Los sindicatos desafían a Macri

Mientras el presidente de Argentina, Mauricio Macri inauguraba el Foro Económico Mundial en su país, las agrupaciones sindicales llamaron a un paro nacional que impactó en gran parte de la actividad económica.

El mandatario enfrentó la primer huelga general desde su llegada a la presidencia en diciembre de 2015, y lo hizo en uno de sus momentos de mayor exposición a nivel mundial.

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Por ciento de la población en Argentina vive en la pobreza
En Buenos Aires el transporte público se paralizó totalmente. No hubo autobuses, ni metro, ni taxis
“El paro es un éxito, ha mostrado en todo el país la disconformidad con la política económica del Gobierno” 
Carlos AcuñaDirigente sindical

Mientras el presidente de Argentina, Mauricio Macri inauguraba el Foro Económico Mundial en su país, las agrupaciones sindicales llamaron a un paro nacional que impactó en gran parte de la actividad económica.

El mandatario enfrentó la primer huelga general desde su llegada a la presidencia en diciembre de 2015, y lo hizo en uno de sus momentos de mayor exposición a nivel mundial.

Aunque durante estos 15 meses ha tenido altas y bajas con las organizaciones sindicales, esta vez, la Central General de Trabajadores -principal central sindical en Argentina- convocó a un paro general que tuvo respuesta masiva.

En los principales aeropuertos del país no hubo aterrizajes ni despegues. Previendo la situación, el gobierno argentino recomendó a los asistentes al foro llegar por lo menos un día antes para sortear el paro.

En Buenos Aires fue donde se sintió con más fuerza la huelga sindical. El transporte público se paralizó totalmente. No hubo autobuses, ni metro, ni taxis. Muchos argentinos que no tenían forma de desplazarse hacia sus trabajos se quedaron en sus hogares. Aunque la mayoría de los trabajadores se sumó a la huelga.

Las escuelas y universidades permanecieron cerradas. Los hospitales trabajaron con el mínimo personal. Los bancos tampoco abrieron y muy pocos comercios prestaron servicio.

Además, hubo algunos enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas del orden.

A pesar de que en la convocatoria de la Central General de Trabajadores no se hizo un llamado a la movilización, esto no impidió que otras organizaciones sociales salieran a las calles e intentaran bloquear algunos puntos de acceso a Buenos Aires.

Mientras Macri daba su discurso de bienvenida a los asistentes al Foro en el hotel Hilton en la exclusiva zona de Puerto Madero en Argentina, a tan solo unos metros, un grupo de manifestantes se congregaron para protestar en contra de las políticas económicas del gobierno.

Los principales representantes sindicales calificaron la huelga como un éxito rotundo.

“El paro es un éxito, ha mostrado en todo el país la disconformidad con la política económica del Gobierno”, señaló Carlos Acuña, uno de los principales dirigentes sindicales.

El mandatario por su parte, minimizó la huelga, y en su mensaje de arranque en el Foro dijo a la concurrencia: “Qué bueno que estamos acá trabajando”.

Eternas polémicas

El gobierno y los sindicatos han mantenido un pulso por meses debido a las polémicas medidas económicas de Macri, como el aumento del costo de los servicios y la apertura a gran escala a las importaciones, que ha golpeado al sector productivo.

Aunque hay un ala sindicalista moderada que venía retrasando el llamado a huelga general, privilegiando siempre el diálogo, esta vez el ala radical, identificada con el kirchnerismo tuvo más peso en la decisión y tomó la determinación de plantar un desafío al gobierno.

Ahora, vendrán seguramente negociaciones entre Macri y los sindicalistas, aunque las posturas aún están alejadas, pues el mandatario ha asegurado que no está a discusión su política económica, la principal petición de los sindicatos.

Las dos caras de Argentina

El giro en la política económica impulsado por Macri tras su llegada a la presidencia ha abierto una brecha social y política en el país sudamericano.

Por una parte, las medidas que ha tomado el gobierno argentino son celebradas y respaldadas a nivel internacional, pero por el otro han sido severamente cuestionadas por varios sectores causándole conflictos al interior.

Las cifras macroeconómicas hablan de una cierta recuperación, dejando atrás poco a poco la recesión que se vivió el año pasado, y con el peso argentino revalorizándose.

Además de que la reapertura de los mercados le ha dado cierto respiro a la economía, la bolsa argentina sigue superando sus registros semana a semana, y el sector financiero ha recuperado su salud generando beneficios.

Pero en la economía real, el optimismo no es tan desbordante.

Aunque ha habido sectores como el campo que empiezan a mostrar signos de recuperación, las políticas económicas han golpeado severamente a la industria, a los trabajadores, tanto del sector formal como informal y ha retraído el consumo interno.

Tan solo en 2016, la inflación en Argentina fue del 40 por ciento aproximadamente, y desde el cambio de gobierno el número de pobres habría aumentado en casi 1.5 millones.  Actualmente el 30 por ciento de la población vive en la pobreza.

Un informe publicado por el Centro de Estudio de Union Industrial Argentina reveló que la actividad industrial presentó una caída del 26 por ciento en el mes de enero de 2017 con respecto al mismo periodo en 2016.

De acuerdo con estas cifras, la gestión de Macri y su propuesta de reactivar la economía argentina aún no está generando resultados, y este decrecimiento impacta no solo en el sector de la industria sino en todos los rubros de la economía.

Algunos analistas apuntan a que uno de los errores de la propuesta económica de Macri es que descuidó el mercado interno, que era el sostén de gran parte de la parte de la producción, apostando casi exclusivamente a la inversión externa.

Esta apertura indiscriminada se ha sumado a la caída en el consumo, el incremento en las tarifas energéticas y el aumento de costos de algunos insumos, lo que podría llevar a que las pequeñas y medianas empresas argentinas dejarían de ser competitivas ante la oferta externa.

Aunque Macri presuma al exterior su política económica, ésta aún tiene que probar su eficacia al interior. Mientras esto sucede, luce difícil que se pueda reducir el tono y el alcance de la protesta social y la polarización. La huelga general podría haber sido solo el preludio de lo que viene.

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