Ojos ciegos
El gran problema de los casos de acoso y abuso sexual, tal como el del productor de Hollywood, Harvey Weinstein, es que hay quienes se hacen de la vista gorda. Aunado al miedo a la denuncia y los severos daños que repercuten en las víctimas
María Alesandra PámanesEl caso del acosador sexual–y exitoso productor de cine de Hollywood– Harvey Weinstein abrió una cloaca… y una que se ha abierto y cerrado a conveniencia del poder y la impunidad.
Después de que el diario estadounidense The New York Times publicó la investigación que incrimina al cofundador de la empresa The Weinstein Company, comenzaron a llover los nombres de víctimas de acoso y abuso sexual en la industria del entretenimiento. Y no todas corresponden al caso Weinstein (quien fue acusado por al menos 13 mujeres, entre las que figuran actrices, ex empleadas de su compañía y reporteras).
Pero, ¿qué sucede con quienes se han encargado de cerrar la cloaca (y a la vez los ojos)?
Cada vez que hay un depredador sexual hay también alguien que lo encubre. Hay un par de ojos “ciegos” que sin necesidad de ser testigos de primera mano, prefieren callar y en algunos casos fungir como cómplices de tales circunstancias atroces.
Como dijo la actriz, guionista y comediante de cine británica, Emma Thompson, actualmente se necesita empezar a hablar “sobre la crisis en la masculinidad, la crisis de la extrema masculinidad que supone este tipo de comportamiento y el hecho de que no solo sea aceptable, sino que también se representa en la mayoría de hombres poderosos en el mundo en estos momentos”.
Todo indica que los casos deben ser mediáticamente sonados para que se tome en cuenta la impunidad de depredadores sexuales
En todos lados
La impunidad de los depredadores sexuales y los lamentables casos se dan en todos lados, no solo en Hollywood.
En México, las mujeres no pueden vestirse como se les pega la gana porque aumentan su riesgo a ser acosada o abusada sexualmente, tampoco pueden transitar libremente sin el temor a que dañen su cuerpo y su salud mental por esta misma situación.
Como señaló Thompson, “(…) ¿Tienen que ser tan malos como él (Harvey Weinstein) para que cuente? ¿Sólo cuenta si realmente se lo han hecho a montones y montones de mujeres? ¿O cuenta si se lo hace a una sola mujer una sola vez?”.
¿Se tienen que tener “Sergios Andrades” y casos mediáticamente sonados para que se tomen en cuenta a las víctimas tanto por autoridades como por la opininón publica?
Citando a Emma, quien ganó el Oscar a Mejor Guión Adaptado por “Sensatez y Sentimientos” (1995), el caso Weinstein es sólo “la punta del iceberg” de un problema que debe ser erradicado si se quiere también solucionar conflictos como la violencia de género, el cual está relacionado indirectamente con el acoso y el abuso sexual.
Propuestas ‘indecorosas’
El acoso sexual va más allá de acariciar sin su consentimiento a una persona en el metro o de hacer una propuesta indecorosa… también involucra violación sexual, pederastia y hostigamiento.
En México, cada 24 horas se denuncian alrededor de 80 casos de abuso sexual, hostigamiento y pederastia, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Y la impunidad de esos casos reina en Chihuahua, Baja California y Morelos.
Cada 24 horas se denuncian casi 80 casos de hostigamiento, abuso sexual y pederastia en México. Chihuahua está entre los peores estados
La víctima nunca es culpable
La persona que es víctima de acoso y/o abuso sexual jamás tendrá la culpa. Y tampoco se le puede recriminar el no haber hablado antes, como ha sucedido con diversas mujeres que no hicieron público su caso hasta que se destapó el escándalo de Harvey Weinstein, entre ellas las actrices Rose McGowan, Kate Beckinsale, Gwyneth Paltrow, Angelina Jolie, Cara Delevingne, Mira Sorvino, Rosanna Arquette y Léa Seydoux.
La veterana actriz Jane Fonda (quien fue víctima de una violación, pero no por parte de Weinstein), se solidarizó con las personas acosadas y dijo que la razón por la que ellas no hablaron antes es “porque (Harvey Weinstein) es poderoso, acosó a jóvenes, la mayoría mujeres que tenían unos 20 años cuando ocurrió, vulnerables, con miedo a que si decían algo o hacían algo, les arruinaría la carrera”.
Callar no es cobardía, significa miedo, dolor y temor.
“¿Tienen que ser tan malos como él (Harvey Weinstein) para que cuente? ¿Sólo cuenta si realmente se lo han hecho a montones y montones de mujeres? ¿O cuenta si se lo hace a una sola mujer una sola vez?”
Tierra de acosadores
Hollywood –como la mayoría de las empresas y medios de comunicación y entretenimiento– son lugares que inclusive propician situaciones de acoso y abuso sexual. Molotov lo cantaba en la letra de su tema “El Carnal de las Estrellas” (refiriéndose sutilmente a Luis de Llano y muchos otros productores de Televisa.
Y es que también estaba el talentoso e inigualable director de cine Alfred Hitchcock, quien agredió sexualmente de la actriz Tippi Hedren en la década de los 60.
Hedren declaró recientemente que vio “toda la cobertura mediática del asunto Weinstein. Ni esto es nuevo ni se limita a la industria del entretenimiento. Yo he tratado con el acoso sexual durante toda mi carrera como modelo y actriz. Hitchcock no fue el primero. Sin embargo, no estaba dispuesta a aguantarlo más tiempo, así que me alejé de ese mundo sin mirar atrás. ‘Hitch’ dijo que podría arruinar mi carrera si contaba lo que me hizo. De esto hace 50 años, pero es el momento de que las mujeres empiecen a ponerse en pie por ellas mismas como ha pasado con el caso Weinstein. ¡Bien por ellas!”.
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