El ruido y las señales

La segunda ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que inicia hoy en la ciudad de México es vista como una prueba para medir la capacidad de los funcionarios que llevan las discusiones técnicas para aislarse de la tensión política que han generado las declaraciones del presidente Donald Trump.

El Gobierno mexicano ha dejado clara si postura: el país está listo para retirarse de la mesa de negociaciones si Trump decide invocar el artículo 2205 del TLCAN y notificar a México y Canadá de que Estados Unidos dejará el acuerdo.

“Queremos ver signos positivos de progreso en la mesa de negociación. Con suerte, los tendremos, aún si estos no se declaran públicamente”
Moisés KalachDirector del Consejo Consultivo Estratégico de Negociaciones Internacionales del CCE
Estados Unidos y Canadá señalaron públicamente que ambas partes esperaban concluir las negociaciones del TLCAN a finales de este año
“El capital debe guiarse por el egoísmo, no debe dejarse llevar por la benevolencia”
Walter Bagehot Economista inglés

La segunda ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que inicia hoy en la ciudad de México es vista como una prueba para medir la capacidad de los funcionarios que llevan las discusiones técnicas para aislarse de la tensión política que han generado las declaraciones del presidente Donald Trump.

El Gobierno mexicano ha dejado clara si postura: el país está listo para retirarse de la mesa de negociaciones si Trump decide invocar el artículo 2205 del TLCAN y notificar a México y Canadá de que Estados Unidos dejará el acuerdo.

A pesar de que el mismo secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray ha dicho que las insistentes amenazas de Trump de romper con el TLCAN representan una táctica de negociación, la tensión en el ámbito político de alto nivel es evidente.

Sin embargo, fuentes cercanas a la negociación que fueron consultadas por la agencia Bloomberg dijeron que es evidente el fuerte contraste entre el tono utilizado por Trump y la atmósfera constructiva y respetuosa de los negociadores técnicos.

La dimensión mediática de la renegociación del TLCAN se ha vuelto casi tan importante como el contenido de las discusiones. Moisés Kalach, quien dirige el denominado “cuarto de junto” del Consejo Coordinador Empresarial que asesora al gobierno mexicano en las negociaciones, aseguró a la agencia Reuters: “Queremos ver signos positivos de progreso en la mesa de negociación. Con suerte, los tendremos, aún si estos no se declaran públicamente”.

El consenso de analistas coincide en que es poco probable que existan diferencias significativas entre los equipos de negociación ya que las primeras fases están orientadas a intercambiar propuestas, no a resolver la brecha entre las posturas de discusión.

Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, dijo en un evento en Monterrey, Nuevo León que ya están instaladas las 25 mesas de trabajo para la segunda ronda de negociaciones. Añadió que es muy probable que haya un avance satisfactorio en al menos una decena de capítulos, mientras que se han identificado y reservado cuatro o cinco temas de alta complejidad para su discusión posterior.

Trump responde con otro ultimátum

México pintó su línea roja respecto a las insistentes declaraciones del presidente Trump pidiendo terminar el TLCAN. Sin embargo, la Casa Blanca volvió a situar al Gobierno mexicano en una condición parecida al ultimátum.

Estados Unidos y Canadá señalaron públicamente que ambas partes esperaban concluir las negociaciones del tratado a finales de este año, un escenario que aislaría las discusiones comerciales de los proceso electorales en México y Estados Unidos.

Carlos Véjar, abogado de la firma Holland & Knight y miembro del equipo original que negoció el TLCAN; declaró a Bloomberg: “Si Trump espera que la negociación quede terminada a finales de este año o de lo contrario le pondrá fin al acuerdo, yo apostaría a que el escenario más factible es de la cancelación del TLCAN”.

Fred Bergsten, investigador sénior del Instituto Peterson de Economía Internacional (PIIE, por sus siglas en inglés), señaló que con Trump nunca es posible conocer si se trata de un asunto táctico o sustantivo.

Es evidente que el Gobierno mexicano tomó muy en serio la declaración de Trump de que si no se llegaba  a un acuerdo favorable para Estados Unidos, iniciaría un nuevo acuerdo desde cero. Videgaray y Guajardo volaron a Washington D.C. para entrevistarse con funcionarios de alto nivel, incluido Robert Lighthizer, el representante comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés).

La reunión concluyó en la mañana y ninguna de las partes hizo una declaración inmediata. El Gobierno mexicano tardó horas en emitir un posicionamiento, el cual fue publicado luego de que Trump volviera a amenazar a México con dejar el tratado. Analistas refieren que lo preocupante es que el presidente haya realizado esta declaración luego de que citó a Lighthizer para pedirle un informe sobre la reunión con los funcionarios mexicanos.

Plan B

La más reciente intervención pública de Ildefonso Guajardo hizo énfasis en un escenario pesimista. El secretario de Economía expresó que el país tiene listo un plan B para neutralizar los efectos de una disrupción del TLCAN. Este incluiría una agresiva agenda de diversificación (Asia Pacífico, Europa, Argentina y Brasil), así como la utilización de la política industrial, una herramienta que en opinión de los críticos de la política económica actual, ha sido seriamente subutilizada en las últimas dos décadas.

Trump no estará en las mesas de negociación, pero su mensaje sigue latente. El director general de Cargill, David Maclennan dijo que derogar el TLCAN “sería un grave error”. Se trata del jefe de la firma de agronegocios más importante de Estados Unidos, un grupo muy influyente en Washington y que tiene mucho que perder con la cancelación del pacto comercial.

La incertidumbre se ha vuelto la nueva normalidad. La administración de Trump continúa enviando señales mixtas. El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, dijo ayer en una entrevista que ve factible que el TLCAN se rediseñe favorablemente para Estados Unidos y para México. En cambio, Lighthizer se negó a comentar sobre las declaraciones del presidente Trump.

La agencia Moody’s considera que existe una muy baja probabilidad de que el TLCAN sea cancelado, pero de ocurrir provocaría una contracción de la economía mexicana de al menos 4 por ciento.

Te puede interesar