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26-J: inicia la carrera

Tras el fracaso de los partidos políticos, la efímera legislatura en España llega a su fin, y hoy arranca el proceso electoral en el país ibérico en donde se integrará un nuevo Congreso que tendrá la encomienda de formar gobierno.

El plazo se agotó y no hubo acuerdos. El Rey Felipe VI firmará el decreto para la convocatoria electoral cuya votación sería el 26 de junio. El 10 de junio sería el inicio de las campañas y el 19 o 20 de julio quedaría formado el nuevo Congreso.

Será la primera vez en la historia de la España democrática que se convocarán nuevas elecciones, al cumplirse los plazos legales para la formación de gobierno inicia
Se estima que el Partido Popular será el principal beneficiado de la convulsión política que se ha suscitado desde las últimas elecciones 

Tras el fracaso de los partidos políticos, la efímera legislatura en España llega a su fin, y hoy arranca el proceso electoral en el país ibérico en donde se integrará un nuevo Congreso que tendrá la encomienda de formar gobierno.

El plazo se agotó y no hubo acuerdos. El Rey Felipe VI firmará el decreto para la convocatoria electoral cuya votación sería el 26 de junio. El 10 de junio sería el inicio de las campañas y el 19 o 20 de julio quedaría formado el nuevo Congreso.

Será la primera vez en la historia de la España democrática que se convocarán nuevas elecciones, al cumplirse los plazos legales para la formación de gobierno.

Las elecciones que integraron la legislatura más corta de la era contemporánea española, se celebraron el 20 de diciembre de 2015, y el 13 de enero de 2016 se integraron ambas cámaras.

El Partido Popular, del presidente Mariano Rajoy, fue el vencedor de los comicios, sin embargo, no contaba con la mayoría parlamentaria para poder investirse nuevamente con la presidencia, por lo que declinó en dos ocasiones a presentarse en la ceremonia de investidura.

Pedro Sánchez, Secretario General del PSOE, recibió la encomienda del Rey de formar gobierno, por lo que se presentó el 2 de marzo en el Congreso para conseguir la investidura, sin embargo, tampoco pudo contar con los apoyos necesario, y la investidura fracasó.

La medianoche del 2 de mayo marcó el final de cualquier esperanza de los partidos para llegar a algún acuerdo que impidiera el fracaso legislativo. Desde semanas atrás los mismos actores políticos habían perdido toda esperanza.

En la mesa hubo propuestas de formar coaliciones de gobierno, principalmente entre las denominadas fuerzas de izquierda, pero al final, ninguna se materializó.

Sánchez fue quien más cerca se quedó de convertirse en presidente, pero la decisión del PSOE de aliarse con Ciudadanos, partido de derecha, terminó por anular cualquier posibilidad de un pacto con Podemos.

Podemos, tampoco pudo

El emergente Podemos, cuyo principal dirigente es Pablo Iglesias, fue el partido que rompió con el bipartidismo en las pasadas elecciones, al colocarse en el tercer lugar de las preferencias de los españoles.

El acercamiento entre el PSOE y Podemos fue natural, incluso el partido elaboró un Plan de Gobierno en donde aceptaba a Sánchez como presidente y proponía una coalición de igual a igual con el reparto de ministros según el porcentaje de votación.

En el último momento, Compromís envió una propuesta a los partidos opositores para desbloquear los acuerdos; esto fue aceptado casi en su totalidad por el PSOE, pero Ciudadanos lo rechazó.

En las últimas semanas, los partidos y sus principales líderes daban la impresión de encontrarse ya en plena campaña electoral, acusando a sus adversarios del fracaso en las negociaciones y el desenlace al que se ha llegado, de bloquear la formación de gobierno.

Los principales actores

Mariano Rajoy, actual presidente en funciones se ha mantenido, junto a su partido, el PP a una sana distancia del golpeteo político de las últimas semanas.

Se estima que el Partido Popular será el principal beneficiado de la convulsión política que se ha suscitado desde las últimas elecciones, y podría reforzar su posición como la primera fuerza política, aunque aún necesitaría de acuerdos para lograr la investidura.

Por su parte Pedro Sánchez y el Partido Socialista parecen haber perdido su oportunidad para encabezar el gobierno.

No solo por el fracaso del pasado 2 de marzo, también va a pagar el costo político de su alianza con Ciudadanos, partido de derecha, que al final le resultó más dañino que benéfico, al haber perdido la alianza de otros partidos progresistas, en especial de Podemos.

Si se hubieran sumado los congresistas del PSOE y Podemos junto con sus pequeños aliados, la cifra habría sido suficiente para poder declarar Presidente a Sánchez, sin embargo, la cúpula del PSOE tuvo un mal cálculo político.

Podemos ha sido quizá el partido más golpeado por sus adversarios, se ha acusado a sus líderes de no escuchar a sus bases y de bloquear la formación de gobierno.

Sin embargo, también es el partido que genera la mayor incógnita para el proceso electoral que está iniciando.

Sus líderes están convencidos de conservar la base de su voto, ya que sus electores van a entender en la campaña que Podemos se negó a formar gobierno con un partido de derecha (Ciudadanos) porque eso iba en contra de sus convicciones políticas.

Además, confían en mantener su inercia, y consolidarse como la principal alternativa al bipartidismo, y ganar un buen número de indecisos con sus políticas sociales.

El juego político en España será muy diferente a partir de este momento, y el ambiente durante las campañas será de tensión.

Pronóstico reservado

Con la celebración de nuevas elecciones en junio, la conformación de las cámaras se espera que sea muy diferente a la de la breve legislatura, por lo que los partidos tendrán que negociar desde una posición muy diferente a la que tenían hasta hoy.

El pronóstico es reservado, los partidos políticos podrían pagar por su pasividad, por la postura de sus firmezas, o la imagen que dieron durante estos últimos meses, aunque de igual forma podrían salir beneficiados. El voto de los indecisos será clave en los resultados.

No hay ningún impedimento legal para repetir las elecciones una tercera o incluso una cuarta vez, en caso de que se cumplan dos meses de una investidura fallida, por lo que cobra especial relevancia que el aspirante a presidente pueda llegar con los apoyos sólidos a la ceremonia.
 

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