló como Paolo Gabriel, el entonces mayordomo del Papa.

Gabriel comenzó a entregar informes al periodista Gianluigi Nuzzi, célebre autor de “Vaticano SPA”.

Para el 25 enero de 2012, en su programa “Los Intocables”, Nuzzi dio a conocer dos misivas enviadas meses antes a Benedicto XVI. Las remitía el arzobispo Carlo María Viganó, nuncio de la Santa Sede en Estados Unidos, que denunciaba la “corrupción y mala gestión” en la administración vaticana.

En las semanas siguientes,  otros medios italianos revelaron más documentos.

Tras meses de hibernación, el llamado “Vaticanleaks” desplegó sus alas en pleno. 

El 19 de mayo pasado, Nuzzi publicó “Su Santidad, las cartas secretas de Benedicto XVI”. 

En su nuevo libro, divulgó un centenar de informes reservados enviados al Papa y a George Ganswein, su secretario personal. Mostraban intrigas y complots vaticanos que durante años habían permanecido ocultos. 

Este mes, Gianluigi Nuzzi ha concedido una amplia entrevista a la edición estadounidense de la revista GQ. Cuenta en detalle cómo le hicieron llegar las polémicas informaciones, sin las que hoy no se puede entender la renuncia del Sumo Pontífice. 

Al igual que relata en su libro, explica cómo conoció a su fuente: un católico practicante que había trabajado durante 20 años en el Vaticano. Que recitaba de memoria pasajes bíblicos. Que incómodo al reunirse con el periodista se justificó, alegando que su conciencia, no le había dejado alternativa.

“Hay escándalos en la Santa Sede, hipocresías y fraudes practicados sobre la Iglesia, e incluso sobre el propio Benedicto, que él no debería acatar más”.

De El Cuervo a María

El reportaje, escrito por Sean Flynn, narra cómo ese informante aseguró poseer documentos que probarían la verdad. Había recolectado memos y cartas durante años.

Se las ofreció a Nuzzi a cambio de que nunca revelara sus encuentros. No podría hablar con él por teléfono ni comunicarse vía e-mail. Solo se verían en persona tras citas preagendadas. Por último, solicitó usar un alias: “María”.

La identidad de “María” fue revelada meses después: se trataba de Paolo Gabriel, también conocido como “Paoletto”.

En las 342 páginas del libro de Nuzzi se explica el método de selección que utilizó Gabriel para clasificar el material.

La clasificación tuvo que ver con lo que atestiguó tras la muerte de Karol Wojtyla. En especial, en los últimos años, cuando los escándalos se multiplicaron. 

“Y, mire –explicó Gabriel a Nuzzi– no pienso solo en lo de la pedofilia, que ha llevado al Pontífice a decir que ‘la mayor persecución no es de los enemigos externos, sino que nace del pecado de la Iglesia’. Pienso en la nueva investigación por lavado de dinero en el IOR (Instituto para las Obras de Religión), en el escándalo de los Legionarios de Cristo silenciado por años, en la historia de las casas de la Propaganda de la Fe…”,  enunciando algunos de los más recientes escándalos vaticanos.

Para documentarlos, Gabriel fotocopió documentos que revelaban las operaciones y el proceder de Ettore Gotti Tedeschi, presidente del IOR, sobre eventos de los Legionarios, los movimientos de Comunión y Liberación (envueltos en un asunto de corrupción el año pasado), las conjuras contra monseñor Carlo Maria Vigano.

“Pienso que si estas cartas son publicadas, los esfuerzos de reforma iniciados por Ratzinger tendrán una aceleración inevitable. El conocimiento acelera el cambio”, arguyó el ex mayordomo del Papa.

Gabriel fue condenado en octubre pasado a un año y medio de cárcel por robar y filtrar documentos reservados del Vaticano. 

Perlas del Vaticanleaks

Lo más sobresaliente de las revelaciones: 

– Extraño complot para matar a Benedicto XVI. “El Papa morirá en los próximos 12 meses”, escribió Paolo Romero, arzobispo de Palermo, durante un viaje a China.

– Pésima relación entre Ratzinger y su número dos, Tarsicio Bertone, de 78 años,  por supuestos casos de corrupción y ambición.

– Acusaciones de mala gestión y de prácticas corruptas en el Instituto para las Obras de Religión, el banco del Vaticano.

– Relación del caso Marcial Maciel.

– Cartas del actual nuncio en EU, Carlo Vigata, en las que expresa su rechazo a ocupar ese puesto y denuncia la corrupción en el Vaticano.

– Comunicaciones entre Benedicto XVI y el dictador sirio, Bachar El Assad, cuando ya había empezado la represión en Siria

– Informes sobre el ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi y el presidente Giorgio Napolitano.

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Fue en el último mes de 2012 cuando Benedicto XVI tomó la decisión de abdicar.

El Papa acababa de sostener un encuentro con el presidente palestino Abu Mzen. Después, ese 17 de diciembre, llegaron a sus oficinas los cardenales Julián Herranz, Salvatore de Giorgi y Josef Tomko. Le entregaron un informe confidencial: la segunda parte de sus indigaciones en torno a los “Vaticanleaks”.