‘Kmina’ fácil

Son pocos los que no han utilizado muletas en su vida y los que no, tienen un familiar o amigo que las ha necesitado. Este aparato ortopédico resulta imprescindible en la recuperación, pero también suele ser molesto, incómodo y doloroso para las manos y muñecas cuando su uso es prolongado.

Sin embargo, eso podría cambiar gracias a la creatividad y el diseño de Kmina, unas muletas cuyo propósito es que sean cómodas.

Las Kmina distribuyen de manera equitativa el peso del cuerpo y permiten una mejor amortiguación, disipando el dolor y la incomodidad para quien las utiliza.

80%
Del peso que caía en la mano, se distribuye gracias al diseño de Kmina
Este año, las muletas Kmina ganaron el Premio Accésit de la Fundación Caser Dependencia 
y Sociedad

Son pocos los que no han utilizado muletas en su vida y los que no, tienen un familiar o amigo que las ha necesitado. Este aparato ortopédico resulta imprescindible en la recuperación, pero también suele ser molesto, incómodo y doloroso para las manos y muñecas cuando su uso es prolongado.

Sin embargo, eso podría cambiar gracias a la creatividad y el diseño de Kmina, unas muletas cuyo propósito es que sean cómodas.

Las Kmina distribuyen de manera equitativa el peso del cuerpo y permiten una mejor amortiguación, disipando el dolor y la incomodidad para quien las utiliza.

Estas muletas fueron creadas por el ingeniero de origen vasco Ignacio Mañero, luego de que sufriera diversas lesiones deportivas. Mañero se asoció con el economista Alejandro Vañó y con el doctor Jaime Usabiaga, traumatólogo y antiguo jefe de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Universitario de San Sebastián.

Esta innovadora creación fue puesta en el sitio de financiamiento colectivo Kickstarter, en donde alcanzó su meta de 20 mil euros (400,000 pesos, aproximadamente) para poder salir al mercado. Este año serán lanzadas para su venta, con un costo de 99 euros (1,980 pesos, aproximadamente).

¿Cómo funcionan?

La pregunta que surge es qué tienen de diferente estas muletas que el prototipo clásico, incluso de un bastón, el cual ha sido un apoyo para las personas lesionadas, desde hace 4 mil años.

 “Ya existen muletas premium en el mercado pero no con este concepto”, dice Ignacio Mañero, quien asegura que la inspiración para crearlas también provino de un cascanueces. “Estaba investigando todo el día en el tema de las muletas y la idea surgió en San Sebastián, donde lo típico es comer de postre nueces y queso, en mi casa, el cascanueces tiene entre medias un muelle en el que una vez que cascas, la nuez vuelve a su posición original”.

Y agrega que en los dibujos de la patente “está metido un cascanueces en la parte del apoyo del antebrazo”.

En palabras del ingeniero, “KMINA tienen dos características diferenciales: un apoyo de antebrazo inclinado que te permite distribuir el peso entre la mano y el antebrazo, y un sistema de amortiguación que te permite liberar parte del peso”.

A su vez, Mañero y su equipo añadieron “una cinta de sujeción de neopreno para que te sientas cómodo y seguro. Puedes cambiar, lavar y personalizar el acolchado para estar más atractivo con el color que te quede mejor. Y cuando necesites liberar las manos para abrir una puerta o utilizar el móvil, simplemente gira la empuñadura”.

Kmina en acción

Video que muestra el funcionamiento de estas muletas:

bit.ly/KminaMu 

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