La primera piedra

Clara Brugada, la ex jefa delegacional en Iztapalapa, se ha convertido en la primera piedra que debe sortear el PRD en su camino hacia las elecciones del 2015.

Y es que la otrora delegada fue la primera en el Distrito Federal en abandonar el partido del sol azteca para seguir a su líder moral, Andrés Manuel López Obrador, y unirse a su virtual partido político: Morena.

Además, abrió un frente de batalla con su sucesor, Jesús Valencia, al dejarle comprometido hasta el último peso de la delegación Iztapalapa en proyectos al vapor y poco éticos, según diversas fuentes.

70
observaciones no atendidas tiene la delegación en la Cuenta Pública 2010
Una sanción contra la ex funcionaria podría generar que se atice el fuego entre los bloques marcelistas y López-obradoristas de la delegación más grande del DF
Brugada colocó la primera piedra de 230 obras durante los últimos 15 días de su administración, de las cuales 28 no tenían un contrato firmado, de acuerdo con la autoridad delegacional

Clara Brugada, la ex jefa delegacional en Iztapalapa, se ha convertido en la primera piedra que debe sortear el PRD en su camino hacia las elecciones del 2015.

Y es que la otrora delegada fue la primera en el Distrito Federal en abandonar el partido del sol azteca para seguir a su líder moral, Andrés Manuel López Obrador, y unirse a su virtual partido político: Morena.

Además, abrió un frente de batalla con su sucesor, Jesús Valencia, al dejarle comprometido hasta el último peso de la delegación Iztapalapa en proyectos al vapor y poco éticos, según diversas fuentes.

La reacción no se hizo esperar. Desde la Contraloría Interna de la demarcación se la ha abierto un proceso de investigación, que, junto con otro proveniente de la Contaduría Mayor de Hacienda, podría dejarla inhabilitada.

Sin embargo, tal decisión implicará reactivar los históricos enfrentamientos de tribus en Iztapalapa y sumergir la demarcación en la ingobernabilidad.

Lo complejo es que el tema tiene tintes nacionales y está estrechamente relacionado con la elección presidencial del 2018, ya que el padrón nominal de esa delegación es similar al de un estado de la república, como Tlaxcala.

Sobre todo cuando los bandos que lideran Jesús Valencia y Clara Brugada representan el poderío de los aspirantes a gobernar el país en seis años: Marcelo Ebrard y Andrés Manuel.

La administración de Clara Brugada se vio empañada desde su llegada, cuando Rafael Acosta “Juanito” le sirvió de trampolín para gobernar la delegación más grande del DF.

Este peculiar personaje ganó las elecciones del 2009 gracias a AMLO y Brugada, quienes promovieron su candidatura para derrocar del poder a René Arce y a su hermano, Víctor Hugo Círigo. 

Para conseguir el apoyo de los grupos de poder tuvo que negociar con todas las tribus perredistas, en especial con el bloque progresista que dirige Marcelo Ebrard.

Desde ese entonces, se vio cuartada por los grupos de poder; al grado que perdió el rumbo de su administración y las promesas de campaña que hizo con la sociedad se quedaron en el baúl de los recuerdos.

Generó tantos negativos que se quedó sin posibilidades de obtener una curul en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), la Cámara de Diputados o un lugar en el gabinete mancerista. 

Las huellas del conflicto

Por eso el cierre de su administración fue de revanchas. Los últimos 15 días se dedicó a colocar la primera piedra de al menos 230 obras públicas que no habían sido licitadas o plenamente justificadas.

De acuerdo con una solicitud de información pública, la actual jefatura delegacional informa que la mala planeación de las obras generó que se diera parte a la Contraloría Interna.

En entrevista, el delegado afirma que todos estos proyectos suman un monto total de 240 millones de pesos, de los cuales 80 millones se destinaron a obras del presupuesto participativo.

“Algunas obras son obligadas por la Ley de Participación Ciudadana, pero otras no tenían sentido y se realizaron actos públicos para anunciarlas, lo cual nos dejó serias complicaciones”.

“No es que sea ilegal que la ex delegada promoviera obras, pero si es poco ético realizarlas sin una planeación y revisión de la suficiencia presupuestal”.

Del monto total de obras, 28 comenzaron a edificarse sin tener un contrato previo, lo cual evidencia el desaseo de la gestión de Brugada al frente de la delegación Iztapalapa.

Además, la Contaduría Mayor de Hacienda envió un documento a la jefatura delegacional, donde detalla que la revisión de la cuenta pública 2010 tiene 70 observaciones que no fueron atendidas.

Es decir, que a lo largo de su gestión se registraron diversas irregularidades en el manejo de los recursos públicos y que en futuro cercano pueden desencadenar una sanción administrativa.

Por el momento, la jefatura delegacional afirma que se atienden las obras y se tratan de sacar adelante los proyectos dándole cause legal, aunque no fue posible en todos los casos. 

La salida

El primero de octubre, Brugada dejó la jefatura delegacional para dar paso a la era Valencia, tras 15 días de eventos en los que se dedicó a colocar la primera piedra en obras de bajo impacto.

Por eso el panorama dentro del PRD ya no era opción para ella, y de esa forma tomó la decisión de renunciar a sus credenciales amarillas e incorporarse de lleno a Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

A finales de octubre, solicitó al presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRD, Jesús Zambrano, tramitar su renuncia al partido, bajo el argumento de que su decisión consistía en trabajar en pro de la unidad de todas las izquierdas.

“Voy a Morena en este sexenio que inicia, porque tenemos el enorme desafío de impedir la restauración del viejo régimen, de evitar que se reinstale el partido de Estado”, dijo en entrevista a medios de comunicación.

Lo cierto es que desde el principio fue una de las personas declaradas obradoristas por excelencia y excluida de los grupos del PRD, que hoy AMLO ha dejado en el olvido.

El anunció generó una desbandada que ha ido in crescendo, pues a la salida de Brugada se sumó la de Martí Batres y la especulación de cientos de perredistas que ven en Andrés Manuel López Obrador la única opción de cambio. 

Por eso en el PRD, el semáforo está en rojo; y si algo tienen claro es que la mayoría de base de militantes está con AMLO y no con Marcelo Ebrard, quien ahora se debilita frente a la imagen de Miguel Ángel Mancera.

La joya de la corona

La disputa por la delegación más grande de esta ciudad capital está en puerta. Y es que Iztapalapa es la joya de la corona de todos los grupos de poder.  Esta demarcación concentra más de 2 millones de votos, cuyo capital es indispensable para las aspiraciones presidenciales de Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard.

Por eso una sanción a la ex delegada trae consigo la posibilidad de que se abra un frente de batalla entre ambos grupos, puesto que Morena pretende convertirse en partido.

De acuerdo con fuentes consultadas por Reporte Indigo, las posibilidades de que la ex delegada sea sancionada van en aumento, pero todo esto depende de los momentos políticos venideros.

Y es que ha trascendido que Clara Brugada tiene intenciones de hacer el trabajo territorial de Morena en Iztapalapa, donde la presencia de AMLO es importante, frente al aparato delegacional de Jesús Valencia.

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