Cossío: Infiltró, dividió y desapareció

Los archivos que demuestran la carrera fraudulenta de Manuel Cossío Ramos a través de la empresa Mantequilla Promociones, S.A de C.V, ahí están, se quedaron listos para reactivarse en algún juzgado de lo civil del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal.

El joven que se infiltró y dividió al Movimiento estudiantil #YoSoy132, se esfumó de la escena política, luego de dar a conocer en las redes sociales aquellas escandalosas grabaciones en las que logró vincularlos con Andrés Manuel López Obrador y la izquierda de México.

“¿A quién cobrarle, dónde está?, es un pez muy resbaladizo que simplemente no da la cara”, señalan algunos de estos proveedores, quienes presentan a Reporte Índigo documentación que acredita las deudas de Cossío en su faceta de “empresario”
Los empresarios lo señalan como un junior que ha hecho negocios en el medio del espectáculo, abusando de proveedores, a quienes no paga sus servicios, para sacar adelante eventos de música
Su fugaz aparición logró despertar los demonios que lo persiguen. El joven se colocó en el ojo del huracán de decenas de deudores que desde hace años lo buscan para saldar cuentas millonarias con él

Los archivos que demuestran la carrera fraudulenta de Manuel Cossío Ramos a través de la empresa Mantequilla Promociones, S.A de C.V, ahí están, se quedaron listos para reactivarse en algún juzgado de lo civil del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal.

El joven que se infiltró y dividió al Movimiento estudiantil #YoSoy132, se esfumó de la escena política, luego de dar a conocer en las redes sociales aquellas escandalosas grabaciones en las que logró vincularlos con Andrés Manuel López Obrador y la izquierda de México.

Acto seguido, Cossío Ramos, a quien se le identificó como un colaborador de Emiliano Salinas Occelli, hijo del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, desapareció.

No sin antes reactivar los demonios que lo persiguen, ya que con el escándalo y el impacto mediático causado al #YoSoy132, Cossío Ramos se colocó en el ojo del huracán de decenas de deudores que desde hace años lo buscan para saldar cuentas millonarias que les debe.

Con el revuelo causado con sus grabaciones, que le ameritaron el señalamiento de “El infiltrado”, el también sobrino del ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, José Ramón Cossío, se volvió aún más público de lo que ya era y le llovieron los cobradores.

Los empresarios lo señalan como un junior que ha hecho negocios en el medio del espectáculo, abusando de proveedores, a quienes no paga sus servicios, para sacar adelante eventos de música, fundamentalmente.

En la escritura constitutiva de Mantequilla Promociones, número 31,687, con fecha 30 de septiembre de 2005, ante el notario, Ana Patricia Bandala, inscrita en el Registro Público de la Propiedad del Distrito Federal, aparece Manuel Cossío Ramos con facultades expresas de apoderado legal.

“¿A quién cobrarle, dónde está?, es un pez muy resbaladizo que simplemente no da la cara”, señalan algunos de estos proveedores quienes presentan a Reporte Índigo, documentación que acredita las deudas de Cossío en su faceta de “empresario”.

En la fase de desobediencia civil pacífica, #YoSoy132 bloqueó por 24 horas las instalaciones de Televisa Chapultepec, justo la empresa con la cual Cossío Ramos y la empresa de la que es socio con Pedro Moctezuma, Mantequilla Promociones, organizaron en 2009 el Goliath Festival en la Alameda Poniente de Santa Fé.

Precisamente de ese festival de música se desprende uno de los reclamos de pago preparatorios de juicio mercantil presentado ante el Tribunal de Justicia capitalino, en contra de Mantequilla Promociones y su apoderado legal, Manuel Cossío Ramos.

En 2009, la noticia de que se realizaría un festival de música que concentraría a más de 30 artistas internacionales en un solo lugar generó expectativas.

Era la primera vez que el parque de la Alameda Poniente sería utilizado para un concierto, pues cuenta con gran extensión de terreno ubicado en la zona de gran plusvalía de Santa Fé, al poniente de la capital.

