Vientos huracanados

Al ser humano le aterra no tener el control y por más que la tecnología es un apoyo para que los fenómenos naturales no “agarren en curva” a la población, cuando llega un tornado, huracán, tsunami o terremoto, no hay quien esté exento de convertirse en una víctima.

Esta semana, tres huracanes coincidieron y tomaron fuerza en el Océano Atlántico, por primera vez en siete años. “Irma”, “Katia” y “José” causaron severos daños en las costas caribeñas y el primero tuvo que ser medido con sismómetro –como si fuera un terremoto– dada su gran potencia.

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Personas se quedaron sin electricidad tras el paso del ciclón
Los daños que ha dejado ‘Irma’ podrían ser peores que los provocados por el huracán ‘Katrina’, en 2005

Al ser humano le aterra no tener el control y por más que la tecnología es un apoyo para que los fenómenos naturales no “agarren en curva” a la población, cuando llega un tornado, huracán, tsunami o terremoto, no hay quien esté exento de convertirse en una víctima.

Esta semana, tres huracanes coincidieron y tomaron fuerza en el Océano Atlántico, por primera vez en siete años. “Irma”, “Katia” y “José” causaron severos daños en las costas caribeñas y el primero tuvo que ser medido con sismómetro –como si fuera un terremoto– dada su gran potencia.

Aunque algunos escépticos como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, creen que el cambio climático no es una amenaza para la humanidad, lo cierto es que sí afecta para que los fenómenos y desastres naturales sean cada vez más frecuentes y más potentes, de hecho, cada vez será más común ver filmes que muestran desastres naturales y los efectos del cambio climático, tales como “Geostorm”, cuyo estreno está programado para el próximo mes.

El cine sí es capaz de provocar que los seres humanos hagan conciencia sobre los fenómenos climáticos, como sucedía a principios de los 90, con el cine espacial.

Y es que como dice Valérie Masson-Delmotte, científica especializada en cambio climático que forma parte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (GIEC), “cuanto mayor es la temperatura del agua y el nivel de humedad, mayor puede ser la intensidad del ciclón. Ahora bien, estos dos elementos son más intensos debido al aumento del efecto invernadero”.

“Consideramos que hay un 7 por ciento de humedad más en la atmósfera por cada grado de calentamiento”, agrega la climatóloga.

Tal vez el cambio climático no es el origen ni la única causa de que se haya formado el potente ciclón “Irma”, que está considerado la tormenta más poderosa que se ha creado en el Océano Atlántico, pero sí provocó que se hiciera mucho más fuerte, de acuerdo a científicos del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático.

“Desafortunadamente, el carácter físico es muy claro: los huracanes consiguen su energía destructiva del calor del océano y las temperaturas del agua de la región están súper elevadas”, señala Anders Levermann, del instituto mencionado.

Y agrega que  “la combustión de carbón, petróleo y gas calienta nuestro planeta y de esa forma suministra energía para el desarrollo de tormentas tropicales cada vez más fuertes”.

Todos alerta

La Organización de Estados Americanos (OEA), activó el comité de emergencias para países afectados por el huracán ‘Irma’.

Cada vez son peores

Los huracanes son las tormentas más violentas del planeta Tierra. También son conocidos como tifones o ciclones, dependiendo del lugar en el que se produzcan.

En las últimas dos décadas se han vuelto más frecuentes, más fuertes y más destructivos. Y gran parte de ello se debe al calentamiento del planeta, el cual se ha acelerado a causa de la emisión de los gases de efecto invernadero (actividad humana), entre otros factores.

Los más letales

Los huracanes que llevan nombre femenino, como “Irma”, suelen ser más mortales y destructivos que aquellos que son nombrados con títulos masculinos, de acuerdo a expertos de la Universidad de Illinois. Los huracanes con nombre de mujer causan alrededor de 45 decesos y los de nombre de hombre un promedio de 23.

Y la razón de ello es que las personas –de forma sexista– toman menos precauciones cuando el tifón lleva nombre de hombre. Y no se basan en el nivel de letalidad que puede tener la violenta tormenta.

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