Los problemas de ser un ‘vlogger’

¿Por qué no hice nada antes? Por pendejo”, explicó Gabriel Montiel, vlogger (blogger de videos) mejor conocido como Werevertumorro, en un video que subió a YouTube el día de ayer, para explicar las razones por las que su canal fue puesto en pausa hace unos días.

Todo comenzó con la ausencia de sus videos habituales, que hizo a sus seguidores sospechar que algo no estaba bien. Para tranquilizarlos –aunque sin mucho éxito– el ahora célebre vlogger compartió dos videos mencionando que tenía problemas, pero sin entrar en detalles.

¿Por qué no hice nada antes? Por pendejo”, explicó Gabriel Montiel, vlogger (blogger de videos) mejor conocido como Werevertumorro, en un video que subió a YouTube el día de ayer, para explicar las razones por las que su canal fue puesto en pausa hace unos días.

Todo comenzó con la ausencia de sus videos habituales, que hizo a sus seguidores sospechar que algo no estaba bien. Para tranquilizarlos –aunque sin mucho éxito– el ahora célebre vlogger compartió dos videos mencionando que tenía problemas, pero sin entrar en detalles.

Algo parecido sucedió en el canal de Mariand Castrejón, o Yuya, en el que la semana pasada habló a sus fanáticos en una grabación llamada “¿Me voy de YouTube?”. En ella, la joven de 21 años habló sobre problemas con sus representantes y su network, pero tampoco precisó por qué surgió el conflicto.

Ayer, finalmente, los fanáticos de estos vloggers obtuvieron una respuesta y se dieron cuenta de que los problemas de Montiel, quien con casi 8 millones de suscriptores tiene el canal número uno en México, van mucho más allá de lo que esperaban.

De acuerdo con el YouTuber, hace unos años firmó un contrato que “vi en cinco minutos y firmé en dos”, con una persona que se convertiría en su representante. Sitios de noticias y usuarios de redes sociales afirman que se trataba de Javier Talán, fundador de Rancho Digital, una empresa de consultaría Web. Sin embargo, esto no ha sido confirmado.

Según Montiel, esta persona intentó registrar la marca “Werevertumorro” ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) en dos ocasiones, pero eso le fue negado porque era claro que no se trataba del joven de 23 años. 

Ahora, la marca está a nombre del propio vlogger.

“En ningún contrato ni en ningunas letras chiquitas dice que yo cedo mi nombre”, indicó en la misiva a sus fanáticos.

A pesar del rechazo del IMPI, Google –compañía propietaria de YouTube– aceptó el registro de una network con el título del canal, aunque este no fue creado por Montiel sino, presuntamente, por Talán.

Pero el problema va más allá del nombre, pues sus representantes constituyeron una empresa llamada W2M (acrónimo usado por Montiel para referirse a su canal), a través de la cual hicieron contratos de publicidad con marcas, y de la que el joven no figuraba como presidente, sino como socio.

Montiel señala que durante los últimos meses del 2012 y todo el 2013, no recibió ganancias por realizar sus videos y que además ahora se encuentra en problemas legales por manejos indebidos de una empresa en la que no participaba activamente.

Por ahora, los videos en el canal de YouTube están inhabilitados y el joven aclaró que seguirá realizándolos, pero usando otra plataforma. 

Además, invitó a las autoridades mexicanas a investigar las irregularidades en la empresa W2M.

Al cierre de esta edición, Yuya no había expresado su posición al respecto.

¿Qué es una network?

En YouTube, un conjunto de canales manejados por algo similar a un estudio, se llama network.

Existen varias de estas agrupaciones, por lo general manejadas por personas que hacen el papel de representantes, pero también pueden ofrecer otro tipo de ventajas a los vloggers que pertenecen a ellas, a cambio de un porcentaje de sus ganancias por publicidad o patrocinios.

Los YouTubers reconocen que pertenecer a una de estas puede traer muchos beneficios a sus canales, como una mayor inversión, proyección y ganancias, además de la posibilidad de usar contenido protegido por derechos de autor, ya que algunas networks pagan por este permiso. Sin embargo, estas han estado en el centro de muchas controversias, gracias a experiencias parecidas a las de Werevertumorro.

Uno de los casos más sonados fue el del vlogger Ray William Johnson, pues cuando llegó el momento de renovar su contrato con la red “Maker”, este establecía que el 40 por ciento de sus ganancias y el 50 por ciento de la propiedad intelectual de su show pertenecería a la network. Según Johnson, la compañía intentó forzarlo a firmar el contrato. 

¿El aprendizaje? Werevertumorro lo dijo mejor que nadie: “hay que leer antes de firmar”.