Elección de alto riesgo

En Estados Unidos las personas no votan directamente por un candidato presidencial y, además, la carrera por la Casa Blanca sigue un proceso tan complejo como antiguo. ¿Qué va a pasar con el voto que depositen en las urnas los norteamericanos el 8 de noviembre?

 

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‘electores sin fe’ votaron en el pasado en contra de los deseos de su gente, y no modificaron el resultado final de la elección
Los ‘electores’ conforman el Colegio Electoral de un estado, y dan los ‘votos electorales’ por los cuales se eligen al Presidente y Vicepresidente de EU

En Estados Unidos las personas no votan directamente por un candidato presidencial y, además, la carrera por la Casa Blanca sigue un proceso tan complejo como antiguo. ¿Qué va a pasar con el voto que depositen en las urnas los norteamericanos el 8 de noviembre?

 

Cuando se vota por un candidato a la presidencia, en realidad se está votando por un grupo de personas llamadas “electores”. Ellos conforman posteriormente el Colegio Electoral de un estado, a quienes se les otorgan los llamados “votos electorales”, que es el sistema indirecto por el cual se elige al próximo Presidente y Vicepresidente de Estados Unidos.

 

La idea de usar “electores” viene de la propia Constitución, cuando los padres fundadores del país consideraron que esta forma de elección serviría como punto intermedio entre la elección popular y la elección a través del Congreso.

 

El número de votos electorales que tiene cada estado se asigna según la densidad de población y de acuerdo a la cantidad de miembros que tengan en el Congreso, en la Cámara de Representantes y el Senado. 

 

Entre todos los estados suman un total de 538 “electores”, que es el número de Senadores, 100, más el número de representantes en el Congreso, 438.

 

Por lo que en realidad, lo que están haciendo los ciudadanos es decirle a los “electores” cómo quieren que se use su voto en el mes de diciembre que se hace el conteo; 48 de los 50 estados deben dar la totalidad de sus votos al candidato que haya conseguido la mayoría en el estado. 

 

Sin embargo, los “electores” no están obligados a emitir el voto popular. De hecho, al final del proceso, estos electores son libres de votar a quien quieran. 

 

En el pasado, ha habido 87 casos de “electores” que votaron en contra de los deseos de su gente, y son llamados “electores sin fe”, y nunca han modificado el resultado final de la elección. 

 

La elección del 8 de noviembre, en realidad determinará quiénes serán los “electores” que representarán al pueblo para elegir al Presidente en la votación de diciembre, es decir, los 538 “electores” que se reunirán a principios del próximo mes para emitir los votos auténticos, que sí determinarán quién será el sustituto de Barack Obama.

 

El conteo de este martes

 

El día de la votación, los ciudadanos irán a las urnas a elegir candidato. Posteriormente, los estados deben otorgar la totalidad de sus votos a dicho candidato, salvo los estados de Maine y Nebraska, que puede dividir sus votos. Pero el resto de los 48 no puede otorgar una cantidad fragmentada. 

 

De ahí que Florida sea uno de los swing states, o estados indecisos, más disputados por un candidato, ya que al ser un estado que no se define ni como republicano ni como demócrata, sí define la presidencia por tener el Colegio Electoral que otorga la mayor cantidad de votos (29) al final del conteo.

 

Después de que todos los Colegios Electorales ejercen su voto en diciembre, el sufragio pasa al proceso de conteo para que el próximo 20 de enero de 2017, el candidato que haya obtenido un total de 270 votos electorales o más, se convierta en Presidente. 

 

No siempre gana el más popular

 

Matemáticamente es posible que un candidato gane la mayoría por medio de los votos del Colegio Electoral, pero sin haber ganado el voto popular. 

 

Es decir que un candidato puede llegar a ser Presidente únicamente ganando aquellos estados que posean más “electores”, y haciendo una combinación estratégica de estados para sumar los 270 votos, sin que necesariamente haya ganado la mayoría de los votos individuales en todo el país. 

 

Por ejemplo, California es el estado que más votos electorales tiene con 55 “electores”, y siempre vota demócrata. Texas tiene 38 y siempre vota republicano. 

 

Esta situación se ha presentando cuatro veces en la historia de las elecciones de Estados Unidos, la más reciente fue la del año 2000, cuando George W. Bush perdió el voto popular  frente a Al Gore, pero ganó las elecciones gracias al Colegio Electoral.

 

Y en el caso poco probable de que ningún candidato obtenga los 270 votos electorales, la votación para elegir al nuevo Presidente recae en la recién electa Cámara de Representantes.  

 

Lo que necesita Trump para ganar

 

Para que el candidato republicano llegue a la Casa Blanca es obligatorio que gane los swing states: Florida (29), Ohio (18), Carolina del Norte (15) y Iowa (6), además de asegurarse de no perder en estados republicanos.

 

El otro objetivo incluye estados más grandes, como Pensilvania (20), Wisconsin (10), Virginia (13) y Michigan (16), y pequeños como Nevada (6), Nueva Hampshire (4), Nuevo México (5), de los cuales tendría que ganar en dos, pero que por ahora Hillary Clinton lidera. 

 

Sin embargo, Trump podría llevarse cada estado que Mitt Romney ganó en 2012, incluyendo Carolina del Norte, y darle la vuelta a estados que ganó Barack Obama en esa elección como Florida, Ohio, Iowa, Nevada y Nueva Hampshire.

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