Tatuador acusado por acoso sexual, responde con video

Alba de 30 años, procedente de Barcelona, acudió a hacerse un tatuaje en Studio 13 en la Ciudad de México, pero el dueño del lugar la habría acosado sexualmente mientras la tatuaba, según denunció en un video, aprovechando la situación de poder en la que él se encontraba. El tatuador no la desmiente, pero la acusa de extorsión.

Ella denunció en un video que su tatuaje requería que se desnudara, ya que abarcaba desde el hombro hasta la cadera, pero aún así se llevó un traje de bañó que se desataba por los lados.

"Mientras él tatuaba la cadera, él se aprovechó de mí. Me tatuaba con su mano derecha en la cadera y con la otra empezó a tocarme en la entrepierna"
Alba, víctima de abuso sexual.

Alba de 30 años, procedente de Barcelona, acudió a hacerse un tatuaje en Studio 13 en la Ciudad de México, pero el dueño del lugar la habría acosado sexualmente mientras la tatuaba, según denunció en un video, aprovechando la situación de poder en la que él se encontraba. El tatuador no la desmiente, pero la acusa de extorsión.

Ella denunció en un video que su tatuaje requería que se desnudara, ya que abarcaba desde el hombro hasta la cadera, pero aún así se llevó un traje de bañó que se desataba por los lados.

“Mientras él tatuaba la cadera, él se aprovechó de mí. Me tatuaba con su mano derecha en la cadera y con la otra empezó a tocarme en la entrepierna”, denunció Alba en una grabación.

Ella se levantó de la camilla en la que estaba recostada y le preguntó que qué hacía, él evadió la pregunta, quitó la mano y se quitó el guante para cambiárselo.

Omar Morales, también dueño del estudio, continuó realizando el tatuaje, por lo que Alba prosiguió a decirle que no debía hacer eso.

De acuerdo con la mujer, ellos no se encontraban solos en el establecimiento, ya que había más personas, aunque los dividían cortinas, pero cuando ella lo increpó, todo el mundo se calló.

Ella confesó que se encontraba pasmada y no sabía qué hacer en ese momento, pero finalmente permaneció en el lugar hasta que terminaron de hacer el tatuaje.

“Yo fui a tatuarme, no a que me tocaran”, denuncia en el video.

Por su parte, Omar Morales contestó con un video publicado por la página oficial de su estudio, en donde dijo que cuenta su versión porque “no es muy justo lo que está haciendo” en referencia a Alba y su denuncia.

“No se dejen guiar por las páginas o lo que están viendo. Y si escucharon su versión, pues escuchen la nuestra”, continuó Morales.

“¿Qué es lo que debe de ocurrir? Lógicamente si te están tatuando y tienes un acoso sexual, lo que haces es: le das una cachetada al tatuador, gritas y están aquí las demás personas y escuchan ¿no? Sales, buscas un policía y haces la demanda ¿no? Entonces ella sale, se despide de beso dice que va a regresar, que quiere otra cita”, relató el tatuador.

Por otro lado y sin negar lo que contó Alba, criticó que, en todo caso ella continuara con las sesiones y que todavía pagara.

“Antes de que se fuera pagó 7 mil pesos por el tatuaje. Entonces imagínense si una persona es agredida y todavía bajas y pagas y te despides de todo el equipo de beso, entonces eso está muy mal. Lo que tenías que haber hecho es salir, parar a un policía y vámonos”, prosiguió el tatuador.

Aseguró que “se le salió de las manos a esta chica” y que lo que pedía era una remuneración o dinero, “pues ya es prostitución. No sé qué es lo que quiera, si solo ya es difamar”.

Desestimando la denuncia, refirió que esto se trata de una cuestión personal y que el problema viene de antes, cuando ha recibido amenazas de otras personas en las que si no accedía a lo que “ellos” le pedían, lo iban a difamar, a sembrar droga, marihuana y robo.

Sugirió que era una especie de montaje para extorsionarlos, como “hacen en el metro” y en la calle.

Otro hombre, que se dice amigo de Omar Morales, compartió un video en donde aparece él mostrando su apoyo al tatuador a quien conoce desde hace 20 años y desmintó que Alba fuera víctima de acoso sexual, además que la señaló por extorsión.

“El cual no existe. No hay un patriarcado, no hay nada. En México es muy común que la gente trate de abusar de su posición sobretodo como mujeres y en metro sucede mucho, acusan a hombres de un delito sexual donde traten de sacar dinero y extorsionar, que es el caso que sucede”, opinó el amigo de Omar, Francisco Mendoza.   

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