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El desabasto de Setravi

Aunque Rufino H. León Tovar, titular de la Secretaría de Transporte y Vialidad de la Ciudad de México (Setravi), intenta ocultar el desabasto, la dependencia enfrenta el problema de 52 mil micas defectuosas que frenan la entrega de la tarjeta de circulación para auto particular.

No es la primera vez que la Setravi enfrenta el problema de desabasto de materiales, que pega directamente a los miles de capitalinos que acuden diariamente a efectuar sus trámites para poder circular de manera legal en la capital.

52 mil
Micas defectuosas están resguardadas en el almacén central de la Setravi
Pese a la problemática documentada, el titular de la Setravi ha dicho públicamente que todos los módulos tienen tarjetas
Para la dependencia, el problema no es el desabasto, sino la saturación en los módulos por el vencimiento del plazo para la renovación del plástico
https://www.youtube.com/watch?v=oN78GUnqRa4

Aunque Rufino H. León Tovar, titular de la Secretaría de Transporte y Vialidad de la Ciudad de México (Setravi), intenta ocultar el desabasto, la dependencia enfrenta el problema de 52 mil micas defectuosas que frenan la entrega de la tarjeta de circulación para auto particular.

No es la primera vez que la Setravi enfrenta el problema de desabasto de materiales, que pega directamente a los miles de capitalinos que acuden diariamente a efectuar sus trámites para poder circular de manera legal en la capital.

Esta es una problemática heredada por la administración de Marcelo Ebrard Casaubón, con Armando Quintero al frente de la Setravi.

Desde que inició la administración de Miguel Ángel Mancera Espinosa el desabasto es cada vez más recurrente, y propicia la cancelación en la entrega de placas, licencias de circulación y tarjetones.

Documentos oficiales en poder de Reporte Indigo refieren que con base al contrato GDF-STV-SC-036/2013 desde finales del 2013 la Setravi solicitó la entrega de 300 mil piezas para tarjetas de circulación a la empresa Corporación Mexicana de Impresión (Comisa).

Sin embargo, hasta enero del 2014 la empresa responsable solo había entregado 200 mil piezas y venía arrastrando un faltante de 100 mil, que se agudizó con las 52 mil micas defectuosas que se mantienen en resguardo en el almacén central con el compromiso de que Comisa las retire y en su caso las destruya para evitar un mal uso de las mismas.

Mientras eso ocurre, los módulos de la Setravi encargados de emitir dicho documento frenan el trámite a los ciudadanos, quienes son obligados a esperar y regresar a ventanilla.

Descartan desabasto

Pese a la problemática aquí documentada, el secretario de Transporte y Vialidad de la capital ha dicho públicamente que todos los módulos tienen tarjetas.

De hecho, el funcionario ha garantizado que se cuenta con un stock de aproximadamente 100 mil tarjetas de circulación y que el problema no es el desabasto de materiales, sino la saturación que ocurre en los módulos con motivo del vencimiento del plazo para la renovación del plástico.

Rufino H. León no ha reconocido que la dependencia que encabeza enfrenta la devolución de 52 mil micas que resultaron defectuosas a la empresa encargada de su impresión, Comisa.

El funcionario intenta camuflar el problema del desabasto y autorizó un acuerdo para dar una prórroga de un mes a los ciudadanos, a fin de que culminen dicho trámite en los módulos que les corresponde.

Cada mes, la Setravi desahoga alrededor de 30 mil trámites mensuales para la expedición de tarjetas de circulación nuevas. 

En febrero pasado, por ejemplo, se efectuaron 60 mil trámites, y en marzo cerró 82 mil trámites de este tipo.

El problema que enfrenta la Setravi y que frena los miles de trámites diarios involucra de manera reiterada el incumplimiento de diversos contratos de la empresa Comisa, que propicia que el GDF padezca el desabasto de placas y engomados que permiten la circulación ordenada en el DF.

La problemática genera un cuello de botella que impide a las autoridades atender la demanda ciudadana de placas y micas para sus autos.

Placas de papel

Ante la imposibilidad de consumar el trámite de renovación de tarjeta de circulación, los ciudadanos recurren a la denuncia ciudadana para evidenciar el problema que los obliga a regresar una y otra vez a la ventanilla de los módulos que opera la Setravi.

En poco más de un año de operaciones de la Setravi, en lo que va de esta administración, la dependencia que encabeza Rufino H. León se ha visto obligada a suspender los servicios ante la escasez de plásticos o láminas que reclama la ciudadanía.

El problema detonó abiertamente cuando ocurrió el cambio de administración de Marcelo Ebrard a Miguel Ángel Mancera en diciembre de 2012.

Por esas fechas se “atoró” la entrega de placas y engomados debido al cambio de administración, periodo en el que se agotó el material que se tenía en existencia.

Debido a lo anterior, en los meses de febrero a abril del año pasado, la dependencia de Rufino H. León entregó de forma provisional cientos o miles de placas impresas en papel, cuya vigencia tenía que renovarse cada mes hasta obtener las láminas reales, ya con los emblemas de la administración entrante que encabeza el exprocurador, Mancera Espinosa.

Sin embargo, el desabasto fue el caldo de cultivo para que más de 7 mil vehículos que funcionan como taxi circularan sin placas en la Ciudad de México, debido a que la Setravi supuestamente no tenía recursos para mandar a elaborar las miles de placas que se requerían para abastecer la demanda ciudadana.

El retraso de Comisa

En su edición, “Muchos autos, pocas placas”, Reporte Indigo dio cuenta de la problemática de manera detallada.

A través de documentos oficiales se exhibió el incumplimiento de compromisos por parte de Comisa.

Desde hace un año, la Setravi urgía a Comisa la entrega de 139 mil 146 piezas de engomado para la revista vehicular taxi 2013 que originaron el desabasto. 

En la misma situación estaban 370 mil tarjetas de circulación vehicular de PVC de alta seguridad

Dicho sea de paso y con el reconocimiento de las propias autoridades, las tarjetas de circulación registraron un incremento excesivo en sus precios, así como tiempos de entrega demasiado largos que profundizaron la inexistencia del material en los módulos.

A un año de esa situación el problema parece no tener fin. 

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