El Goliath Festival comenzó a promocionarse y se supo que uno de los organizadores principales era la empresa Mantequilla Promociones, S.A de C.V, en la que Manuel Cossío era socio.

Como parte del cartel de música que estos jóvenes empresarios trajeron ese año a la ciudad de México, estuvieron grupos como Black Eye Peas, Pitbull y Calle 13, entre otros que presentarían su espectáculos en los diversos desniveles y canchas del parquet de la Alameda Poniente de Santa Fé.

Fue por ese proyecto que movilizaron grandes toneladas de equipo de sonido y de artistas, y que Manuel Cossío Ramos firmó varios contratos de prestación de servicios de transporte para el traslado de músicos y personalidades desde su llegada al Aeropuerto de la Ciudad de México, hoteles y la sede del festival.

De su puño y letra Manuel Cossío Ramos firma como representante legal de Mantequilla Promociones contratos que jamás pagó a los proveedores.

Tan sólo a la pequeña empresa FTGV Transport Logistics Cargo S.A de CV le dejó un adeudo de un millón 250 mil pesos, lo que obligó a la prestadora de servicios a suspender temporalmente sus actividades ante la imposibilidad de hacer frente a la nómina de sus empleados.

Mantequilla Promociones jamás pagó y Manuel Cossío nunca dio la cara, mucho menos se responsabilizó de los pagos.

Como este caso documentado, muchos otros negocios señalan el incumplimiento de Cossío y Pedro Moctezuma, a quienes reclaman sus adeudos.

La empresa Thorvek, SA de RL de CV, por ejemplo, le exige “pasar a liquidar su adeudo” por concepto de la publicidad que le desarrollaron al evento denominado “Festival de Banda Ancha Nokia” que también organizó Mantequilla y que desde el 2008 no paga a sus prestadores.

En las redes sociales este comportamiento reiterado de Manuel Cossió ha provocado que sus detractores lo llamen delincuente y traficante de influencias, mientras que le sacan a relucir sus relaciones con los hijos del ex presidente Salinas de Gortari.

“Reitero, no soy miembro de ningún partido político ni he sido cooptado por nadie para revelar la #Verdad132. Mi motor es la honestidad”, escribió en uno de sus últimos comentarios respecto al tema, a través de las redes sociales.

Fue mucho el escándalo que provocó Cossío al grabar a escondidas a Saúl Alvídrez, el joven ex integrante de YoSoy132 que reveló el supuesto apoyo de la izquierda al movimiento estudiantil.

Debido a estos hechos, se habló incluso que reactivarían algunos de los viejos casos pendientes del polémico y multifacético Manuel Cossío a su paso por el mundo de los negocios con el espectáculo en la capital.

Pero de Cossío no se volvió a hablar jamás. Se dice que luego de agitar el agua, el joven seudo empresario optó por salir de México ante las posibilidades de que alguien le cobrara la factura, frase que aplica literal.

En la fase por la que atraviesa #YoSoy132 se le han sumado diferentes contingentes de estudiantes, así como integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), de San Salvador Atenco, de la Central Independientes de Obreros Agrícolas y Campesinos de Hidalgo; simpatizantes del Partido Comunistas y de las Juventudes Marxistas-Lenistas.

Todos contra la “imposición” de Enrique Peña Nieto en la Presidencia de la República, de ahí la toma simbólica y pacífica de Televisa Chapultepec.

Algo está claro. Lo que Cossío intentó evidenciar con sus grabaciones a integrantes del #YoSoy132 previo a las elecciones fue que estaban ligados a la izquierda y marcadamente en contra de Enrique Peña Nieto. Eso hoy está más que demostrado.

#YoSoy132 se procura hoy de otro tipo de infiltrados en sus movilizaciones, por eso pide en sus convocatorias que quienes acudan a las manifestaciones no usen capuchas, armas o ingieran bebidas alcohólicas.

Desde el Gobierno del Distrito Federal (GDF) se emitió una instrucción: que se de puntual seguimiento a las manifestaciones y protestas de los jóvenes. Temen que otro tipo de infiltrados, los sorprendan.

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