A más información, estadística confiable

La materia prima para evaluar las políticas gubernamentales es la estadística.

Se han desarrollado métodos complejos para poder hacer inferencias certeras sobre programas sociales o políticas en particular, pero a falta de información estadística correcta y representativa, las técnicas de evaluación tendrían sesgo.

Desarrollar o fortalecer los organismos que manejan la información es clave para el entendimiento real de cómo está la economía.

La materia prima para evaluar las políticas gubernamentales es la estadística.

Se han desarrollado métodos complejos para poder hacer inferencias certeras sobre programas sociales o políticas en particular, pero a falta de información estadística correcta y representativa, las técnicas de evaluación tendrían sesgo.

Desarrollar o fortalecer los organismos que manejan la información es clave para el entendimiento real de cómo está la economía.

La autonomía en los organismos estadísticos es esencial para contar con datos objetivos. Por ejemplo, en México hubo un cambio donde ahora el INEGI es el que mide la inflación.

De esta manera se evita que Banxico sea juez y parte en la información sobre la dinámica de los precios.

Tener el poder para manipular la información le permitiría a un gobierno actuar con su propia discreción, lo cual es un peligro inminente para la economía.

Los que manipulan

Los casos más importantes donde han manipulado información son los de Grecia y Argentina. En el primero, el gobierno presentó un déficit fiscal menor del verdadero, y en el segundo se maquilló la inflación para que pareciera ser estable.

En el caso de Grecia, se desmintió el dato del déficit fiscal con un cambio de gobierno y fue el momento donde empezó el declive de su economía.

Emi Nakamura, profesor de Columbia, advierte en una publicación de Bloomberg sobre el peligro que la información estadística en Estados Unidos puede sufrir.

En mayo de este año la Cámara de Diputados aprobó una iniciativa de ley que prohibiría la realización de dos censos económicos del país, que prácticamente son los que proveen la información para los investigadores y los políticos.

Durante la entrevista de AMLO en el programa de televisión Tercer Grado, expresó que tenía datos diferentes del INEGI y el Coneval (Consejo Nacional de Evaluación).

Lo hizo para defender sus acciones de gobierno en el pasado, sin darse cuenta de que tocaba un tema que debería ser esencial en la agenda de todos los candidatos.

No es un pecado cuestionar las instituciones estadísticas, en realidad es necesario asegurarse que actúen con libertad y datos correctos.

Lo que los políticos no parecen entender es que al descalificar a estas instituciones, entonces sus ataques contra sus rivales quedan también descalificados.

El problema más grave, que también deja en claro Nakamura, es que a falta de información hay más espacio para basar decisiones en ideología.

Si un gobierno puede modificar la información, o es capaz de evitar que haya datos claros, entonces podrá justificar sus decisiones aún y cuando no necesariamente sean las mejores.

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