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Venezuela: la peor economía del mundo

Tras la caída de Dilma Rousseff en Brasil, el próximo Jefe de Estado en caer en Latinoamérica bien podría ser el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

Desde hace meses, Venezuela está en crisis profunda. La escasez es cada vez más grave y la inflación ha alcanzado niveles récord.

Oficialmente, los precios aumentaron un 180 por ciento en 2015 y los artículos de primera necesidad han sido cruelmente restringidos, los supermercados están vacíos y los restaurantes cerrados.

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escaños de los 167 en el parlamento ganaron en diciembre de 2015 una coalición de partidos, y han hecho todo para forzar la renuncia de Nicolás Maduro
La mayoría de la oposición en el Parlamento convocó a un referendo para revocar el gobierno de Nicolás Maduro en las últimas elecciones parlamentarias celebradas en abril. Como respuesta, Maduro alegó ‘un fraude por falsificación de firmas’
“Es necesario impulsar la mediación. Consideramos fundamental la participación del representante de la Santa Sede y la participación de más ex presidentes” 
Mesa para la Unidad DemocráticaAnti-chavistas

Tras la caída de Dilma Rousseff en Brasil, el próximo Jefe de Estado en caer en Latinoamérica bien podría ser el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

Desde hace meses, Venezuela está en crisis profunda. La escasez es cada vez más grave y la inflación ha alcanzado niveles récord.

Oficialmente, los precios aumentaron un 180 por ciento en 2015 y los artículos de primera necesidad han sido cruelmente restringidos, los supermercados están vacíos y los restaurantes cerrados.

Para finales del 2016, se prevén tasas de hasta el 700 por ciento, según el Fondo Monetario Internacional, lo que la convierte en la tasa más alta del mundo, y la peor economía del planeta.

El saqueo y otros linchamientos se multiplican y la violencia sacude a este país devastado, pero rico en recursos petroleros.

Manifestaciones multitudinarias, saqueos, disturbios frecuentes y los funcionarios no trabajan más que dos días a la semana. La situación en Venezuela parece no sólo económicamente catastrófica, sino también políticamente inmanejable: crisis política, crisis económica, crisis social, inflación, escasez de alimentos y medicinas y la situación que se hace insostenible desde hace muchos meses.

El estado de emergencia económico declarado en enero, el estado de excepción declarado desde mediados de mayo, y un decreto presidencial que ha ampliado los poderes del gobierno y del ejército. La crisis económica y social han conducido naturalmente a una crisis política.

En diciembre pasado, los anti-chavistas de la MUD -la Mesa de la Unidad Democrática-,  ganaron las elecciones legislativas y se convirtieron en la mayoría en el Parlamento.

Tras la victoria, han hecho todo para forzar la renuncia del presidente en el poder.

¿Cuánto tiempo podrá resistir el sucesor de Hugo Chávez como cabeza del Estado? ¿Cuál es el riesgo de que el país caiga en una explosión social, crisis de insurgencia o incluso la guerra civil?

¿Cuáles son las consecuencias para toda la región, como la Organización de Estados Americanos (OEA) que llama a Caracas a encontrar una solución “rápida” y “eficaz” a su crisis política, llamando a una reunión urgente de sus estados miembros?

Por el momento, el Presidente Maduro – en funciones hasta el 2019 – , culpa a Estados Unidos, al bloqueo económico internacional, a un puñado de venezolanos ricos y a la oposición, de fraguar un complot contra su gobierno organizando un referéndum revocatorio.

Crisis económica

El país que dirige Nicolás Maduro se ha visto afectado por la caída de los precios del petróleo, del cual deriva la casi totalidad de sus ingresos.

El presidente venezolano decretó en mayo pasado un estado de emergencia económica que se prolongaría por tres meses y declaró el estado de excepción como una medida que permite al gobierno tomar el control total de las fuentes de provisión y de los productos de primera necesidad, como alimentos y medicinas.

Además, Maduro ya anunció que tanto él como el Departamento de Defensa tomarían “el control total de los suministro del país”.

En la firma del decreto frente al Parlamento, el presidente dijo que espera imponer el orden y la autoridad en la economía, en respuesta a lo que llamó un “sabotaje” de la oposición que intenta “derrocarlo” del poder, en lo que él llama “una guerra contra su gobierno”.

Asimismo, ordenó la ocupación de la empresa estadounidense Kimberly-Clark, en Maracay, que ya había anunciado que dejaría de producir artículos de higiene debido a las deterioradas condiciones económicas que enfrenta el país.

Y en esta descomposición generalizada, Venezuela también ha sido marginada del sistema financiero internacional, pues el banco estadounidense Citibank anunció el cierre de la cuenta utilizada por Venezuela para sus operaciones internacionales.

Esto fue un duro golpe para el país, al cual Nicolás Maduro calificó de “bloqueo financiero”.

La peor economía del mundo

Con una inflación de 141.5 por ciento en un año; un PIB que se redujo en un 8 por ciento y una escasez del 80 por ciento de los productos de alimentos y medicamentos, el FMI determinó que Venezuela tuvo la peor evolución de crecimiento económico e inflación de todo el mundo.

Ante esta situación, los venezolanos no tienen más remedio que cruzar la frontera para abastecerse en Colombia.

Así, al amanecer, las largas filas se extienden delante de los puestos de aduanas, en donde los venezolanos pueden comprar paquetes de harina, botellas de aceite, papel higiénico, medicinas o botellas de champú: cerca de 35 mil personas han cruzado el Corredor Humanitario Fronterizo.

Mediación del Vaticano

Mientras tanto, la mayoría de la oposición en el Parlamento convocó a un referendo para revocar el gobierno de Nicolás Maduro en las últimas elecciones parlamentarias celebradas en abril. Como respuesta, Maduro presentó un recurso ante el Tribunal Supremo de Justicia alegando “un fraude por falsificación de firmas”.

El Consejo Nacional Electoral tendrá que decir este 26 de julio, si la encuesta va a seguir su curso o no. Y a la espera de la resolución, la oposición de centro-derecha ya hizo un llamado al Vaticano para unirse a la mediación internacional y a un diálogo con el gobierno. La comisión que intenta que las partes vuelvan al diálogo se ha establecido a petición de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), y está comprendida por el ex Primer ministro español, José Luis Rodríguez Zapatero, y los ex presidentes Leonel Fernández, de República Dominicana, y Martín Torrijos de Panamá.

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